En primer lugar, aprovecho la
ocasión para expresar en nombre de todos los presentes el regocijo
que sentimos por la contundente victoria del pueblo boliviano el
pasado domingo al reelegir por amplia mayoría al compañero Evo
Morales Ayma, para un nuevo mandato como Presidente.
Lamentablemente, no contamos con
la presencia física del Presidente de Honduras, Manuel Zelaya. Al
pueblo de esa nación latinoamericana se le ha privado de sus
derechos constitucionales y se le ha impuesto, con apoyo del
gobierno norteamericano, un gobierno usurpador y golpista, que han
tratado de legitimar con una farsa electoral.
La historia registrará con
merecido reconocimiento la actitud asumida por los países miembros
del ALBA-TCP y por la mayoría de los gobiernos latinoamericanos y
caribeños, en la condena inequívoca al golpe militar en Honduras.
Quedará constancia también de la actitud de aquellos que, doblegados
ante el imperio, terminaron aceptando la maniobra golpista.
Al heroico pueblo hondureño, a
través de su legítima representante como secretaria de Estado
Patricia Rodas, aquí presente, le enviamos el más caluroso saludo.
Estimados colegas:
Esta Octava Cumbre de la Alianza
Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América que oficialmente
inauguramos hoy, sesiona coincidiendo con el decimoquinto
aniversario de la primera visita a Cuba del líder de la Revolución
Bolivariana y el quinto aniversario de la Declaración Conjunta entre
Venezuela y Cuba, firmada en el año 2004 por los presidentes Hugo
Chávez y Fidel Castro, que marcó el nacimiento oficial del ALBA,
llamada entonces Alternativa Bolivariana para las Américas.
Han sido cinco años de intenso
trabajo, de búsqueda común, en los que hemos alcanzado resultados
alentadores en el orden social, que aún podemos superar, y que en
este momento particular es justo mencionar y celebrar.
El enorme significado que
representa la declaración de territorio libre de analfabetismo en
tres países miembros del ALBA: Bolivia, Nicaragua y Venezuela, es un
paso en el combate que continúa para erradicar completamente este
flagelo social en todos los países miembros de este mecanismo de
integración de nuevo tipo.
La Operación Milagro ha mejorado
o devuelto la visión a más de 1 millón de pacientes dentro del ALBA.
Asimismo, se han graduado ya más de 2000 médicos de nuestros países
en la Escuela Latinoamericana de Medicina y hoy se forman 6 mil 653
estudiantes bajo el Nuevo Programa de Formación de Médicos con
conceptos de integralidad, internacionalismo y humanismo.
Actualmente en Venezuela,
Ecuador, Nicaragua y Bolivia se desarrolla un estudio genético
psico-social para personas con discapacidad, proyecto de
extraordinario valor humano que persigue la atención directa, la
búsqueda de soluciones e integración social de dichas personas.
En la pasada Cumbre celebrada en
Cochabamba se firmó el Tratado Constitutivo del Sistema Unitario de
Compensación Regional (SUCRE), mecanismo financiero que a partir del
2010 comenzará a funcionar para promover el comercio mediante la
compensación de pagos sin utilizar el dólar, a través de una unidad
de cuenta denominada "SUCRE". Un paso previo había sido la
constitución en junio de 2007 del Banco del ALBA, con el objetivo de
financiar programas y proyectos de desarrollo económico y social.
Varias empresas grannacionales son hoy una realidad, y otras están
en proceso de puesta en marcha, para beneficio de nuestros pueblos.
Compañeros:
La agenda que nos hemos
propuesto, nos da la posibilidad de deliberar, más que sobre los
éxitos y resultados del ALBA en estos cinco años, acerca de las vías
para profundizar en el desarrollo, perfeccionamiento e impacto de
nuestra Alianza.
Estamos obligados a plantearnos
metas y objetivos audaces, partiendo de una comprensión realista de
las circunstancias, obstáculos y peligros que nos plantea la actual
coyuntura internacional y que reclaman nuestra atención prioritaria.
La actual crisis económica
global, iniciada en Estados Unidos y gestada por las profundas
contradicciones del sistema capitalista, continúa impactando con
fuerza en la economía real, la sociedad y el medio ambiente de todo
el mundo. No son pocos los que han proclamado con injustificado
optimismo el inminente fin de la recesión.
Sin embargo, lo único cierto es
que los efectos destructores de la crisis se mantendrán por mucho
tiempo. Las más recientes estimaciones indican que el número de
personas desempleadas en todo el mundo aumentaría en 50 millones
este año, en tanto, los que viven en extrema pobreza podrían
acercarse a la alarmante cifra de 300 millones.
Unidos, estaremos en mejores
condiciones de enfrentar la crisis, aprovechando las potencialidades
que nos ofrece el mercado de los países del ALBA y utilizando
eficientemente las complementariedades de nuestras economías para
acceder a terceros mercados.
Los tiempos que vivimos reflejan
que en América Latina y el Caribe se agudiza el enfrentamiento entre
dos fuerzas históricas. De un lado, un modelo político y económico
dependiente, elitista y explotador, heredero del colonialismo y el
neocolonialismo, subordinado a los intereses del imperio. Del lado
opuesto, el avance de las fuerzas políticas revolucionarias y
progresistas, que representan a las clases tradicionalmente
desposeídas y discriminadas; comprometidas con la justicia social,
con la verdadera independencia de los pueblos de la región, y con la
aspiración de distribuir justamente las inmensas riquezas del
continente.
Se trata, en esencia, de la
lucha histórica para concretar la realización de la visión
bolivariana y martiana sobre Nuestra América.
El establecimiento de bases
militares en la región es una expresión de la ofensiva hegemónica
que despliega el gobierno norteamericano y constituye un acto de
agresión contra toda América Latina y el Caribe. Resulta evidente la
intención de concretar su doctrina política-militar de ocupar y
dominar a cualquier precio el territorio que siempre ha considerado
como su "traspatio natural".
La reactivación de la IV Flota,
con capacidad y objetivos operativo-estratégicos anunciados de
maniobrar incluso en aguas interiores de países de la región,
demuestra que para lograr sus propósitos no tendrán límites, excepto
el que le imponga la resistencia que seamos capaces de ofrecer.
El ALBA-TCP no puede ignorar esa
realidad. Sobre estos y otros temas, como el control de los medios
masivos de comunicación, intercambiaremos en las jornadas que nos
esperan.
Tenemos también en nuestra
agenda, el análisis sobre el fracaso de las negociaciones que
deberían concluir en Copenhague dentro de unos días con compromisos
concretos, reales y verificables para enfrentar los efectos del
cambio climático.
Se sabe ya que no habrá tal
acuerdo y sólo cabe esperar un pronunciamiento político. Los países
del ALBA-TCP debemos defender una posición firme sobre este asunto
decisivo para el futuro de la especie humana.
Estamos seguros que los aportes
y la cooperación de todos ustedes en esta Octava Cumbre constituirán
una importante contribución al fortalecimiento de nuestra Alianza.
Muchas gracias