Estimado Fernando da Piedade dos Santos, más conocido por nosotros por
“Nando” , Presidente de la Asamblea Nacional de la República de Angola;
Distinguidas Diputadas, Diputados e invitados:
Constituye un alto honor y un privilegio trasmitirles el
saludo y el abrazo de hermandad del pueblo cubano y del Jefe de la
Revolución, compañero Fidel Castro Ruz. Emociona pisar otra vez la patria de
un pueblo noble y solidario, de hombres y mujeres, niños y ancianos, que ha
ofrendado lo mejor de sí, su propia existencia, en aras de la justicia, el
bienestar y la unidad nacional.
Por esos ideales lucharon unidos angolanos y cubanos durante
largos años, por preservar la independencia, la soberanía y la integridad
territorial de Angola.
Desde el comienzo de la lucha independentista, el 4 de
febrero de 1961, los cubanos expresamos nuestra solidaridad con tan justa
causa. Recuerdo los primeros intercambios de varios compañeros con el
camarada Neto, entre ellos el Che Guevara y el hoy general de brigada
Moracén, conocido en Cuba y también en Angola con el justo calificativo de
“Quita fusil”. Y cuando el 11 de noviembre de 1975 se proclamó la
independencia, sentimos como propia la victoria y durante 15 años aportamos
nuestro modesto esfuerzo para preservarla.
En una solemne ceremonia, a la misma hora en todo el país, el
7 de diciembre de 1989, con la presencia en Cuba del Presidente José Eduardo
dos Santos, dimos sepultura a los 2 077 compatriotas que dieron su vida en
tan noble empeño y que durante largos años reposaron en la hermana tierra
angolana, hasta que al final de la contienda, y así se lo habíamos ofrecido
a sus familiares: juntos vinieron y juntos regresaron al sagrado suelo de la
Patria. De los 169 municipios que tiene nuestro país, menos en dos, en el
resto, 167, se guardan los restos de los heroicos combatientes cubanos
caídos en esta tierra. Más de 350 mil combatientes internacionalistas de las
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba y cerca de 50 mil colaboradores
civiles cubanos llegaron a esta tierra de forma absolutamente voluntaria,
desde el más modesto soldado hasta el general de mayor graduación,
convencidos de que simplemente pagaban una deuda histórica con África.
Por las venas del pueblo cubano corre sangre de los hijos de
este continente. En nuestras mentes están los ideales de libertad y
resistencia legados por nuestros antepasados, buena parte de ellos esclavos
procedentes del África negra, sobre todo la parte occidental del continente,
y sus descendientes, que se sumaron masivamente a la lucha por alcanzar la
independencia de Cuba.
Cuando se planificaba esta operación, decidimos ponerle el
nombre de Carlota, que no era más que el nombre de una esclava, al parecer
de origen angolano, que dirigió una sublevación de esclavos en la provincia
de Matanzas, al este de la capital cubana, en el siglo XIX. Como todas esas
continuas sublevaciones, fracasaron, pero cada una de ellas era a su vez un
triunfo sobre el más bochornoso pecado de la historia de la humanidad.
En esa ocasión Carlota pudo escapar y más adelante, volviendo
del bosque, que aquí llamamos “mata”, organizó otra sublevación de la
dotación de esclavos de otra pequeña fábrica de azúcar, en esta ocasión
fracasó también y ella fue capturada. La sanción inmediata de los
colonialistas europeos no se hizo esperar, delante de los supervivientes y
de otras dotaciones vecinas, sus miembros fueron atados a cuatro caballos y
ferozmente descuartizada.
Como sabíamos que esto era lo que pretendían los
colonialistas y otros no colonialistas de otras tierras, era lo que
pretendían hacer con Angola. Creo que fue justo ponerle este glorioso nombre
de una hija de este país. (APLAUSOS).
En septiembre del 2007, el Presidente Dos Santos, en una
histórica visita a Cuba, nos expresó el deseo de comenzar una etapa superior
en el desarrollo de las relaciones entre los dos países.
Sé que expreso el sentir de nuestro pueblo, al ratificar ante
ustedes, diputados elegidos por el pueblo, el compromiso que asumimos con el
entrañable camarada Presidente Agostinho Neto: estar junto a nuestros
hermanos angolanos en los tiempos malos y buenos, apoyándonos mutuamente (APLAUSOS).
Como siempre, la cooperación cubana estará al servicio de los
nobles anhelos de paz y prosperidad de los hijos de esta tierra.
Hoy Angola disfruta de estabilidad y paz y es un ejemplo para
otros muchos países, de cómo supieron resolver sabiamente sus grandes
diferencias (APLAUSOS). Es un merecido derecho conquistado por su pueblo.
Hoy el gran desafío es la reconstrucción nacional, el desarrollo y la
elevación del bienestar de los ciudadanos. En esta gigantesca tarea, que
implica reconstruir miles de kilómetros de carreteras, numerosos puentes,
viviendas e industrias, concentra la nación todos los esfuerzos en medio de
la crisis económica internacional y de la incertidumbre que esta genera.
Ese extraordinario empeño es guiado por la responsabilidad y
la entrega con que ustedes, señoras y señores Diputados, cumplen el mandato
recibido. Conocemos de su especial desempeño en respaldo al esfuerzo del
Estado para dar cumplimiento a su elevado compromiso con el pueblo.
En la nueva y trascendental batalla por el desarrollo, la paz
y el bienestar, los cubanos estaremos una vez más junto a nuestros hermanos
angolanos.
Recuerdo especialmente ahora al Presidente Agostinho Neto,
cuando proclamaba el derecho de Angola, de Cabinda a Cunene, con sus casi
millón y cuarto de kilómetros cuadrados, que sea un solo pueblo y una sola
nación (APLAUSOS) y con el sacrificio de todos ustedes, de todos los
angolanos, esa gran cantidad de sangre derramada, entre la que con honor y
con honra se encuentra un poquito de nuestra sangre, disfrutamos hoy al
contemplar a los representantes de este noble pueblo reunidos en su
Parlamento y trabajando para el futuro y para el bienestar de todos.
Muchas gracias
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Querido Presidente José Eduardo Dos Santos:
Estimados compañeros angolanos y cubanos:
Es para mí un honor y un momento de especial
significación encontrarme una vez más en este querido país, que
simboliza mucho para todos nuestros compatriotas. En especial,
porque a lo largo de duros tiempos fuimos capaces de forjar una
hermandad indestructible, resultante del sacrificio y el legado de
miles de vidas de angolanos y cubanos, ante los innumerables
desafíos que juntos asumimos en la salvaguarda de la independencia,
la soberanía y la integridad territorial de este país hermano.
Es una feliz coincidencia iniciar nuestra visita,
cuando se cumplen exactamente 48 años del inicio de la lucha
armada de este heroico pueblo contra el colonialismo portugués,
encabezada por el MPLA, bajo la dirección del entrañable compañero
y amigo Agostinho Neto.
Dos meses y medio posteriores a esa acción
revolucionaria del MPLA, en Cuba se libraban igualmente grandes
batallas en defensa, en este caso, de su independencia y su
soberanía. Precisamente los días 17, 18 y 19 de abril próximos,
también se celebrara el 48 aniversario de la gran victoria de
Playa Girón, frente a la agresión imperialista mercenaria de
aquellos días.
La hermandad histórica entre Cuba y Angola es
indestructible. Fue forjada en la lucha común contra el
colonialismo y el apartheid, bajo la guía de dos hombres
excepcionales: Agostinho Neto y Fidel Castro.
En 1988 cambió radicalmente el curso de los
acontecimientos en el África Austral. La victoria alcanzada en
Cuito Cuanavale y fundamentalmente la ofensiva en el frente
sudoccidental, preservó la independencia de Angola, permitió que
Namibia la obtuviera y asestó al apartheid un golpe mortal,
preámbulo imprescindible para el nacimiento de una nueva Sudáfrica.
Hoy los tiempos son otros. Cuba y Angola avanzan en
el camino del desarrollo y el bienestar de sus pueblos, y se
insertan con éxito en un mundo cada vez más complejo.
La cooperación bilateral por el desarrollo
económico y social que hoy nos enorgullecemos de incrementar de
manera constante, tuvo un impulso decisivo con su presencia en
Cuba, compañero José Eduardo, en septiembre del año 2007. En esa
oportunidad usted expresó:
“Angola y Cuba son pueblos hermanos. Tuvieron
amistad en los momentos más difíciles de la lucha por la
independencia y sus lazos han sido forjados con sangre y
sacrificio".
Nos satisface constatar la realidad de paz y el
compromiso del MPLA, el Gobierno y el pueblo angolanos con la
reconstrucción económica y la profundización de la unidad nacional,
de Cabinda a Cunene, como sentenciara el inolvidable Doctor
Agostinho Neto. En alcanzar ese máximo objetivo ha sido decisivo
su papel personal, compañero José Eduardo.
Aprovecho esta oportunidad para reafirmar ante
usted y los cuadros políticos y del Gobierno, el compromiso de
contribuir modestamente a la reconstrucción económica, con el
aporte de nuestros especialistas y trabajadores internacionalistas.
Cuba enfrenta retos importantes y la permanente
agresión de un férreo y vengativo bloqueo. En el 2008, tres
poderosos huracanes dañaron seriamente la economía y la
infraestructura de nuestro país.
Expresamos una vez más nuestro agradecimiento al
Gobierno y pueblo angolanos por su generosa ayuda en ese difícil
momento, gesto que nunca olvidaremos.
Estamos seguros de que esta visita redundará en
beneficios palpables para nuestros pueblos, que bien lo merecen
por haber enfrentado con decisión, valor y constancia grandes
desafíos para alcanzar la independencia, preservar la paz y
fomentar el desarrollo.
Reitero el agradecimiento del pueblo cubano, de la
Dirección de nuestro país y el mío propio, por la solidaridad que
nos brinda Angola, y usted en especial, estimado Presidente.
Reciba usted, y en su persona todo el pueblo
angolano, el saludo fraterno de nuestro Comandante en Jefe Fidel
Castro Ruz, y sus mejores votos para que toda la buena obra ya
hecha y la que está por venir en esta tierra hermana, se consolide
y crezca.
Muchas gracias
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