H. M. Lagarde http://cambiosencuba.blogspot.it/

Mentre gli Stati Uniti ricevono a braccia aperte ballerini e giocatori cubani, negano l’ingresso a decine di migliaia di bambini dell’ America Centrale che attraversano soli il confine dal Messico per sfuggire alla violenza e alla miseria nei loro paesi.

Secondo notizie di stampa, finora quest’anno le autorità USA hanno rilevato un drammatico aumento d’ingressi illegali di bambini che viaggiano soli, molti di loro hanno meno di 12 anni e stimano che il 2014  chiuderà con un record di oltre 60000 minori privi di documenti, provenienti soprattutto dall’America Centrale.

Secondo i dati forniti dalla Telesur il numero di bambini centroamericani detenuti dalle autorità statunitensi senza alcun accompagnatore è aumentato del 66% nell’ultimo anno fiscale (ottobre 2013-settembre 2014), rispetto allo stesso periodo tra 2012 e il 2013, secondo il Department of Security degli Stati Uniti.

La percentuale non include i mesi di giugno, luglio, agosto e settembre di quest’anno, con cui si chiuderà il periodo corrente. La stessa fonte ha precisato che sono stati detenuti 9850 bambini salvadoregni, 11479 guatemaltechi e 13282 honduregni da ottobre 2013 fino al 31 maggio scorso, per un totale di 34611 minori.

Per trovare una soluzione a tale “disordine” migratorio, che rischia di diventare uno scandalo, il vicepresidente USA Joe Biden, in visita a diverse nazioni dell’America Centrale, ha annunciato che il suo paese destinerà ai governi di Guatemala, El Salvador e Honduras 9,6 milioni di dollari per il reinserimento dei migranti che sono rimpatriati e altri 244 milioni per programmi di sviluppo sociale e per la sicurezza nella regione.

La missione di Biden è stata realizzata dopo che l’ex Segretaria di Stato Hillary Clinton, possibile candidata presidenziale, ha dichiarato che era necessario aiutare l’America Centrale a combattere la violenza, ma ha chiesto ai genitori di non mandare i loro figli soli illegalmente negli USA, perché saranno restituiti.

“Solo perché il bambino attraversa il confine, non significa che il bambino rimarrà”, ha detto in un’intervista alla CNN organizzata in occasione della presentazione del libro autobiografico ‘Hard Choices’ (scelte difficili).

“Non vogliamo –  ha detto – inviare un messaggio che è contrario alle nostre leggi o che incoraggi più bambini a fare questo viaggio pericoloso”.

Le leggi USA devono essere molto cambiate, dagli anni ’60 del secolo scorso, quando il Dipartimento di Stato e la CIA, in collaborazione con la Chiesa cattolica, implementarono a Cuba la cosiddetta Operazione Peter Pan per, presumibilmente,  salvare dal comunismo migliaia di bambini cubani.

Sugli altari della propaganda anticubana, in questo modo, lasciarono Cuba un totale di 14048 bambini. I bambini viaggiarono senza genitori e in aereo dall’isola caraibica negli Stati Uniti e furono accolti in orfanotrofi.

Per quanto visto il caso dei bambini centro americani in fuga verso gli Stati Uniti non implica, per l’attuale amministrazione di Washington, né una catastrofe dei diritti umani, né un problema politico. La miseria e la violenza non sono conseguenze della profonda crisi che soffre la democrazia capitalistica che gli Stati Uniti hanno imposto, negli anni della dominazione neocoloniale, in quelle nazioni.

La tragedia dei bambini migranti dimostra che non sono serviti a molto i 130 milioni di $ in assistenza bilaterale per una varietà di programmi relativi alla sanità, istruzione, cambiamenti climatici, cooperazione militare, crescita economica che gli Stati Uniti, forniscono annualmente a El Salvador, Honduras e Guatemala.

Risulta ironico che mezzo secolo dopo l’Operazione Peter Pan, gli Stati Uniti aprano le porte alle conquiste della Rivoluzione socialista dei Caraibi, personificate dai suoi medici, ballerini e atleti, mentre le chiude, strettamente, ai bambini dell’America Centrale perseguitati dalla “libertà” e dalla “democrazia”.

EE.UU. deporta niños: ¿Operación Capitán Garfio?

Por M. H. Lagarde  http://cambiosencuba.blogspot.it/

Mientras Estados Unidos recibe con los brazos abiertos a bailarines y peloteros cubanos, le niega la entrada a decena de miles de niños de Centroamérica que cruzan solos la frontera de Mexico para escapar de la violencia y la miseria en sus países.

Según reportes de prensa, en lo que va de año las autoridades estadounidenses han detectado un dramático aumento de ingresos ilegales de niños que viajan solos, muchos de ellos de menos de 12 años, y estiman que el 2014 cerrará con un récord de más de 60.000 menores indocumentados, provenientes especialmente de Centroamérica.

De acuerdo con cifras ofrecidas por Telesur la cantidad de menores centroamericanos detenidos por las autoridades estadounidenses sin ningún acompañante aumentó en un 66 por ciento en el último año fiscal (de octubre de 2013 a septiembre de 2014), en comparación con el mismo período entre 2012 y 2013, de acuerdo al Departamento de Seguridad de EE.UU.

El porcentaje no incluye los meses de junio, julio, agosto y septiembre de este año, con los que se cerrará el actual período. La misma fuente precisó que han sido detenidos 9 mil 850 niños salvadoreños, 11 mil 479 guatemaltecos y 13 mil 282 hondureños desde octubre de 2013 hasta el 31 de mayo pasado, para contabilizar en total 34 mil 611 menores.

Para buscarle una solución a tal “desajuste” migratorio, que amenaza con convertirse en escándalo, el vicepresidente de Estados Unidos Joe Biden, de gira por varias naciones centroamericanas, anunció que su país destinará a los Gobiernos de Guatemala, El Salvador y Honduras 9,6 millones de dólares para la reinserción de los migrantes que sean repatriados y otros 244 millones para programas de desarrollo social y seguridad en la región.

La gestión de Biden fue realizada luego de que la exsecretaria de Estado Hillary Clinton y posible candidata a la presidencia, declarara que era necesario ayudar a Centroamérica a luchar contra la violencia, pero pidió a los padres que no envíen a sus hijos solos a EE.UU. de manera ilegal, porque serán devueltos.

«Solo porque su niño cruce la frontera, no significa que el niño se vaya a quedar», dijo en una entrevista organizada por la cadena CNN, con motivo de la presentación de su libro autobiográfico Hard Choices (Decisiones difíciles).

«No queremos —dijo— enviar un mensaje que es contrario a nuestras leyes o que anime a más niños a hacer esa peligrosa travesía».

Las leyes de Estados Unidos deben haber cambiado mucho desde la década del 60 del pasado siglo cuando el Departamento de Estado y la CIA, con la colaboración de la iglesia católica, implementaron en Cuba la llamada Operación Peter Pan para supuestamente salvar del comunismo a miles de niños cubanos.

En aras de la propaganda anticubana, por esta vía salieron de Cuba un total de 14 048 niños. Los niños viajaron sin sus padres y en avión desde la Isla caribeña hacia a Estados Unidos y fueron acogidos en orfelinatos.

Por lo visto el caso de los niños centroamericanos que escapan hacia EEUU no implican para el actual administración de Washington ni una catástrofe de los derechos humanos, ni un problema político. La miseria y la violencia no son consecuencias de la profunda crisis que sufre la democracia capitalista que Estados Unidos impuso durante años de dominación neocolonial en esas naciones.

La tragedia de los niños emigrantes demuestra que no han servido de mucho los 130 millones de dólares en asistencia bilateral para una variedad de programas relacionados con salud, educación, cambio climático, cooperación militar, crecimiento económico y democracia, que Estados Unidos le ofrece anualmente a El Salvador, Honduras y Guatemala.

Resulta irónico que, medio siglo despúes de la Operación Peter Pan, Estados Unidos le abra sus puertas a los logros de la Revolución socialista del Caribe, personificados en sus médicos, bailarines y deportistas, mientras se las cierra de, par en par, a los niños centroamericanos perseguidos por la “libertad” y la “democracia”.