Los Comités de Defensa de la Revolución mantienen el vigor, la fuerza y el espíritu emprendedor

 

Discurso pronunciado por el compañero José Ramón Machado Ventura, miembro del Buró Político y Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba. Palacio de Convenciones, La Habana,

 

14 de diciembre de 2008

 

 

Compañeras y compañeros delegados e invitados:

 

Queridos cederistas:

 

Foto: yordanka almaguerResulta difícil pronunciar las palabras de clausura después de haber participado en este exitoso Congreso, el cual ha demostrado la pujanza y vitalidad renovadas de la organización, expresada en las múltiples intervenciones y reflexiones que hemos escuchado durante estos dos días.

 

Se podría afirmar que no hay algo más que decir. Sin embargo, es imprescindible recoger de alguna forma, a modo de resumen, lo fundamental del evento y así lo haremos adelantando nuestra opinión, la cual comparten todos los dirigentes que han estado presentes para calificarlo como un congreso memorable, que cualitativamente define una nueva etapa en el trabajo de los Comités de Defensa de la Revolución. Añadiría que ha sido un congreso fructífero y enriquecedor. Trataré de expresar también las insuficiencias aún presentes y cómo debemos continuar trabajando los próximos años.

 

Pocos días nos separan de otros dos momentos importantes en el quehacer diario, el período ordinario de sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular, donde se abordarán diferentes asuntos, entre ellos el proyecto de Ley de Seguridad Social, y el Aniversario 50 del triunfo de la Revolución, un acontecimiento de trascendental significado para todo nuestro pueblo.

 

Hemos tenido un año de duro trabajo, de incontables tareas realizadas y de enfrentamiento a dificultades y adversidades de diferente tipo, incluido las climatológicas asociadas a tres fuertes huracanes que nos impusieron severos daños y pérdidas, agravando más las de por sí duras consecuencias del bloqueo norteamericano, en momento, además, en que ha estallado una crisis económica del sistema capitalista de incalculables proporciones y alcance, que afecta a todo el planeta.

 

Los delegados aquí reunidos, analizaron con sentido crítico lo hecho desde su Sexto Congreso hasta hoy, pero considero que lo más importante es lo que falta por hacer en el trabajo de los CDR para ayudar a impulsar la reconstrucción y la vida económica y social del país.

 

En estos momentos es tarea primordial para la organización, tal y como lo vienen haciendo, apoyar y participar en todo lo que le corresponda en la vinculación a la recuperación del país como consecuencia de los desastres naturales ya referidos.

 

Aún observamos que hay personas afectadas que aprecian erróneamente que es responsabilidad exclusiva del Estado solucionar todos sus problemas y se sientan a esperar, aprovechándose de que la Revolución no elude los compromisos que ha asumido ante aquellos que lo perdieron todo o parte de sus bienes. En esa labor de conciencia y de exigencia, los Comités deben jugar un importante papel, tanto para la situación concreta que hoy enfrentamos como para el futuro.

 

Sabemos de la preocupación y de la ocupación con que ustedes han abordado el tema de la política de cuadros. Las intervenciones en la comisión que trató el asunto fueron elocuentes y esclarecedoras, conscientes de su valor y lo que significa avanzar en tan decisivo frente de trabajo. Indiscutiblemente que se tienen resultados, pero aún es insuficiente lo alcanzado.

 

Deben realizar un esfuerzo sostenido, desde la dirección nacional hacia abajo, para que de las estructuras de base surja la principal cantera que les permita seleccionar las reservas en número suficiente para completar sus plantillas y lograr una mayor estabilidad en los cargos y órganos de dirección, a todos los niveles.

 

También deben exigir una mayor vinculación de los cuadros con la base, especialmente con las zonas, pues es el eslabón básico para atender con sistematicidad a los Comités en cada cuadra y hacerlos funcionar bien a fin de que cumplan las tareas históricas y otras nuevas que han ido surgiendo, con una mayor participación de los cederistas.

 

Por último, señalar que no basta con el ejemplo personal de un cuadro, resulta indispensable también cultivar su capacidad para convencer, persuadir y controlar. Una de sus misiones claves en el presente, consiste en inculcar cada día más en las mentes de nuestros compatriotas una idea esencial: solo el ascendente cumplimiento estricto del deber irá abriendo más las puertas a la satisfacción de nuestras necesidades, de nuestros derechos.

 

Me quiero referir ahora a otra tarea histórica de los Comités, la vigilancia popular revolucionaria, que como ustedes bien conocen constituyó su razón de ser desde que nació el 28 de septiembre de 1960.

 

En el quinto aniversario de los CDR, su fundador y principal impulsor, el compañero Fidel expresó y cito: "Si los Comités no han bajado la guardia, eso es una cosa buena. Ni los Comités pueden bajar la guardia ni la Revolución puede detener su vigorosa marcha...". Fin de la cita. Y esas palabras suyas tienen absoluta vigencia y constituyen una orientación diaria para todos nosotros.

 

Mucho se ha hablado sobre el tema de las guardias cederistas, y en particular de las insuficiencias que aún tenemos, a pesar de la probada conciencia revolucionaria de la inmensa mayoría de nuestro pueblo. Hay que renovar el impulso en este frente, pues la cuadra constituye el escenario principal en el que la organización no solo debe volcar su trabajo en esta tarea, sino en muchas otras a las que se han referido los delegados en sus intervenciones de estos dos días de Congreso.

Los Comités de Defensa de la Revolución, como se ha expresado aquí, también han estado presentes de manera eficaz en el rechazo social al consumo y tráfico de drogas, muy inferior en nuestra nación respecto a otras, pero que provocan un ambiente ajeno a la moral y valores presentes en la sociedad, a la vez que dañan la imagen de la Revolución. Es un asunto en el que se continuarán haciendo todos los esfuerzos necesarios, de muchos, para impedir su proliferación, lucha que seguiremos llevando a cabo a sangre y fuego, como ha dicho el compañero Raúl.

En ese esfuerzo diario y priorizado contra las drogas, como también contra el delito, la corrupción, las ilegalidades y las indisciplinas sociales, nos falta un largo tramo que andar para lograr un mayor enfrentamiento. Debemos consolidar el trabajo tanto de prevención como de enfrentamiento en todos estos frentes citados, prestando especial atención al intercambio directo con las familias, así como en la necesaria incorporación al trabajo o al estudio de los desvinculados en el barrio.

Nuestros CDR, y así lo han referido los delegados en intervenciones ante este Séptimo Congreso, también se han hecho sentir en otros frentes de la organización que siguen teniendo un peso importante.

Por ejemplo, en la recogida de materias primas que ayudan a la economía nacional. O en las valiosas e indispensables donaciones voluntarias de sangre, que contribuyen a cubrir las necesidades de cada territorio y del país. No olvido las campañas contra el mosquito Aedes aegypti, con la activa presencia de los Comités, dirigidas a preservar la vida y la salud de los cubanos.

Es un asunto en el que no podemos descuidarnos y en el que resulta indispensable la responsabilidad familiar, como también de centros de trabajo, para que la especie ni aflore ni se propague.

La organización no debe descuidar tan importante tarea como la producción de alimentos, que se expresa en su apoyo al movimiento de la agricultura urbana, el fomento de los patios productivos y movilizaciones a áreas agrícolas del país.

También debe seguir contribuyendo a la lucha sostenida, y cada vez más exigente, contra los ciudadanos que fomentan la indisciplina en los barrios o el incumplimiento de regulaciones que atañen a la convivencia social. Añado la labor de limpieza y embellecimiento de cada cuadra, que ha estado entre las tareas sistemáticas de los Comités.

Es de significar, que las provincias y municipios que ustedes representan han participado de manera destacada en los procesos electorales de nuestra democracia socialista, caracterizados por una total transparencia, al que prestan su ayuda decenas de miles de compatriotas.

Asimismo, quiero resaltar y reconocer el trabajo que la organización ha llevado a cabo de apoyo a la primera tarea del país: la preparación para la defensa, que va desde la atención a los jóvenes que ingresan y egresan del Servicio Militar General, hasta la movilización de reservistas y milicianos para la Operación Caguairán, y la realización de ejercicios de diversa magnitud, incluidos los que corresponden a la preparación contra desastres naturales. Aunque se han alcanzado resultados, estas tareas deben continuar perfeccionándose cada vez más.

Compañeras y compañeros:

No quería finalizar mis palabras sin dejar de enfatizar en algunas ideas, que considero todos debemos tener presente.

En estos tiempos sumamente complejos, y los que estén por venir, no podemos olvidar que la Revolución y sus principales dirigentes han aplicado como máxima, que junto al reconocimiento de los problemas y las deficiencias también hay que exponer a la población razonamientos sobre lo mucho que se ha hecho, como al igual de lo que falta por hacer, haciendo hincapié en que a pesar de todo —de carencias, dificultades, errores, etc.—, nuestro socialismo es capaz de garantizar lo que otros no, aún en medio de un mundo tan lleno de agresividad, explotación, desigualdades, calamidades y amenazas, como el que nos rodea.

Indiscutiblemente que los problemas internos, al igual que los externos, nos golpean. Es bien difícil la situación que atraviesa la economía cubana, no ajena al muy complicado panorama que exhibe hoy el mundo.

Por lo tanto, no todo en el país puede avanzar y solucionarse al ritmo deseado, idea que debemos ser capaces de transmitir con un lenguaje claro y bien argumentado al resto de nuestros compatriotas, en especial a los más afectados por los huracanes.

Junto a ello, hay que saber escuchar y tomar en cuenta las opiniones de quienes están chocando cada día y a toda hora con dificultades de diverso tipo que se viven en la base, pues ninguna tiene una fácil solución, incluso en algunos casos ni a corto ni a mediano plazo.

El Congreso llega a su fin, y es de señalar que a pesar del apretado tiempo se logró cumplir con el programa general elaborado. Como colofón, se eligió a los miembros de la nueva Dirección Nacional de los CDR y de su Secretariado, al Coordinador y al Vicecoordinador de la organización. Aprovecho para felicitarlos en nombre del Comité Central del Partido, como igualmente al resto de los delegados. Ustedes nos demostraron en estos dos días cuánta importancia le concedieron a esta cita, ejemplificado en la preparación y dominio que en general exhibieron de los principales asuntos que se discutieron.

A su vez, esta magna reunión evidenció que los Comités de Defensa de la Revolución mantienen el vigor, la fuerza y el espíritu emprendedor de cuanta iniciativa o tarea puedan ser útil a la Revolución, lo cual es una clara señal de alerta para aquellos que tanto aquí como allá pretenden, y lo hacen en ocasiones propagando rumores, cuestionar la fortaleza y vigencia plenas de la organización. Si bien no es perfecta, no se equivoquen, ¡nuestros cederistas siguen aguerridos y con la guardia en alto!

Para concluir, deseo trasmitir a todos los presentes en este Séptimo Congreso, como al resto de los millones de miembros de la más grande organización de masas de la Revolución, que para la dirección del Partido constituye motivo de particular satisfacción saber que en estos tiempos difíciles que vivimos, como igualmente lo han sido en estos casi cincuenta años de triunfo revolucionario, marchen en las filas de los CDR compañeras y compañeros como ustedes, probadamente fieles a la Patria, la Revolución y el Socialismo.

No pertenecen a la estirpe de los que se acobardan o amedrentan ante las dificultades, por momentos crecientes, sino a la de quienes continúan haciendo un esfuerzo supremo para vencerlas y seguir adelante, como nos enseñó el Che, ¡hasta la victoria siempre!

¡Viva el Séptimo Congreso de los CDR!

¡Viva nuestro Partido!

¡Vivan Fidel y Raúl!

¡Venceremos!