Ancora una volta i media della stampa controllati dal governo degli Stati Uniti
e di alcuni dei suoi più stretti alleati, hanno deciso di occultare la verità
circa la celebrazione dei diritti umani a Cuba.
Per la maggiore delle Isole delle Antille il 10 dicembre costituisce un giorno
di festa, poiché dal 1° gennaio 1959, cessarono le continue violazioni dei
diritti di milioni di donne e uomini che erano calpestati dal 1902, da tutti i
governi di turno della pseudo
Repubblica, al servizio incondizionato degli nord americani.
Ancora oggi i cubani/e ricordano come lo spregevole Emendamento alla
Costituzione del 1902, imposto dal governo degli Stati Uniti e che prende il
nome dal senatore Orville H.
Platt, limitava l'indipendenza di Cuba alle decisioni degli yankee, che
permetteva l'intervento militare degli Stati Uniti ogni volta che lo volevano,
tolse il diritto territoriale a Cuba sull'Isola dei Pini e obbligò il governo
cubano a consegnare terre scelte dal
governo degli Stati Uniti per dedicarle a basi di rifornimento di carbone o
navali, e per cui ancora oggi i cubani hanno la base navale nel territorio
di
Guantanamo, in contrasto con la volontà
popolare.
Dopo la rivoluzione del 1959, si raggiunse la piena parità degli uomini e delle
donne, col diritto allo stesso lavoro con salari simili, si eliminarono le
discriminazione in base al colore della pelle, status economico e origine
sociale, dando diritto ai
poveri di studiare in qualsiasi scuola gratuitamente, il diritto a cure mediche
in istituti specializzati, ospedali e policlinici, senza che a nessuno importi
il colore della pelle e senza alcun costo; la possibilità di eleggere e di
essere eletto senza
dover essere una persona benestante, o figlio di politici influenti.
Da quella data vittoriosa che tanto disgusta i nord americani, i cubani/e sono
padroni del loro destino, l'analfabetismo è stato sradicato in Cuba e centinaia
di scuole sono state aperte in quella che, una volta, erano caserme, sono state
create scuole d'arte e
sportive in ogni provincia del paese, le università sono distribuite
omogeneamente e sono stati anche aperte filiali provinciali, per un totale di
centinaia di centri di questo livello.
I neri/e cubane, non afrocubani come dicono i nord americani, dato che tutti
sono nati a Cuba e hanno il diritto di esserlo, possono lavorare nelle banche,
società, aeroporti, bar, ristoranti, alberghi, centri commerciali e anche essere
artisti della TV,
cinema e balletto classico, luoghi destinati, prima del 1959, solo per
bianche/i, cosa che molti non ricordano o non vogliono ricordarlo.
Tutti i bambini hanno il diritto ad essere immunizzati con 12 vaccini contro
malattie prevenibili senza pagare un centesimo, situazione impensabile prima del
trionfo rivoluzione.
No c'é persecuzione religiosa, e tutti possono credere a ciò che desiderano,
prima era tabù avere fede nei santi della Regla de Ocha, e oggi è visto come
qualcosa di naturale e non discriminato.
I cambiamenti nel sistema elettorale consentono che tutti i cubane/i abbiano il
diritto di esercitare il voto dal loro distretto, di proporre il loro delegato
all'assemblea comunale, provinciale e nazionale, senza doverlo scambiare per un
posto in una scuola per i loro figli o per un
letto in un ospedale
per curare un famigliare.
L'omofobia
é terminata e si accettando i diversi orientamenti sessuali senza essere
considerata una malattia.
Si é sradicata la tortura, gli omicidi politici e le sparizioni, qualcosa di
comune durante i governi sostenuti politicamente e militarmente dalla Casa
Bianca e l'esercito USA, tra cui quello di Fulgencio Batista con più di 20000
morti, più altrettanti
torturati e scomparsi.
Infine, il 10 dicembre il popolo cubano celebra con gioia i progressi in questo
settore, mentre un piccolo gruppo di dipendenti degli yankee, seguendo gli
ordini di quest'ultimi, pretendono prenderselo come bandiera per cercare
di nascondere ciò che la rivoluzione ha ottenuto in questo campo,
nonostante che un'alta percentuale di questi subordinati ai nord americani siano
nere/i, che grazie alla rivoluzione contano oggi di diritti che prima del 1959
non avevano.
Da tutto questo e di come la gente ha celebrato con feste in piazze e parchi
questa data, non si parla, perché si manipola e nasconde la verità, che tanto fa
male sia agli yankee che ai loro lacchè.
Ocultando la verdad.
Arthur González http://heraldocubano.wordpress.com
Una vez más los medios de prensa controlados por el gobierno norteamericano y
alguno de sus aliados más cercanos, decidieron ocultar la verdad sobre la
celebración de los derechos humanos en Cuba. Para la Isla mayor de las Antillas
el 10 de diciembre constituye un día de fiesta, pues a partir del 1ro de Enero
de 1959, cesaron las continuadas violaciones de los derechos de millones de
mujeres y hombres que eran pisoteados desde 1902, por todos los gobiernos de
turno de la seudo República, al servicio incondicional de los norteamericanos.
Aun hoy los cubanos y cubanas recuerdan como la despreciable Enmienda a la
constitución de 1902, impuesta por el gobierno norteamericano y que debe su
nombre al senador Orville H. Platt, limitaba la independencia de Cuba a las
decisiones de los yanquis, la cual permitía la intervención del ejército
norteamericano cada vez que lo desearan, quitó el derecho territorial a Cuba
sobre la Isla de Pinos y obligó al gobierno cubano a entregar tierras
seleccionadas por el gobierno de los Estados Unidos para dedicarlas a bases
carboneras o navales y de la que aun hoy los cubanos tienen a la base naval en
el territorio de Guantánamo, en contra de la voluntad popular.
Después del triunfo revolucionario en 1959, se alcanzó la plena igualdad de
hombres y mujeres, con derecho a los mismos puestos de trabajo con similar
salario, se eliminaron las discriminaciones por el color de la piel, el nivel
económico y el origen social, dándole derecho a los pobres a estudiar en
cualquier escuela de forma gratuita, el derecho a la asistencia médica en
institutos especializados, hospitales y policlínicas, sin importarle a nadie el
color de la piel, y sin costo alguno; la posibilidad de elegir y ser elegido sin
tener que ser una persona pudiente, o hijo de políticos influyentes.
A partir de esa fecha victoriosa que tanto disgusta a los norteamericanos, los
cubanos y cubanas son dueños de sus destinos, se erradicó el analfabetismo en la
Isla y se abrieron cientos de escuelas en lo que antes fueron cuarteles
militares, fueron creadas escuelas de arte y de deporte en cada provincia del
país, las universidades se extendieron de igual forma e incluso se abrieron
filiales municipales, sumando cientos de centros de este nivel.
Los negros y negras cubanos, no afrocubanos como dicen los norteamericanos, pues
todos nacieron en Cuba y tiene el derecho de serlo, pueden trabajar en bancos,
empresas, aeropuertos, bares, restaurantes, hoteles, centros comerciales e
incluso ser artistas de la TV, el Cine y el ballet clásico, lugares destinados
antes de 1959 solo para blancas y blancos, algo que muchos ya no recuerdan o no
quieren hacerlo.
Todos los niños tienen derecho a ser inmunizados con 12 vacunas contra
enfermedades curables sin pagar un céntimo, situación impensable antes del
triunfo revolucionario.
No hay persecución religiosa, y cada cual pueda creer en lo que desee, antes era
un tabú tener fe en los santos de la regla de Ochá, y hoy se ve como algo
natural y no discriminado.
Los cambios en el sistema electoral permiten que todo cubano y cubano tenga
derecho a ejercer el voto desde su circunscripción, proponer a su delegado a la
asamblea municipal, provincial y nacional sin tener que cambiarlo por una plaza
en una escuela para sus hijos o por una cama en un hospital para curar a un
familiar.
La homofobia se acaba y se aceptan las diferentes orientaciones sexuales sin ser
consideradas como una enfermedad.
Se erradicó la tortura, los asesinatos políticos y los desaparecido, algo común
durante los gobiernos respaldados política y militarmente por la Casa Blanca y
el ejército norteamericano, entre ellos el de Fulgencio Batista que fue de los
más sangriento con más de 20 mil muertos, más otro tanto de torturados y
desaparecidos.
En fin, que el 10 de diciembre el pueblo cubano celebra con alegría los avances
en esa materia, mientras un minúsculo grupito de asalariados de los yanquis,
siguiendo sus órdenes pretenden tomárselo como bandera, para intentar ocultar lo
que la Revolución logró en ese campo, a pesar que un alto por ciento de esos
subordinados a los norteamericanos son negras y negros, que gracias a la
revolución cuentan hoy con los derechos que antes de 1959 no tenían.
De todo esto y de cómo el pueblo celebró con fiestas en plazas y parques esta
fecha, no se habla, pues se manipula y oculta la verdad, esa que tanto le duele
a los yanquis y a sus lacayos.