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Il giornale ufficiale della mafia anticubana di Miami, El Nuevo Herald, informa che il gruppo mercenario conosciuto come le Dame in Bianco si disfa in pezzi. Un articolo dell’agenzia EFE, pubblicato da El Nuevo Herald, assicura che trenta membri del gruppo mercenario, a Santiago de Cuba, hanno abbandonato il business e pianificano d’incontrarsi la prossima settimana per decidere il loro futuro, informa il portale Cubasi.
La nuova dissidente dei “dissidenti” ha anche detto che era anche “molto disgustata” con Soler perché aveva ordinato la separazione delle donne componenti il movimento nella città di Palma Soriano, che ha detto “erano tutto un blocco” sino al luglio scorso.
Nel frattempo, Berta Soler, all’essere consultata sul tema da parte della agenzia EFE, ha dichiarato: “Continueremo con più forza e tutte coloro che entrano nel gruppo devono essere disciplinate, organizzate e rispettare le nostre regole”.
Non è la prima volta che Berta Soler parla della mancanza di disciplina tra i suoi seguaci. Un mese dopo essere diventata leader del gruppo mercenario, nel 2011, segnalò: “Al momento si pensa che tutti siamo uguali, ma siamo nel primo mese dopo la morte di Laura e dobbiamo rafforzare la disciplina. Quando abbiamo il controllo di questa disciplina, e un regolamento, allora si prende decisione e tutte siamo Dame in Bianco”.
Secondo quanto ha aggiunto Berta Soler, allora le chiamate Dame erano diventate un movimento difensore dei diritti umani benché non sapessero neppure la Dichiarazione Universale sul tema.
A quanto pare il basso livello culturale non è qualcosa che compete solo alle mercenarie, ma alla stessa leader. A proposito dell’attuale discordia il quotidiano spagnolo El Pais ha messo in bocca del “dissidente” Guillermo Fariñas che Berta Soler presenta problemi di basso “livello intellettuale” e di limitata leadership.
A complicare ulteriormente la lite, sia la santiaghera Belkis Cantillo come Soler, sostengono che l’attuale scisma tra le mercenarie si deve al governo cubano che cerca di dividerle. Se Cantillo dice che la nuova divisione si deve perché Berta Soler l’ha molto umiliata, vuole dire, la santiaghera, che l’attuale leader è un agente della Sicurezza di Stato? O sarà lei l’infiltrata?
In realtà, ciò che non dici né l’articolo di EFE pubblicato da El Nuevo Herald né il quotidiano El País è che sia le indiscipline come le scissioni dei mercenari a Cuba hanno sempre come sottofondo il problema monetario.
Come ha suggerito Berta Soler dopo aver preso il comando, non tutte le Dame sono uguali. Per nessuno è un segreto che alle mercenarie il governo degli Stati Uniti paga circa $ 30 (verdes) per marcia, mentre i leader del business, oltre ad essere molto meglio pagate, dopo la nuova politica migratoria cubana, ora vanno soprattutto all’estero.
El periódico oficialista de la mafia anticubana de Miami, El Nuevo Herald, informó que el grupo mercenario conocido como Damas de Blanco se deshace en pedazos.
Un reporte de la agencia EFE, publicado por El Nuevo Herald, asegura que treinta integrantes del grupo mercenario en Santiago de Cuba han abandonado el negocio y planean reunirse la próxima semana para decidir su futuro, informa el Portal Cubasi.
De acuerdo con declaraciones de Belkis Cantillo, una de las mercenarias santiagueras que ha decidido no seguir recibiendo órdenes desde La Habana, el pasado 17 de agosto comunicó su renuncia a la titulada líder de las Damas de Blanco en la Isla, Berta Soler, debido a quejas que le había manifestado con relación a “indisciplinas graves” de una de las integrantes del grupo, las cuales “no fueron atendidas”. “Ella (Berta) me tenía muy humillada”, afirmó Cantillo, según EFE.
La nueva disidente de las “disidentes” manifestó además que se había también “disgustado mucho” con Soler porque había ordenado la separación de las mujeres integradas al movimiento en el municipio de Palma Soriano, las cuales, según dijo “eran todo un bloque” hasta julio pasado.
Por su parte, Berta Soler, al ser consultada sobre el tema por la agencia EFE, aseguró que: “Seguiremos con más fuerza y todas las que entren al grupo deben estar disciplinadas, organizadas y respetar nuestro reglamento”.
No es primera vez que Berta Soler habla de la falta de disciplina entre sus seguidoras. Un mes después de hacerse con el liderazgo del grupo mercenario en el 2011, señaló: “En estos momentos se está pensado que todas somos iguales, pero estamos en el primer mes de fallecida Laura y tenemos que fortalecer la disciplina. Cuando ya tengamos control de esta disciplina, y un reglamento, entonces ya se toma de decisión y todas somos Damas de Blanco”.
Según agregó Berta Soler, entonces las llamadas Damas se habían convertido en un movimiento defensor de los derechos humanos aunque no conocían siquiera ni la Declaración Universal sobre el tema.
Al parecer el bajo nivel cultural no es algo que solo compete a las mercenarias de filas sino a la propia líder. A propósito de la actual discordia el diario español El País puso en boca del también “disidente” Guillermo Fariñas que Berta Soler presenta problema
s de bajo “nivel intelectual” y limitada capacidad de liderazgo.
Para complicar aún más el litigio, tanto la santiaguera Belkis Cantillo como Soler, afirman que el actual cisma entre las mercenarias se debe a que el gobierno cubano trata de dividirlas. Si Cantillo dice que la nueva división se debe a que Berta Soler la tiene muy humillada, ¿querrá decir la santiaguera que la actual líder es una agente de la Seguridad del Estado? ¿O la infiltrada será ella?
En realidad, lo que no dicen ni el reporte de EFE publicado por El Nuevo Herald ni el periódico El País es que tanto las indisciplinas como las escisiones de los mercenarios en Cuba tienen siempre como trasfondo el problema monetario.
Como bien sugirió Berta Sóler luego de tomar el mando, no todas las Damas son iguales. Para nadie es un secreto que a las mercenarias de a pie el gobierno de Estados Unidos le paga unos 30 dólares (verdes) por marcha, mientras las cabecillas del negocio, además de ser mucho mejor remuneradas, tras las nueva política migratoria cubana, ahora marchan, sobre todo, en el extranjero.
