La intensa actividad conspirativa del Gobierno de Estados Unidos contra la Revolución y el proyecto "Pluto"

 

14 aprile 2006

 

El 4 de marzo de 1960 se había producido en el puerto de La Habana la explosión del barco "La Coubre", que traía armas y municiones destinadas a la defensa de la Revolución. Fue una operación de la CIA: varios saboteadores penetraron al buque en su puerto de origen y colocaron explosivos detonantes por un dispositivo de alivio de presión, que funcionaría cuando la carga fuera movida en su lugar de destino.

 

En Retalhuleu, Guatemala, se adiestraron militarmente los mercenarios de la brigada invasora de Playa Girón bajo la instrucción directa de la Agencia Central de Inteligencia y del Pentágono.

 

"Como resultado de esta intensa actividad", señala el Inspector General de la CIA, "al cabo de un período relativamente corto la Agencia fue capaz de informar un considerable progreso preliminar cuando realizó su petición al Presidente [Eisenhower] de aprobación de la política a mediados de marzo."

 

Agrega el alto oficial que entre los logros informados estaban los siguientes: "que la Agencia se encontraba en contacto con líderes de tres importantes grupos de cubanos anticastristas de los que tenían mayor reputación, cuyos representantes, posiblemente con otros, podrían formar un consejo unificado de oposición en un término de treinta días; que la Agencia estaba ya apoyando las transmisiones de la oposición desde Miami [...]; que se había coordinado una edición desde el exilio de un periódico confiscado en Cuba; que un grupo controlado de acción estaba distribuyendo propaganda fuera de Cuba y que conferencistas anticastristas habían sido enviados a giras por América Latina."

 

El Presidente, asevera a continuación, "fue posteriormente informado de que una organización de acción e inteligencia dentro de Cuba, que respondiera a la dirección de la oposición en el exilio, podría ser creada en un término de 60 días y que los preparativos para el desarrollo de una fuerza paramilitar adecuada requeriría de un mínimo de seis meses y probablemente cerca de ocho meses".

 

Discusiones a altos niveles del Gobierno de los Estados Unidos precedieron a la presentación de este programa al Presidente Eisenhower. En el informe desclasificado de la CIA se afirma: "El proyecto para derrocar a Castro se convirtió en la principal actividad de la Agencia con la aprobación de las altas esferas de la política, comprometiendo la actividad a tiempo completo del personal de un buró operativo que se expandía rápidamente, requiriendo de una gran cantidad de atención diaria detallada de las altas esferas de la Agencia y una frecuente vinculación con otras Agencias y departamentos del Gobierno".

 

El año 1960 era de contienda electoral en los Estados Unidos. Desde entonces, la nación cubana estaría sometida a los locos vaivenes de la política electorera. Es interesante lo que escribe al respecto el Secretario de Prensa de Nixon, Herbert G. Klein, en un artículo publicado el 25 de marzo de 1962 en el periódico San Diego Union: "Desde el principio de la campaña de 1960 muchos de nosotros estábamos convencidos de que Cuba podía ser la cuestión decisiva de una elección reñida. Ciertamente, mirando el asunto retrospectivamente, fue uno de los factores decisivos en lo que resultó la más reñida elección presidencial en la historia moderna. [...] Solo cuatro de nosotros entre los asesores de Nixon compartíamos el secreto de que se estaban adiestrando refugiados para un posible ataque contra Castro y una vuelta a Cuba. [...] Por largo tiempo, mientras hacíamos campaña a lo largo del país, mantuvimos la esperanza de que el adiestramiento se realizara con la rapidez suficiente para permitir el desembarco. La derrota de Castro hubiera sido un poderoso factor para Richard Nixon. Pero el entrenamiento no fue lo suficientemente rápido para un desembarco antes de las elecciones".

 

Como prueba de la urgencia de la tarea, en los primeros días de abril el Director de la CIA dijo en una reunión del Grupo Especial que él reclutaría a personas de cualquier lugar del mundo si fuesen necesarias en el proyecto. El Inspector de la Agencia reconoce que "de enero de 1960, cuando contaba con 40 personas, el buró se expandió a 588 para el 16 de abril de 1961, convirtiéndose en uno de los más grandes burós en los servicios clandestinos".

 

En el propio mes de abril de 1960 son creadas las Brigadas Internacionales Anticomunistas, una organización fantasma dirigida por el agente de la CIA Frank Sturgis, con el propósito de acondicionar una red secreta de casas de seguridad, instalaciones navales, barcos, aviones, almacenes, en fin, todo lo necesario para que los reclutados pudieran actuar desde una base segura. La organización también estaría responsabilizada con el reclutamiento de exiliados, la administración de los campamentos de entrenamiento y la coordinación de las misiones para el abastecimiento de los grupos contrarrevolucionarios en Cuba.

 

El 1ro. de mayo de 1960, ante la acumulación de evidencias obtenidas por distintas vías por el Gobierno Revolucionario cubano acerca de los preparativos en Guatemala de una invasión a Cuba, el Comandante en Jefe Fidel Castro los denunció públicamente y responsabilizó a la Agencia Central de Inteligencia y al Gobierno norteamericano.

 

Dos semanas después, el Departamento de Estado emitió una declaración en la que "rechaza vigorosamente la repetición por parte del Primer Ministro Castro de acusaciones e implicaciones de que los Estados Unidos contemplan planes de agresión contra el Gobierno de Cuba". La mentira deliberada quedaría en evidencia mucho tiempo después.

 

De nuevo el 27 de junio, en un memorando presentado al Comité Interamericano de Paz, el Gobierno de los Estados Unidos se refirió a los "esfuerzos irresponsables por parte del Gobierno cubano para hacer aparecer al Gobierno de los Estados Unidos en posición de planear un ataque armado" contra Cuba, y afirmó que las acusaciones cubanas "reflejan una política provocadora destinada a fomentar la tensión y a minar las bases de la solidaridad y la cooperación interamericanas".

 

El descaro llegaba a su punto máximo al querer calificar de provocaciones cubanas a las múltiples agresiones de todo tipo perpetradas hasta ese momento contra nuestro país.

 

El 18 de julio, en reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas solicitada por Cuba para conocer de las amenazas, represalias y agresiones a que estaba siendo sometida, el representante norteamericano, Henry Cabot Lodge, afirmó rotundamente que "los Estados Unidos no tienen propósito agresivo alguno contra Cuba".

 

Según el informe de la CIA, en abril los oficiales del proyecto habían logrado un acuerdo con el Servicio de Inmigración y Naturalización acerca de un procedimiento especial de entrada en los Estados Unidos de cubanos de interés para la operación. Igualmente, se realizaron consultas con la Voz de las Américas y la Agencia de Información de los Estados Unidos acerca de operaciones de propaganda. El Departamento de Estado era consultado regularmente acerca de cuestiones políticas.

 

El 17 de mayo de 1960 inició sus transmisiones Radio Swan, la estación radial acerca de la cual había sido informado Eisenhower. Esta emisora pretendía confundir a la opinión pública cubana con informaciones groseramente manipuladas sobre los acontecimientos políticos que ocurrían en la Isla.

 

Después de varios meses de intensificados esfuerzos por organizar un frente del exilio, y tras complejas reuniones en Nueva York y Miami, fue creado el 11 de mayo un nominalmente unificado Frente Revolucionario Democrático compuesto por varias facciones contrarrevolucionarias cubanas.

 

La base de la CIA en Miami se inauguró el 25 de mayo en el distrito comercial de Coral Gables bajo cobertura de una firma de Nueva York, respaldada por un contrato del Departamento de Defensa, y el 15 de junio, según el Inspector Kirkpatrick, se inauguró un centro de comunicaciones con cobertura del Ejército en la antigua estación aeronaval de Richmond, que había sido arrendada por la Universidad de Miami.

 

Los primeros reclutas que debían ser entrenados en las artes de la subversión, el sabotaje y el asesinato, arribaron en junio a la pequeña isla de Usseppa, en la cayería floridana. En el grupo inicial iban 25 hombres, casi todos ex oficiales del Ejército de Batista. El 5 de junio de 1960 se proclamó en Costa Rica la fundación de la organización contrarrevolucionaria Movimiento de Recuperación Revolucionaria (MRR), que se proclamaba la mejor estructurada en Cuba.

 

Varios días más tarde, el 22 de junio, se reunían en México los hombres seleccionados por la CIA para constituir la "oposición responsable" que aunaría los esfuerzos del exilio. Cada cual fundó su propio grupo y así nacieron las organizaciones contrarrevolucionarias Rescate, Montecristi, Triple A y Movimiento Demócrata Cristiano.

 

El agente de la CIA Howard Hunt, quien trabajó en la operación contra Guatemala e integró el Grupo de Trabajo contra Cuba, y más tarde alcanzó renombre mundial por su participación en el caso Watergate, cuenta en su libro Memorias de un espía: "Barney me dijo que mi trabajo en el nuevo proyecto sería esencialmente el mismo que había efectuado en la campaña contra Árbenz, es decir, jefe de acción política. [...] El proyecto estaba recomendado por el Consejo de Seguridad Nacional y aprobado por el Presidente Eisenhower".

 

"En la operación trabajarían los mismos funcionarios que actuaron contra Guatemala en 1954. Sin embargo, en la presente ocasión, no debía aparecer el menor signo de intervención norteamericana, por lo que los dirigentes cubanos y yo no residiríamos en la zona de Miami, sino que iríamos a Costa Rica, en donde el ex presidente José `Pepe' Figueres, nos había ofrecido las instalaciones precisas."

 

El gobierno costarricense, sin embargo, se arrepintió a última hora de su proposición inicial, y la dirección del frente se trasladó a México en cumplimiento de la orden tajante de la Casa Blanca de mantener fuera del territorio norteamericano a los cabecillas contrarrevolucionarios. Pero estos comenzaron a tener dificultades con el Gobierno mexicano. El asunto fue descubierto, resultaron detenidos y fueron obligados a firmar un documento en el que se comprometían a respetar las leyes de neutralidad del país. Así, retornaron a Miami.

 

En julio, por iniciativa del Director de la CIA, el candidato presidencial John F. Kennedy sostuvo una entrevista secreta con los principales dirigentes contrarrevolucionarios cubanos. Allen Dulles se proponía el objetivo de poner en conocimiento del candidato demócrata los planes que estaban en marcha y presentarlos a los "futuros dirigentes del vecino país". Kennedy diría en uno de sus discursos electorales: "Hagamos con Cuba lo que hicimos con Guatemala, pero diciéndolo."

 

En agosto de 1960, la planificación de la Operación 40 cambió drásticamente su curso. Los informes que llegaban de Cuba eran alarmantes, pues revelaban un alto nivel de apoyo popular a la Revolución. Por esas razones, el énfasis se dirigió a la organización de una expedición armada que con apoyo interno o sin él barriera al Gobierno de la Isla. Se destinaron 13 millones de dólares para la formación de una brigada mercenaria de aproximadamente 600 hombres. La CIA confiaba en que, como en Guatemala, todo sería fácil.

 

De acuerdo con el Inspector General de la CIA, el informe presidencial de agosto de 1960 esbozó el plan de operaciones como sigue:

 

"La fase inicial de las operaciones paramilitares prevé el desarrollo, apoyo y guía de los grupos disidentes en tres áreas de Cuba: Pinar del Río, el Escambray y la Sierra Maestra. Estos grupos serán organizados para acciones guerrilleras concertadas contra el régimen.

 

"La segunda fase será iniciada con un asalto combinado por mar y aire de las fuerzas del FRD sobre la Isla de Pinos en coordinación con la actividad general de la guerrilla en la isla principal de Cuba. Esto establecerá una base cercana para futuras operaciones.

 

"La última fase será un asalto aéreo sobre el área de La Habana con las fuerzas de la guerrilla en Cuba moviéndose también hacia el área de La Habana."

 

Mientras tanto, la CIA organizaba en Guatemala y Nicaragua las bases de entrenamiento de la fuerza mercenaria, y adquiría barcos y aviones. Oficiales de las fuerzas armadas de los Estados Unidos servían de instructores. El tráfico aéreo y naval entre Costa Rica, Nicaragua, Guatemala y la Florida era intenso. También, como ya se ha visto, se intensificaba hacia Cuba el trasiego de hombres y armas mediante los teams de infiltración, se lanzaban por vía aérea toneladas de armamento en distintas zonas para preparar la insurgencia interna de apoyo a la operación y se incrementaba la actividad de sabotaje y acciones terroristas.

 

El 20 de octubre de 1960, durante la campaña para las elecciones presidenciales en los Estados Unidos, el candidato por el Partido Demócrata, John F. Kennedy, declaró: "Debemos intentar fortalecer las fuerzas exiliadas democráticas anticastristas no batistianas, y también aquellas fuerzas en la misma Cuba que ofrezcan una eventual esperanza de derrocar a Castro. Hasta el momento esos luchadores por la libertad no han tenido virtualmente ningún apoyo en nuestro Gobierno".

 

En aquel momento, según se reveló después, Kennedy había sido informado detalladamente por el Director de la Agencia Central de Inteligencia, Allen Dulles, de la campaña contra Cuba y de los preparativos que se estaban llevando a cabo para una invasión armada.

 

Después del triunfo por apretado margen de Kennedy en las elecciones efectuadas el 8 de noviembre, el derrotado Vicepresidente Nixon seguiría unas semanas más como coordinador del Grupo Especial del Consejo de Seguridad Nacional encargado de la operación contra Cuba. En su libro de memorias titulado Seis crisis escribe: "El adiestramiento secreto de los exiliados cubanos se debía, en parte sustancial al menos, a mis esfuerzos [...] y había sido adoptado como política como resultado de mi apoyo directo".

 

A finales de noviembre de 1960, la CIA presentó un plan revisado al Presidente Eisenhower y a sus asesores, que incluía las siguientes líneas de acción:

 

· Infiltración en Cuba por aire de 80 hombres en pequeños teams paramilitares, después que los comités de recepción hubieran sido preparados por hombres infiltrados por mar.

 

· Un desembarco anfibio de un team de 650-700 hombres con un poder de fuego extraordinariamente alto.

 

· Ataques aéreos preliminares contra objetivos militares.

 

Días más tarde, en la reunión del Grupo Especial, uno de los subdirectores de la CIA expuso las informaciones sobre el mayoritario apoyo de que gozaba el Gobierno Revolucionario dentro de amplios sectores de la población cubana, por lo que de nada valdrían los 600 hombres que se preparaban. Era necesario aumentar las tropas y dotarlas con las mejores armas del arsenal militar norteamericano. Todos estuvieron de acuerdo en aprobar un aumento del presupuesto y ordenar al Pentágono que facilitara todas las armas y especialistas requeridos para la operación contra Cuba, que ahora recibiría el nombre codificado de "Pluto".

 

El proyecto "Pluto" no era otro que el viejo plan trujillista ejecutado en 1959 y fracasado por el eficiente trabajo cubano de contrainteligencia, se basaba en desembarcar la brigada mercenaria por las playas cercanas a la ciudad de Trinidad, en el sur de la provincia de Las Villas, tomarla por asalto y luego, con el apoyo de las bandas que operaban en el macizo montañoso del Escambray, cortar las comunicaciones y trasladar hasta allí al gobierno provisional encargado de solicitar el auxilio previsto.

 

La clave de la operación era poder asentar en territorio cubano al pretendido gobierno provisional, que sería reconocido de inmediato por los Estados Unidos y otras naciones latinoamericanas y solicitaría la ayuda colectiva de la Organización de Estados Americanos, lo cual daría el pretexto para la intervención de fuerzas armadas regulares de los Estados Unidos, ya preparadas de antemano. Todo esto debería ocurrir en cuestión prácticamente de horas.

 

Según el informe de Kirkpatrick, "el Presidente Eisenhower orientó a la Agencia de forma verbal seguir adelante con los preparativos a toda velocidad. Pero en realidad la fecha propuesta era posterior al 20 de enero de 1961 [cuando se produciría la toma de posesión de Kennedy], por lo que las instrucciones del Presidente eran solamente de proceder y mantener los preparativos hasta que la nueva Administración asumiera y tomara las decisiones definitivas, especialmente bajo qué circunstancias tendría lugar el desembarco." Con esta última frase se aludía al grado de apoyo directo de las fuerzas armadas norteamericanas que tendría el contingente invasor en el momento mismo del desembarco, sobre lo cual no había consenso.

 

En la base Trax, en Guatemala, la actividad iba en aumento aquel mes de diciembre de 1960. Constantemente arribaban vuelos procedentes de la Florida con decenas de reclutas, que ya incluían a personas de todos los estratos sociales de la Cuba prerrevolucionaria. El 3 de enero de 1961 el Presidente Eisenhower reafirma la determinación de llevar adelante el proyecto de la Operación Pluto y adopta la decisión de romper unilateralmente las relaciones diplomáticas y consulares con Cuba. Al unísono, comienza la realización de maniobras militares cerca de la Isla, que involucran a más de 40 mil hombres y aproximadamente 150 unidades navales de guerra, incluyendo dos submarinos atómicos.

 

De nuevo Cuba convoca al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas el 4 de enero de 1961 para acusar a los Estados Unidos de estar preparando una agresión militar.

 

El delegado norteamericano, James Wadsworth, vuelve a negarlo enfáticamente: "Sugerir [...] que nosotros hemos apoyado incursiones militares en Cuba por refugiados cubanos es absolutamente falso. [. . .] El Gobierno de los Estados Unidos no se ha asociado de manera alguna con tales actividades".

 

Los hechos, en los meses anteriores, en ese momento y, sobre todo, en los meses siguientes, probaban la falsedad paladina de estas afirmaciones.