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Da oltre 50 anni, la realtà dell’isola è stata falsificata dagli USA.  Lo sintetizza il caso dei cosiddetti Peter Pan, che nel sesto decennio del XX secolo riempì d’orrore molti, dentro e fuori di Cuba.

Questo fatto è stato confermato da testimonianze di alcuni dei suoi più di 14.000 bambine/i vittime del complotto.  Li trasportarono soli, per via aerea, verso gli USA sotto la congettura di evitargli un  “indottrinamento comunista”, che non è mai esistito.

Ho affrontato  quel capitolo nel mio libro “Signora bugia” (Editora Politica, La Habana, 2011), dove ho approfondito quello che è successo.

Il 26 dicembre 1960 nel volo 422 della Pan American giunsero  ​​a Miami i primi cinque bambini cubani che viaggiarono con la cosiddetta Operazione Peter Pan.

Come fecero? La potente macchina da propaganda di Washington sotto la guida dei suoi servizi speciali produsse e diffuse la voce che il Governo Rivoluzionario intendeva revocare, l’educazione e l’assistenza dei figli, ai propri genitori.

Contemporaneamente, l’illegale Radio Swan, pubblicamente al servizio della CIA, iniziò a divulgare una falsa “legge di patria potestà”  che attribuivano all’Avana.

Insieme a questo, la Casa Bianca progettò un’altra operazione destinata a spostare migliaia di bambini cubani nel suo territorio senza la compagnia dei genitori.

E’ stata una grande macchinazione gestita dal governo  USA, un settore della gerarchia cattolica e  gruppi  dell’ estrema destra di origine cubana con sede in Florida.

Un prete cattolico statunitense, proveniente dall’Irlanda (in seguito monsignore), Bryan Walsh, fu  il volto pubblico dell’operazione, molto legato ai suoi colleghi  del Florida e dell’Avana.

Uno dei compiti affidatigli, dopo lo stabilimento del coordinamento con la Casa Bianca, fu quello di garantire i visti ai piccoli.

Poi ottennero il loro trasferimento a Miami sui voli della Pan American sotto un codice chiamato Never-Never Land (L’isola che non c’è) e così li chiamarono Peter Pan.

All’inizio solo si sono rivolti ai genitori  nemici della Rivoluzione cubana, ma poi sono stati inclusi i  “preoccupati”, perché – come diceva la propaganda –  li manderanno verso campi giovanili dell’Unione Sovietica.

Quel trasferimento si è steso dal 26 dicembre 1960 fino al 23 ottobre 1962,  quasi all’inizio della famosa Crisi che iniziò ore dopo.

Nel corso di questo ultimo evento Washington vietò l’attività delle compagnie aeree tra i due paesi, colpo che solo ai suoi inizi lasciò 800 bambini in attesa dei loro genitori  a Miami

Nel corso del tempo, migliaia sono stati inviati a case famiglie, orfanotrofi, carceri per delinquenti minorenni in 35 stati USA.

Alex Lòpez, una delle vittime, ha dato un’amara testimonianza alla rivista dell’emigrazione cubana, Correo de Cuba (Anno 15, 4°Trimestre 2009).

“Oggi sappiamo degli abusi perpetrati da alcuni dei nostri custodi  nel pessimo Campo di Matecumbe  e Florida City.

“Oggi ricordo il terrore sotto le sottane pervertite di sacerdoti discepoli, deviati dalla grazia di Dio.

“Alcuni di noi siamo rimasti in silenzio, qualcuno per  paura, altri per vergogna e codardia.

“Ora sono venute alla luce accuse contro Monsignor Walsh, per gli abusi commessi.

“In sua difesa la  portavoce della diocesi di Miami dice che tutto è una diffamazione.

“Dov’era  questa difensora  quando sotto la direzione  da Walsh, il prete  Joaquin Guerrero passeggiava nell’oscurità  delle notte per i dormitori tappandoci la bocca perché non gridassimo mentre ci toccava  i genitali?

“Dov’era questa signora quando ci violentavano e  ci tiravano i capelli senza pietà e quando ci spaventavano per non farci raccontare  quello che stava succedendo?”

Eppure questo sabato il Nuovo Herald ha pubblicato a Miami una versione zuccherata su come è stata quella esperienza.

Puntuali, dice la nota, incominciarono a stazionare le loro auto nel  parcheggio di Camp Matecumbe, a sud ovest di Miami.

Sono gruppi di adulti  con una storia comune: essere arrivati a questo paese come bambini  Peter Pan.

“Camp Matecumbe è un gioiello nascosto che rimane intatto nell’stremità ovest della Contea.

“Vogliamo che i nostri cittadini conoscano il suo valore storico e rivivano i momenti più importanti avvenuti in questo posto”, ha detto un responsabile.

Secondo il Nuovo Herald, Camp Matecumbe ha svolto un ruolo essenziale nello sforzo che ha portato migliaia di bambini negli USA.

Ecco qui, in  modo concreto ed indiscutibile, un esempio di come si deforma la realtà cubana.

Oserebbero divulgare la testimonianza del Peter Pan, Alex Lòpez, su quell’altra atrocità storica?

Cuba-Peter Pan: Su deformada historia real

Hace más de 50 años que la realidad de la isla ha venido siendo falsificada desde Estados Unidos. Lo sintetiza el caso de los llamados Peter Pan. 

Lo sintetiza el caso de los llamados Peter Pan, que en la sexta década del siglo XX horrorizó a muchos dentro   y fuera de Cuba. 

Esa realidad ha sido corroborada por testimonios de una parte de sus más de 14 000 niñas y niños víctimas del complot. Los llevaron solos por vía aérea hacia Estados Unidos bajo el supuesto de evitarles un  “adoctrinamiento comunista” que nunca existió. 

Abordé ese capítulo en mi libro “Señora Mentira” (Editora Política, La Habana, 2011), donde amplié lo sucedido. 

El 26 de diciembre de 1960 en el vuelo 422 de la Pan American llegaron a Miami los primeros cinco infantes cubanos que viajaron a través de la llamada Operación Peter Pan. 

¿Cómo lo hicieron? La poderosa maquinaria propagandística de Washington bajo la jefatura de sus servicios especiales fabricó y difundió el rumor de que el Gobierno Revolucionario planeaba retirar la educación y el cuidado de sus hijos a los padres. 

Simultáneamente, la ilegal Radio Swan, públicamente al servicio de la CIA, comenzó a divulgar una falsa “ley de patria potestad” que achacaban a La Habana. 

Junto a ello, la Casa Blanca diseñó otra operación destinada a trasladar miles de niños cubanos a su territorio sin la compañía de sus padres. 

Fue una gran maquinación ejecutada por el gobierno estadounidense, un sector de la jerarquía católica y grupos ultraderechistas de origen cubano asentados en la Florida. 

Un sacerdote católico estadounidense procedente de Irlanda (después monseñor), Bryan Walsh, fue la cara pública de la Operación muy ligado a sus colegas floridanos y de La Habana. 

Una de las misiones que le asignaron, luego de establecida la coordinación con la Casa Blanca fue garantizar las visas de esos pequeños. 

A continuación lograron su traslado a Miami en vuelos de la Pan American bajo un código denominado Never-Never Land (La tierra de nunca jamás) y por eso les llamaron los Peter Pan. 

Al principio solo enfilaron el plan hacia padres enemigos de la Revolución cubana, pero luego incluyeron a los “preocupados” porque –como decía la propaganda- los embarcaran hacia campamentos juveniles de la Unión Soviética. 

Ese trasiego se extendió desde el 26 de diciembre de 1960 hasta el 23 de octubre de 1962, cercano ya el inició de la famosa Crisis que arrancó horas después. 

Durante ese último suceso Washington prohibió la actividad de las líneas aéreas entre los dos países, golpe que tan solo en sus inicios dejó a 800 niños a la espera de sus padres en Miami.

Con el tiempo, miles fueron enviados a casas de adopción, orfelinatos, establecimientos penitenciarios para delincuentes juveniles de 35 estados de la Unión. 

Alex López, una de las víctimas, brindó un amargo testimonio a la revista de la emigración cubana, Correo de Cuba (Año 15, 4to. Trimestre, 2009). 

“Hoy sabemos los abusos perpetrados por algunos de nuestros custodios en el pésimo campamento de Matecumbe y Florida City. 

“Hoy recuerdo el terror bajo las sotanas pervertidas de curas discípulos, desviados de la gracia de Dios. 

“Algunos de nosotros hemos mantenido el silencio, unos por miedo, otros por pena y cobardía. 

“Ahora han salido a la luz acusaciones contra monseñor Walsh, por atropellos cometidos. 

“En su defensa la vocera de la diócesis de Miami dice que todo es una difamación.

“¿Dónde estaba esta defensora cuando bajo la dirección de Walsh, el cura Joaquín Guerrero se paseaba en la oscuridad de las noches por los dormitorios tapándonos las bocas para que no gritáramos mientras nos tocaba los genitales? 

“Dónde estaba esta señora cuando se nos violaba y nos alaban los pelos sin piedad y cuando se nos metía miedo para que no contáramos lo que estaba sucediendo?” 

Sin embargo este sábado el Nuevo Herald publicó en Miami una azucarada versión sobre lo que fue aquella experiencia. 

Puntuales, dice la nota, empezaron a estacionar sus autos en el parqueo de Camp Matecumbe, al suroeste de Miami. 

Son grupos de adultos con una historia común: haber llegado a este país como niños Pedro Pan. 

“Camp Matecumbe es una joya oculta que se mantiene intacta en el extremo oeste del Condado. 

“Queremos que nuestros residentes conozcan su valor histórico y revivan los más grandes momentos acontecidos en este lugar”, destacó un responsable. 

Según el Nuevo Herald, Camp Matecumbe jugó un papel esencial en el esfuerzo que llevó miles de niños a Estados Unidos. 

He ahí, de forma concreta e incuestionable, un ejemplo sobre cómo se deforma allá la realidad cubana. 

¿Se atreverían a divulgar el testimonio del Peter Pan Alex López sobre aquella otra barbaridad histórica?