|
|
Intervención del Embajador Abelardo Moreno, Representante Permanente de Cuba, en el debate del Consejo de Seguridad sobre el tema “Información de los Presidentes de los Órganos Subsidiarios del Consejo de Seguridad” . |
Nueva York, 26 de mayo de 2009.
|
Señor Presidente:
A pesar de contar con todas las pruebas para acusar como terrorista a Luis Posada Carriles, quien es denominado, con justeza, como el más connotado terrorista del hemisferio occidental, el Gobierno de Estados Unidos se limita a seguir un proceso judicial en su contra por otros cargos menores. Cuba reitera que el manejo de este caso por el Gobierno de Estados Unidos, constituye una clara y flagrante violación de la resolución 1373 y otras resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad y la Asamblea General, así como de varios instrumentos jurídicos internacionales relativos a la lucha contra el terrorismo. El gobierno de la República de Cuba exige nuevamente a las autoridades de Estados Unidos que juzguen a Posada Carriles como terrorista o que lo devuelvan a la República Bolivariana de Venezuela, país que ha solicitado su extradición desde el 15 de junio de 2005, hace ya casi cuatro años. Señor Presidente: Cuba apoya la posición de los 118 Estados miembros del Movimiento de Países No Alineados, contraria a la confección unilateral de listas que acusan a los Estados de supuesto apoyo al terrorismo, las que son incompatibles con el Derecho Internacional y las resoluciones de Naciones Unidas.
El
pasado 30 de abril, por 28vo año consecutivo, el Gobierno de los Estados
Unidos incluyó a Cuba en una lista de Estados que, supuestamente, auspician
el terrorismo a nivel internacional. A lo largo de todos estos años, los burdos pretextos para incluir a Cuba en tal lista han sido variados, pero siempre ha sido evidente la total falta de veracidad y objetividad de los mismos, y la imposibilidad de sustentarlos. Con la injustificable inclusión de Cuba en ese listado, el nuevo Gobierno de Estados Unidos niega la racionalidad política que proclama públicamente y sigue los equivocados pasos de sus predecesores, al acudir a manipulaciones políticas y flagrantes mentiras contra Cuba, en aras de justificar a toda costa su desacreditada, aislada e insostenible política contra nuestro país. Quienes elaboran tales listados carecen de la más mínima autoridad moral para erigirse en árbitros internacionales en materia de terrorismo y ‘certificar’ buenas o malas conductas.
La
política intachable de la Revolución cubana con relación al terrorismo no
admite cuestionamientos ni dudas, mucho menos provenientes de Washington.
Cuba condena todos los actos, métodos y prácticas de terrorismo en todas sus
formas y manifestaciones, dondequiera, por quienquiera que los cometa,
contra quienquiera que se cometan y cualesquiera que sean sus motivaciones.
No es en Cuba, sino en Estados Unidos, donde actúa impunemente una mafia terrorista que ha organizado, financiado y realizado cientos de actos de terrorismo contra la nación cubana. Los Gobiernos de Estados Unidos han estado involucrados en los últimos 50 años en repetidas acciones terroristas que han causado al pueblo cubano 3.478 muertos y 2.099 incapacitados, con pérdidas materiales que ascienden a más de 54.000 millones de dólares. El Gobierno de Estados Unidos no solo recibió en los primeros momentos del triunfo revolucionario a cientos de esbirros, torturadores y asesinos de la tiranía batistiana, que causaron más de 20 000 muertos y huyeron de la justicia revolucionaria, sino que ha mantenido durante cinco décadas la política de proteger y dar resguardo a cuanto criminal llegue a territorio norteamericano luego de haber cometido actos delictivos contra Cuba y su pueblo.
Desde
el triunfo de la Revolución, los Gobiernos de Estados Unidos toleraron, e
incluso organizaron, actos de sabotaje y destrucción de objetivos civiles
dentro de Cuba; ataques piratas aéreos y navales contra poblaciones cubanas
indefensas, instalaciones costeras y contra naves mercantes y embarcaciones
pesqueras; atentados contra instalaciones y personal cubano en el exterior,
incluidas sedes diplomáticas; cientos de planes de atentados contra la vida
de dirigentes cubanos; organizaron y apoyaron con sus fuerzas armadas la
fracasada invasión de Playa Girón; apoyaron la quema de cañaverales, el
ametrallamiento sobre territorio cubano, y el asesinato de combatientes de
nuestra Policía Nacional y Tropas Guardafronteras, por solo mencionar
algunos ejemplos. En ese contexto, el 29 de noviembre de 2001 Cuba le propuso al Gobierno de Estados Unidos, sin ninguna condición, y en correspondencia con lo dispuesto en la resolución 1373 del Consejo de Seguridad, suscribir un Programa Bilateral de lucha contra el terrorismo. Esa propuesta, reiterada posteriormente en varias ocasiones, fue rechazada por la Administración Bush con vacíos e irracionales argumentos. Si la nueva administración norteamericana realmente desea demostrar su compromiso con la lucha antiterrorista, tiene la oportunidad ahora de actuar con firmeza y sin dobles raseros contra diferentes organizaciones terroristas que, desde territorio de Estados Unidos, han venido agrediendo a Cuba durante todos estos años. Tiene la oportunidad de hacer justicia y liberar sin más demora a cinco luchadores antiterroristas cubanos que mantiene como presos políticos desde hace más de 10 años, en cárceles de alta seguridad, a pesar de que sólo trataban, con elevado altruismo y valor, de obtener información sobre los grupos terroristas ubicados en Miami, para prevenir sus actos violentos y salvar vidas de ciudadanos cubanos y norteamericanos. Está en manos del Gobierno de los Estados Unidos probar, ante la opinión pública norteamericana e internacional, que es capaz de poner a un lado mezquinos intereses de pequeños grupos anticubanos y defender los verdaderos intereses de su pueblo y los de la comunidad internacional. El Gobierno de Estados Unidos tiene la palabra. Está en sus manos dejar de utilizar el tema del terrorismo con objetivos políticos y poner fin a la injusta e infundada inclusión de Cuba en la lista de países que supuestamente auspician el terrorismo.
Señor Presidente:
Cuba reitera su disposición a hacer una presentación más detallada sobre estas cuestiones ante el Comité Contra el Terrorismo o suministrarle cualquier información adicional o aclaración que se considere necesaria. El doble rasero no puede prevalecer. Es imposible eliminar el terrorismo si se condenan algunos actos terroristas mientras se silencian, toleran o justifican otros. Como lo ha hecho hasta el momento, Cuba continuará cumpliendo estrictamente con lo estipulado en las Resoluciones 1267, 1373 y 1540 del Consejo de Seguridad y mantendrá su cooperación con los órganos subsidiarios creados en virtud de las mismas. Muchas gracias
|