El plan y el presupuesto serán instrumentos de fundamental importancia

para enfrentar con éxito los desafíos del próximo año

Intervención del Diputado Osvaldo Martínez, presidente de la Comisión de Asuntos Económicos de la Asamblea Nacional sobre los temas Plan de la Economía Nacional y Presupuesto del Estado

 

20 dicembre '08

 

Foto: Juvenal BalánGeneral de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente del Consejo de Estado y de Ministros,

 

Compañero Ricardo Alarcón de Quesada, Presidente de la Asamblea Nacional

 

Compañeras y compañeros diputados:

 

El año 2009 termina dejando una huella de significado excepcional en lo que a sucesos económicos se refiere. En él descargó sobre la economía mundial la crisis económica más profunda y abarcadora ocurrida en los últimos casi 80 años y probablemente la más compleja de todas las que el capitalismo ha experimentado en cerca de dos siglos de crisis recurrentes.

En una economía mundial altamente globalizada cuyo significado no es más que una estrecha interconexión entre todas las economías nacionales vinculadas al mercado mundial, nuestro país no pudo evitar sufrir su fuerte impacto, a pesar de que ninguna responsabilidad tenemos en su gestación o en su estallido, ni tampoco podemos evadirla o decretar su fin, pues ella se basa en profundas contradicciones del capitalismo agravadas por políticas neoliberales de especulación desenfrenada.

Sobre la economía cubana actuaron en el año 2009 tres poderosos factores adversos: la crisis económica global que derrumbó el precio del níquel, redujo los ingresos del turismo, disminuyó el acceso a financiamiento externo, entre otros efectos adversos; la persistencia del bloqueo económico que bajo la cosmética apariencia de relajamiento, mantuvo vigente su elaborado mecanismo de prohibiciones y acoso a nuestra economía, y los estragos ocasionados en el pasado 2008, por tres huracanes que nos azotaron y que aún demandan gastos extraordinarios.

En esas excepcionales condiciones el pequeño crecimiento del PIB de 1,4%, distante del 6% planificado, debe valorarse en el contexto de lo sucedido en la economía mundial y en especial, en la de América Latina y el Caribe en el año que finaliza.

A nivel mundial el crecimiento económico será negativo en alrededor de 1% y lo será también en diverso grado en los países desarrollados. En América Latina los países que tendrán crecimiento positivo —Cuba entre ellos— son apenas la mitad de los países de la región. En algunos casos como el de México el PIB se reduce en 6,7%, en tanto que el resultado promedio para la región es un decrecimiento de 1,8%.

En términos económicos el año 2009 ha sido tenso y difícil para nuestro país, aunque en nuestro caso se logró un pequeño crecimiento y con especial importancia, se mantuvo la estabilidad del país, los logros sociales de avanzada no retrocedieron, el ALBA del que Cuba es miembro fundador se fortaleció, se profundizaron las excelentes relaciones con China, cuya economía demostró su poderío en el enfrentamiento a la crisis global e incluso durante el año se registró la disposición de un número creciente de países para establecer o ampliar las relaciones económicas, políticas y culturales con Cuba.

Es impresionante el doloroso impacto social que la crisis global ha descargado sobre el mundo, pero no es menos impresionante que la Revolución Cubana —luchando en severas condiciones de restricciones financieras— haya protegido a nuestro pueblo e impedido que Cuba fuera escenario de los desastres sociales que han ocurrido en países desarrollados y subdesarrollados.

Ese impacto mundial pudiera sintetizarse en una cifra entre 250 y 300 millones más de pobres que en diciembre de 2008, no menos de 50 millones de de-sempleados adicionales a los que había entonces, un incremento de 167 millones de hambrientos para hacer alcanzar esa condición a 1 020 millones de personas en comparación con los 853 millones que se registraban hace un año. En América Latina la crisis económica borró este año los avances en la reducción del número de hambrientos que se habían alcanzado en los 15 años anteriores.

Una estadística dramática en la que se combinan la crisis económica, el subdesarrollo y la criminal indiferencia de los opulentos, es la que señala la probable muerte anual entre 2009 y 2015 —debido a los efectos ya registrados de la crisis global— de entre 200 mil y 400 mil niños de hasta 5 años de edad, especialmente en África. Significa que morirían en ese lapso, entre 1,4 millones y 2,8 millones de niños asesinados por la crisis capitalista, mientras se destinan no menos de 12 millones de millones de dólares para rescatar bancos y entregar multimillonarias recompensas a especuladores fracasados.

En nuestra región latinoamericana y caribeña, el volumen de las exportaciones descenderá 11%, su peor resultado en 72 años, mientras que las importaciones caerán 14%, el peor resultado en 27 años. Las filas de los pobres aumentaron en 9 millones y las de los indigentes en 5, en tanto que los desempleados aumentaron en 2,5 millones hasta alcanzar la cifra de 18,4 millones.

Durante el año el manejo de la economía cubana enfrentó el duro reto de operar en medio de una aguda restricción financiera, proteger a la población, asegurar la estabilidad esencial del país, preparar condiciones para retomar el crecimiento económico en circunstancias más propicias, y hacerlo adoptando decisiones de valor permanente tanto para enfrentar la crisis coyuntural como para proyectar el desarrollo económico-social a mediano plazo.

Fue necesario efectuar dos procesos de ajuste al Plan de la Economía Nacional, basados en principios como revisar la totalidad de los gastos previstos para no gastar más allá de lo que permiten los ingresos, revisar las inversiones para concentrarlas en aquellas que aporten ingresos en divisas en el corto plazo y sustituyan importaciones, disminuir los inventarios en atención a los ciclos de rotación y considerarlos como fuente del Plan, dar prioridad a las producciones o servicios que generen ingresos por exportaciones y reducir los gastos sociales hasta niveles compatibles con las posibilidades de la economía, impulsar la sustitución de importaciones movilizando el potencial existente, aunque todavía no aprovechado.

Los diputados tienen en su poder el Informe sobre los resultados económicos del año 2009 y perspectivas para el 2010 elaborado por el Ministerio de Economía y Planificación, el que contiene cifras e informaciones que ilustran lo ocurrido en el año y me liberan de repetirlas, pero una de ellas merece destacarse y es el descenso de la productividad del trabajo, la cual tiene entre sus principales causas el viejo problema del empleo superfluo o exceso de plantillas en muchas actividades del país.

Otros resultados del año 2009, obtenidos en dura lucha, fueron el incremento del 4,3% en la producción de leche a partir del estímulo a su producción, lo cual permitió ahorrar la importación de 2,300 toneladas de leche en polvo, la disminución en 4% del consumo de combustibles, el reordenamiento de las transportaciones de cargas y la remotorización, las medidas aplicadas para el ahorro de electricidad en el sector estatal que evitó el gasto de 70 millones de dólares, la solución al 95% de las zonas de bajo voltaje, el avance exportador y la elevada productividad del sector de la biotecnología y la industria farmacéutica, el aumento de la densidad telefónica y la digitalización en el país, la continuidad en el trabajo del programa hidráulico, el inicio satisfactorio del curso en todos los niveles de enseñanza, el creciente despliegue de la cultura en todo el país y la celebración de importantes eventos culturales.

Aun en medio del embate de la crisis global y de la copiosa lista de desgracias sociales ocurridas en el mundo en el año que termina, la tasa de mortalidad infantil en el primer año de vida fue de 4,7 por mil nacidos vivos, la esperanza de vida al nacer es de 78 años y el estado no escatimó esfuerzos ni gastos para combatir la influenza A H1N1 y el dengue.

En el año 2010, en el cual nos proponemos alcanzar un crecimiento de 1,9% del PIB, ligeramente superior al del año actual, el escenario de la economía mundial está dominado por la incertidumbre ante el curso posible de la crisis global.

Aunque el mensaje mediático dominante sostiene que la recuperación ha comenzado en Estados Unidos y en los países desarrollados de Europa y Asia, la crisis está lejos de haberse borrado, los síntomas de recuperación son vacilantes y están mezclados con un peligroso repunte de la especulación financiera utilizando los mismos paquetes de rescate lanzados por los gobiernos, e incluso existe la posibilidad de una nueva caída abrupta o de un estancamiento con crecimientos alrededor de cero, que se mantenga con carácter crónico durante varios años.

Esta crisis global, la más compleja en la historia del capitalismo, no es sólo financiera sino energética, ambiental, alimentaria, social y no responde a los clásicos patrones de una rápida y vigorosa recuperación después de finalizada la fase de crisis.

El escenario para el 2010 es de incertidumbre para todos en la economía mundial y es a partir de esta realidad objetiva y del análisis concreto de nuestras condiciones, que se ha elaborado el Plan de la Economía Nacional, teniendo en cuenta que las restricciones financieras continuarán presentes.

El Plan cuyos lineamientos esenciales se presentan a esta Asamblea, incluye variadas acciones para operar en esas complejas circunstancias, entre ellas, la aplicación de esquemas cerrados de financiamiento en divisa que permitirán disponer de dicho financiamiento sin subordinarse a otras actividades en los casos del níquel, la biotecnología, el turismo, la aviación, las telecomunicaciones, el ron y el tabaco, entre otras. La sustitución de importaciones en general, y de los alimentos en particular deben incrementarse en respuesta a las necesidades del país, así como el desarrollo de la agricultura suburbana.

No debe aumentar el consumo de combustibles y será necesaria mayor disciplina y rigor en la preparación y ejecución de un plan de inversiones cuidadosamente concebido, de modo que no podrán iniciarse aquellas que no tengan definido su financiamiento o no estén incluidas en el Plan y deberán amortizarse todas las que puedan hacerlo a partir de los ingresos o de los ahorros que generen.

El Presupuesto del Estado enfrentó también en 2009 las complicadas condiciones de funcionamiento de la economía. No obstante, el déficit fue inferior en 826 millones de pesos al que esta Asamblea estableció en la Ley aprobada y representó el 4,8% del PIB, inferior al 6,7% registrado en 2008. Esto fue posible debido a la acción coordinada entre los Ministerios de Economía y Planificación y el de Finanzas y Precios, con la participación de todos los Organismos de la Administración Central del Estado y los Consejos de la Administración Provinciales, para reducir gastos en consonancia con los ajustes hechos al Plan.

El proyecto de Presupuesto del Estado presentado se propone reducir el déficit presupuestal hasta 3,5% del PIB, aplicando varias medidas para lograrlo, como la transformación de algunas unidades presupuestadas en empresas, la disminución en un porcentaje de 3,5 de los gastos corrientes de la actividad presupuestada, la disminución del subsidio por pérdidas y el no financiamiento por el presupuesto de las inversiones de la actividad empresarial, las que deberán basarse en créditos bancarios.

La Comisión de Asuntos Económicos recomienda a la Asamblea Nacional la aprobación de los Lineamientos para el Plan de la Economía Nacional y el proyecto de Presupuesto del Estado, en la convicción de que ellos serán instrumentos de fundamental importancia para enfrentar con éxitos los intrincados de-safíos que en el próximo año continuarán planteados al desarrollo económico y social del país.

Nos acercamos al año 2010, en el que muchos millones de seres humanos continuarán sufriendo bajo la perversa combinación de crisis económica capitalista, subdesarrollo y depredación de las condiciones para la vida por la agresión profunda al medio ambiente. Esos tres ingredientes expresan los límites históricos del capitalismo y la imperiosa necesidad de sustituirlo por el socialismo, como la única fórmula capaz de salvar a la especie humana.

Los cubanos llevamos medio siglo en la avanzada por la construcción de un mundo mejor. Por hacerlo hemos encarado el repertorio de agresiones que el imperialismo reserva para los verdaderos revolucionarios. Él pretende retornar al casino financiero sin preocuparle el terrible costo humano de las crisis, continuar saqueando al subdesarrollo y engordando de él, insistir en tratar a la naturaleza como una mercancía y colocar a la codicia del mercado por encima de la vida misma de los humanos.

En medio de estos dilemas en que se pone en juego el futuro de la Humanidad, los cubanos estamos del lado de los que aman y construyen, de los que son solidarios y creen en la utilidad de la virtud.

Para imponernos a los duros retos que la coyuntura económica internacional nos plantea contamos, entre otras cosas, con sólidos recursos humanos educados por la Revolución, incluidos nuestros jóvenes que en pocos meses efectuarán el Congreso de su organización de vanguardia, la cohesión política de nuestro pueblo y nuevos lazos de provechosa integración con los países del ALBA. Estamos en condiciones no sólo de resistir, sino de continuar el desarrollo económico y social.

El desafío que en lo económico plantea el próximo año no es menor al que hemos sorteado en el actual, pero disponemos del recurso supremo de una Revolución profunda, cimentada en la justicia social, en la defensa de la soberanía y la dignidad de la nación y conducida como en tantas batallas victoriosas por los compañeros Fidel y Raúl.

Muchas gracias