Discurso pronunciado por el compañero José Ramón Machado Ventura, Segundo Secretario del Comité Central del Partido y Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros en la ceremonia militar de traslado e inhumación de los restos de los combatientes del II Frente Frank País, caídos en la guerra de liberación o fallecidos después del triunfo de la Revolución, efectuado en el II Frente, Santiago de Cuba el 13 de enero de 2018.
Compañero General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros.
Familiares de los combatientes del Segundo Frente Oriental Frank País, cuyos restos descansarán desde hoy en este histórico sitio;
Compañeras y compañeros:
Una vez más, el eterno compromiso con los caídos nos reúne, al pie de la montaña de Mícara, para depositar en este Mausoleo, que atesora los restos de tantas compañeras y compañeros valiosos, los de otros 104 integrantes del Segundo Frente Oriental Frank País, caídos durante la Guerra de Liberación o fallecidos después del triunfo.
Esta solemne ceremonia se realiza transcurrido un año de la desaparición física del Líder Histórico de la Revolución Cubana, nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, que concibiera, como parte de la estrategia de extender las acciones del Ejército Rebelde a otras zonas del país, la creación de un nuevo frente guerrillero en este territorio, escenario a lo largo de la historia de incontables hazañas de compatriotas, en aras de alcanzar la justicia y la libertad plena para los cubanos.
La decisión de convertir en realidad ese sueño de varias generaciones de revolucionarios, trajo a estas montañas a más de un centenar de compañeras y compañeros, cuyas cenizas, por voluntad propia, descansarán en el lugar donde transcurrieron momentos trascendentales de sus vidas.
No es posible mencionar en estas breves palabras la contribución personal de cada uno de ellos a la obra de la Revolución, pero sin dudas ese aporte es ya parte imborrable de la gloriosa historia de nuestro pueblo.
Durante la Guerra de Liberación, no pocos llegaron hasta aquí como fundadores del nuevo Frente, siendo ya combatientes veteranos de la Sierra Maestra. Otros ya combatían por estos lugares o se sumaron posteriormente a la lucha.
Cada uno se consagró al cumplimiento de la tarea asignada, ya fuera como combatiente de fila o en el desempeño de altas responsabilidades al mando de una columna, unidad o integrando alguno de los departamentos de la Jefatura.
Seis hicieron el sacrificio supremo de ofrendar la vida en acciones o combates, que como expresara el jefe y fundador de este Frente, General de Ejército Raúl Castro Ruz, se libraron (y cito): “con más coraje que armas”, (fin de la cita) hasta derrotar al ejército de la tiranía, mucho más numeroso y mejor equipado que nuestra modesta fuerza guerrillera.
Los otros noventa y ocho compañeros tuvieron el privilegio de disfrutar la alegría por el triunfo el primero de enero de 1959, que como nos alertó entonces el compañero Fidel, no fue colofón sino inicio de una nueva etapa de lucha, aún más prolongada, cruenta y difícil.
A esa nueva batalla también se sumaron ellos de inmediato, ahora junto a todo el pueblo, pues el imperio no dio la menor tregua en su intento de destruir cuanto antes aquel luminoso ejemplo de dignidad y justicia, tan peligroso para sus intereses.
En estas compañeras y compañeros está representado el amplio abanico de compatriotas que inició y hoy lleva adelante la Revolución.
Entre ellos había, desde profesionales de cierta experiencia —los menos—, hasta una mayoría de cubanos muy humildes: campesinos, obreros y otros trabajadores del campo y la ciudad, no pocos analfabetos totales o parciales, que después del triunfo, e incluso durante la propia guerra, hicieron un extraordinario esfuerzo por superarse y así estar en condiciones de hacer un mayor aporte a la Patria.
No pocos alcanzaron altos grados militares en las Fuerzas Armadas Revolucionarias o el Ministerio del Interior, u ocuparon elevadas responsabilidades en el Partido, el Gobierno o la administración.
Y lo más importante: todos, sin excepción, estuvieron siempre allí donde los convocó el deber: en Girón, en la Crisis de Octubre, la lucha contra bandidos, las misiones internacionalistas y los muchos otros frentes de estos años. Igualmente aportaron su sudor, conocimientos y experiencia a la ardua y colosal tarea de construir el socialismo en un pequeño país, sin grandes recursos naturales, y permanentemente agredido por la mayor potencia militar y económica del planeta.
Tanto esfuerzo y sacrificio no ha sido en vano. Basta recorrer este municipio, como cualquier otro del país, para que se haga evidente cuanto ha hecho la Revolución por el pueblo. En toda Cuba hoy son realidades palpables los sueños de justicia por los que han dado la vida miles de cubanos, especialmente en las zonas rurales, donde prácticamente toda obra social nació después del triunfo del primero de enero.
En cada escuela, hospital, campo cultivado e industria edificados durante estos 59 años, está presente el aporte de nuestros hermanos caídos.
A la vez, cada uno de estos logros constituye un monumento a su sacrificio, que además nos recuerda el permanente compromiso de preservar lo que hemos levantado con tanto esfuerzo.
El ejemplo de sus vidas es el más valioso legado a las nuevas generaciones. La demostración de que sí pueden vencerse los peligros y las dificultades, cuando el desafío se asume con valor, inteligencia y decisión de vencer; cuando el trabajo creador no deja espacio a la indolencia, los lamentos y las justificaciones.
Quienes hemos tenido el privilegio de ocupar un modesto puesto en la trinchera durante largos años, sentimos la satisfacción de ver en los cubanos de hoy, en especial en nuestra juventud, igual disposición a vencer dificultades y peligros para continuar avanzando.
Son los protagonistas activos y conscientes de los retos del presente, no menos difíciles que los de épocas anteriores, pues la Revolución sigue adelante en un contexto internacional adverso, en medio de una agudizada crisis económica mundial y de la desenfrenada carrera del imperio por apoderarse de cuanto recurso existe en el planeta.
Hoy, cuando contra Cuba se recrudecen la guerra económica y las campañas de mentiras y groseras calumnias, ratificamos, al depositar los restos de 104 hermanos en este sitio de tanto simbolismo, el compromiso de continuar siendo fieles a su ejemplo, y de no escatimar esfuerzos ni sacrificios en el empeño de hacer cada vez más libre, próspera y soberana a nuestra Patria.
¡Viva la Revolución!
¡Gloria eterna a nuestros héroes y mártires!
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Venceremos!
Raúl ha presieduto la cerimonia d’inumazione dei resti dei 104 combattenti del II Fronte Orientale Frank País
Santiago di Cuba.- La stessa terra dove in vita si colmarono di gloria e di vittorie, ha ricevuto ieri, 13 gennaio, nel Mausoleo agli eroi e ai martiri del II Fronte Orientale Frank País, i resti di 104 combattenti morti durante la guerra di liberazione o dopo il trionfo della Rivoluzione, inumati in una cerimonia militare presieduta dal Generale d’Esercito Raúl Castro Ruz.
Con la fitta nebbia dell’alba ai piedi della Collina di Micara, sono state trasportati dal Mausoleo Centrale del Fronte in 18 veicoli con supporti militari, le urne coperte dalla bandiera cubana, lungo un percorso di un chilometro, scortate dalle palme reali e seguite dagli accordi di un brano musicale composto per questo sacro luogo da Frank Fernández.
Per ricevere gli onori militari, mentre la Banda di Musica dello Stato Maggiore, Generale delle Forze Armate Rivoluzionarie – FAR – interpretava il poema lirico che il Comandante della Rivoluzione Juan Almeida Bosque dedicò ai martiri, intitolato Hasta pronto, il glorioso carico è stato situato davanti e al centro del poligono delle cerimonie.
«Ognuno di loro – ha detto riferendosi ai compagni di lotta, il combattente di questo fronte e attuale secondo Segretario del Comitato Centrale del Partito, comandante José Ramón Machado Ventura-, si è dedicato al compimento del compito assegnato come combattente nelle fila o realizzando alte responsabilità al comando di una colonna o unità, o facendo parte di dipartimenti di dirigenti».
Machado Ventura, Vicepresidente dei Consigli di Stato e dei Ministri, ha precisato che sei offersero la vita, morendo in azioni o in combattimento e altri 98 ebbero il privilegio di godere l’allegria del trionfo del 1º gennaio del 1959.
«Non pochi hanno ottenuto alti gradi militari nelle FAR o nel Minint o hanno occupato alte responsabilità nel Partito, nel governo o nell’amministrazione.
«La cosa più importante, ha segnalato parlando di coloro che ha definito come una rappresentanza dell’ampio ventaglio di compagni che iniziò e che oggi porta avanti la Rivoluzione, è che tutti senza eccezione restarono là dove li ha collocati il dovere», ed ha aggiunto che il loro sacrificio non è stato invano, perché basta vedere in questo municipio o in qualsiasi altro del paese l’opera edificata come monumento alla loro memoria.
«Oggi, quando si induriscono la guerra economica, le campagne di menzogne e volgari calunnie contro Cuba, ratifichiamo, portando i resti di 104 fratelli in questo luogo così simbolico, l’impegno di continuare ad essere sempre fedeli al loro esempio e di non tralasciare sforzi o sacrifici nell’impegno di fare sempre più libera, prospera e sovrana la nostra Patria», ha dichiarato.
Le urne, portare da membri dell’Unità delle Cerimonie dello Stato Maggiore delle FAR, sono state messe a lato dei tumuli e degli ossari, dopo che sono state poste vicino alla fiamma eterna che arde per tutti i combattenti le corone di fiori dedicate dal Generale d’Esercito Raúl Castro Ruz, dal popolo di Cuba e dai loro familiari.
Inumati i resti in omaggio postumo la Banda di Musica ha interpretato le note dell’Inno Nazionale e simultaneamente sono state sparate tre salve di fucileria da un plotone di fanteria dell’Esercito Orientale, mentre restavano sull’attenti le truppe formate dagli alunni della Scuola Militare Camilo Cienfuegos, di Santiago di Cuba, combattenti della Brigata della Frontiera e truppe speciali.
Conclusa la cerimonia, che ha contato con 1500 invitato del paese principale, Mayarí Arriba, il Presidente dei Consigli di Stato e dei Ministri, Generale d’ Esercito Raúl Castro Ruz, ha posto una rosa bianca davanti alla fiamma eterna e ne ha dedicato un’altra alla sua indimenticabile compagna nella lotta e nella vita, Vilma Espín Guillois, davanti alla pietra monumentale che custodisce le sue ceneri.
Altri membri del Burò Politico, dirigenti del Partito e dello Stato, alti capi delle FAR y el Minint, dirigenti dell’ Associazione dei Combattenti della Rivoluzione Cubana; il primo segretario del Partito nella provincia, Lázaro Expósito Canto, combattenti del II Fronte e familiari dei martiri, hanno posto rose davanti alla fiamma eterna e ai 377 tumuli e ossari occupati dall’inaugurazione del mausoleo sino ad oggi.
Fondato da Raúl l’11 marzo del 1958, obbedendo ad un ordine del Comandante in Capo Fidel Castro Ruz, il II Fronte giunse a controllare 12.000 chilometri quadrati nei territorio delle attuali province di Guantánamo, Holguín e Santiago di Cuba, dove con più di 250 combattimenti, realizzando un importante apporto al trionfo rivoluzionario.
Inoltre è stato una fucina in cui si sono formati numerosi combattenti e quadri, che pose in evidenza la genialità del Comandante in Capo, Fidel Castro Ruz nella conduzione della guerra, e le qualità di capo politico e militare, del suo fondatore, l’allora comandante, oggi Generale d’Esercito, Raúl Castro Ruz.
La Rivoluzione continuerà invitta in questa feconda semina
«Non è facile riassumere in un solo uomo il valore, le virtù e la grandezza di migliaia di combattenti rivoluzionari che hanno dato le loro vite scontrandosi con la tirannia di Batista. Lo si può dire senza esitazioni quando questo uomo è Frank País».
Le parole di Vilma Espín la rendono e li rendono presenti in questa mattina di sabato del primo mese del 2018 nel II Fronte che dalla sua creazione ha portato il nome del valoroso giovane, buon figlio, maestro e rivoluzionario.
Lì Vilma, l’eroina della Sierra e del Piano, ha ricevuto 104 combattenti che sono stati suoi compagni in quella regione.
E chi non è mai mancato, Raúl, allora capitano e oggi Generale d’Esercito, ma sempre suo fedele compagno, ha dato loro il benvenuto nello stesso territorio dove l’organizzazione e l’efficienza, il coraggio e la convinzione della vittoria si sono impadronite del maestoso luogo.
Machado Ventura ha parlato dalla modestia, ma anche dall’onore d’appartenere a quelle truppe e li ha abbracciati con « l’impegno di continuare ad essere fedeli al loro esempio e a non tralasciare sforzi ne sacrifici nell’impegno di rendere sempre più libera, prospera e sovrana la nostra Patria».
Chiaro che non è mancato un sentito omaggio dei compagni e dei familiari in una cerimonia intima, dove l’esempio di ognuno di loro continua ad irradiare nei figli, nei nipoti o bisnipoti.
La Rivoluzione continuerà invitta in questa semina feconda che ha nelle viscere della Sierra Maestra, la linfa e la purezza dei più fedeli ideali di 150 anni di lotta per l’indipendenza di Cuba.
Nell’ imponente e bel paesaggio del II Fronte Frank País, come in quello del III Fronte Mario Muñoz, vivono per tutta Cuba la Rivoluzione e il socialismo.
Da lì si rende ferma per la Patria quella sentenza del nostro invincibile Comandante in Capo Fidel Castro Ruz, del 7 dicembre del 1989: «In Cuba, Rivoluzione, socialismo e indipendenza Nazionale sono indissolubilmente uniti».
Machado ha ricordato che Fidel concepì, come parte della strategia, d’estendere le azioni dell’Esercito Ribelle ad altre zone del paese con la creazione di un nuovo fronte della guerriglia in questo territorio, scenario in tutta la storia di infinite battaglie di compatrioti per conquistare la giustizia e la libertà piena dei cubani.
Oggi, come in quel dicembre, il Capo della Rivoluzione le ripeterebbe in una cerimonia militare di trasferimento e inumazione dei resti dei combattenti del II Fronte Frank País, morti nella guerra di liberazione o dopo il trionfo della Rivoluzione.
Loro sono morti per la patria rivoluzionaria e degna che oggi è Cuba.