Declaración
oficial del Gobierno de Cuba al discurso de Bush
La palabra de orden en Cuba es: ¡Coraje!
Conferencia de prensa concedida por Felipe Pérez Roque, Ministro de
Relaciones Exteriores de Cuba, a la prensa nacional y extranjera,
efectuada en el MINREX, el 24 de octubre del 2007, "Año 49 de la
Revolución."
Karina Soto (Moderadora).—Muy buenas tardes
a todos.
Tenemos aquí la presencia de todos los medios de
la prensa nacional y de 61 corresponsales de 45 medios de prensa de 17
países. Sin más...
Felipe Pérez.—Buenas tardes.
Les agradecemos a todos los corresponsales de la
prensa nacional y de la prensa extranjera, acreditada aquí en La Habana,
su presencia.
Los hemos convocado para dar respuesta, a nombre
del gobierno y del pueblo de Cuba, a las declaraciones realizadas por
el presidente Bush, hace apenas un par de horas.
Nosotros apreciamos que las palabras del
Presidente de Estados Unidos anuncian una escalada sin precedente en la
política del gobierno de Estados Unidos contra Cuba, de más bloqueo, más
subversión, más intento de aislamiento de Cuba, y nuevos y renovados
esfuerzos para intentar rendir por hambre y enfermedades al pueblo
cubano.
Apreciamos las palabras del Presidente como una
confirmación de que la política en vigor, en el régimen de Bush, es el
cambio de régimen en Cuba, incluso por la fuerza. Sus palabras de hoy
vienen a confirmarlo.
Lo que el Presidente de Estados Unidos ha llamado
"acelerar el periodo de transición", en el que según él está Cuba,
equivale —y quiero recordar aquí las palabras de Fidel de hace apenas
dos días— a la reconquista de Cuba por la fuerza. Ese es el plan que ha
quedado hoy mejor delineado y al desnudo ante la opinión pública.
Quiero subrayar una frase del discurso del
Presidente de Estados Unidos, dijo: "La palabra de orden en nuestros
tratos futuros con Cuba no es estabilidad, la palabra de orden es
libertad."
Cuba entiende estas palabras como un acto
irresponsable, que da una idea del nivel de frustración, de
desesperación y de odio personal del presidente Bush contra Cuba; una
invocación a la violencia, un llamado, incluso, al uso de la fuerza para
derrocar a la Revolución Cubana e imponer sus designios en Cuba.
Cuba rechaza categóricamente la estimulación de la
violencia, la evocación, incluso, del uso de la fuerza, que da razón
todavía mayor a la alerta de Fidel a la comunidad internacional, a la
opinión pública, que refuerza nuestra razón y la veracidad de nuestras
palabras, cuando nos preparamos continuamente reforzando nuestra defensa,
la preparación de nuestro pueblo para enfrentar los planes más aviesos y
peligrosos de este régimen.
El Presidente, además de, en lenguaje amenazante y
altanero, delinear incluso la opción del uso de la fuerza, el escenario
incluso de la ruptura de la estabilidad en Cuba para dar paso a lo que
llamó la "libertad", que es el cambio de régimen, que es el
derrocamiento de la Revolución y la reconquista de Cuba por la fuerza;
al hacerlo, el Presidente de Estados Unidos dejó abierta las opciones de
si eso sería el resultado de un hipotético y fantasioso levantamiento
interno en Cuba, que Estados Unidos apoyaría, lo cual cualquier persona
medianamente bien informada y con dos dedos de frente sabe que no es
políticamente posible, que la Revolución Cubana tiene un apoyo abrumador
y mayoritario del pueblo; pero dejó también abierta la idea de que esa
estabilidad pueda ser vulnerada desde fuera, con una nueva guerra de
conquista y anexión, como la que lanzó contra Iraq, y como la que
amenazó con lanzar contra 60 o más oscuros rincones del planeta, entre
los cuales, por supuesto, estaba Cuba.
Debemos advertir que un escenario como ese no solo
significaría la ruptura de la estabilidad de Cuba, sino también de la
estabilidad de Estados Unidos, y pondría en peligro también al pueblo
norteamericano, cuyos hijos serían enviados a matar y a morir en una
guerra en Cuba que duraría 100 años, y que no terminaría sino con la
victoria de nuestro pueblo, a un costo tremendo, es lógico, en vidas de
sus hijos, destrucción material; pero cuyo único resultado posible es la
preservación de la independencia y la soberanía de Cuba. Y debo decir
que aquí la reacción es de serenidad y firmeza.
La palabra de orden en Cuba no es ni la
estabilidad, ni nada de eso, la palabra de orden en Cuba es: ¡Coraje! Y
es nuestra respuesta; serenidad absoluta y confianza en nuestra fuerza y
en la solidaridad que el mundo dispensa hoy a Cuba, y en la admiración
que la resistencia de Cuba levanta en el mundo.
Así que si el objetivo de las palabras del
Presidente de Estados Unidos es intimidar al pueblo, asustar a su
Dirección, debo decirle desde ahora que es un completo fracaso el
resultado de sus amenazas contra Cuba; pero hay, y tomamos nota de ello,
una evolución de la agresividad del tono de su lenguaje hacia Cuba.
En enero del 2004, el presidente Bush había dicho
que había que "trabajar por una transición rápida y pacífica en Cuba",
eso fue en enero del 2004. En febrero del 2004 repitió otra vez que el
objetivo de su política era "la transición rápida y pacífica a una
democracia". En mayo del 2004 habló de que había que "acelerar", ya no
era esperar o trabajar, sino "acelerar el día en que Cuba sea un país
libre", dijo. Ya para octubre del 2004 decía que "el pueblo cubano
debería ser liberado", cosa que nadie aquí le pidió, ni le pide, ni le
va a pedir, pero ya evolucionó la idea, no de esperar o de desear, sino
a decir que ese pueblo "debería ser liberado".
En agosto del 2006, prometiendo la futura "liberación"
de Cuba, aseguraba que cuando eso suceda "los cubano-americanos, decía,
podrán lidiar con el tema de la confiscación de propiedades", es decir,
"podrán entonces, una vez que nosotros liberemos a Cuba, ocuparse de
recuperar allí sus antiguas propiedades", los batistianos, los
torturadores, los asesinos, los terratenientes ligados a la dictadura de
Batista, que retornarían aquí a recuperar las propiedades, que es casi
siempre el leitmotiv de toda esta política.
Sin embargo, ya para junio del 2007, decía: "Continuaremos
presionando por la libertad de Cuba". En junio del 2007, a una pregunta
improvisada en un encuentro con militares norteamericanos, dijo: "Algunos
dirán que el problema es la estabilidad en Cuba. Yo considero que
tenemos que presionar duro por la democracia." Fue una frase donde ya
enseñó la idea de que la estabilidad no era lo más importante.
Bueno, ha continuado su catarata de amenazas y
frases contra Cuba, que ha desembocado hoy en este nuevo paso, que ya no
es esperar, desear, sino asegurar que la palabra de orden, en este
momento, no es estabilidad, que la palabra de orden es libertad.
Nosotros estamos claros de qué significa la "libertad"
que el presidente Bush promete a los cubanos, y nos tomamos en serio la
evocación de nuevos y renovados esfuerzos del gobierno de Estados Unidos
para cumplir su política de cambio de régimen en Cuba, que es, por demás,
ilegal; es una política violatoria del derecho internacional. El
Presidente de Estados Unidos no tiene autoridad moral, ni potestad legal
para proponerse cambiar el ordenamiento jurídico, político, que los
demás pueblos de la Tierra, soberanamente, han decidido darse. Es una
violación de nuestros derechos como pueblo independiente, como nación
soberana. Es una conculcación de nuestro derecho a ejercer la libre
determinación.
Nosotros sabemos qué vendría detrás de la "libertad"
traída en los bombarderos y las armas del ejército de Estados Unidos:
los grupos terroristas, sedientos de sangre, que todavía hoy se entrenan
en Florida con total impunidad, permitidos y tolerados por el gobierno
de Estados Unidos, con los cuales, hace unos días, se reunió el
presidente Bush en Miami, para prometerles y conversar con ellos sobre
esta presentación, y para recordar que él les prometió que "él
resolvería el tema de Cuba", él sabía —dijo— cómo resolverlo; esos
grupos, uno de cuyos voceros dijo que lo único que reclamarían al
Presidente en ese momento serían tres días de licencia para matar en
Cuba. Pero, bueno, hay que saber que no van a encontrar aquí a un pueblo
poniendo otra mejilla; hay que saber que encontrarán a millones de
combatientes, armados y entrenados, y a un pueblo preparado y fogueado,
después de casi medio siglo de Revolución victoriosa, en defender sus
conquistas y su derecho a la libertad y a la independencia.
Entonces, en adición a este anuncio, a este
preludio de una escalada de más bloqueo, a estas amenazas, en adición a
esto, el Presidente hizo una descripción mentirosa y ridícula de la
situación en Cuba. Nunca vi a un político destilar más odio y más
frustración. Fue una cosa patológica. Hizo una descripción de Cuba que
únicamente la ceguera, debido al odio y la impotencia, puede llevar a
caer en esos extremos.
No voy, por supuesto, a emplear tiempo en rebatir
las mentiras; pero solo, como botón de muestra, voy a comentar algunas.
Dijo que en Cuba era ilegal reunirse más de tres
personas sin autorización, nosotros que hemos visto a más de un millón
reunirse en la Plaza, por su propia voluntad, para reclamar el
enjuiciamiento o la extradición a Venezuela del terrorista Luis Posada
Carriles, o la liberación de nuestros Cinco Héroes, o el cese del
bloqueo contra Cuba. Dijo que era ilegal cambiar de trabajo en Cuba, que
era ilegal mudarse de casa.
No sé, quiénes le han preparado estos discursos,
estos párrafos, me imagino que son de los viejos dinosaurios de Miami
que nunca más han tenido contacto con la realidad cubana.
Dijo que Estados Unidos es el mayor proveedor de
ayuda humanitaria a Cuba y que el año pasado fueron 270 millones de
dólares; que es el país que más ayuda, dijo, a Cuba.
Estos extremos de hipocresía, de falta de
elemental respeto a la verdad, realmente han sido escasos. Esto es un
nuevo récord, vamos a decir, de la impudicia.
Averigüé, por curiosidad, sobre los 270 millones...
El año pasado a Cuba entraron desde Estados Unidos 5 millones de dólares
en materiales, donativos, computadoras de uso, ómnibus de uso, lo que
han traído los Pastores por la Paz, los grupos religiosos de Estados
Unidos, las organizaciones no gubernamentales, en abierto desafío a las
prohibiciones y a la persecución del régimen de Bush. Es lo que muchos
de los mejores hijos del pueblo norteamericano, a riesgo de enfrentar
penas de prisión, multas, la persecución de su propio gobierno, han
hecho llegar a Cuba por vías disímiles; 5 millones, que nosotros
apreciamos como símbolo y expresión de los mejores valores del pueblo
norteamericano.
El Presidente de Estados Unidos dice que, el año
pasado, ellos son el gobierno que más ha ayudado a Cuba; en el año,
precisamente, cuando más bloqueo, más persecución ha habido, cuando han
multado a los grupos religiosos que venían a Cuba, a las instituciones
religiosas, cuando han llevado su persecución al punto de la
esquizofrenia.
Esas han sido algunas de sus palabras para
describir la realidad cubana, como ya dije, en un discurso que provoca
realmente aversión de solo escuchar estas frases.
Ha hecho, por otro lado, un llamado desesperado a
otros países para sumarse al bloqueo y a la subversión contra Cuba, para
sumarse a esta política fallida que nadie en el mundo comparte.
Cuba considera que las palabras de hoy reconocen
explícitamente que el gobierno de Estados Unidos se encuentra solo en su
política hacia Cuba. Ha habido una apelación reiterada y desesperada
para que otros gobiernos se sumen; incluso, les ha dictado el decálogo
de las cosas que, a su juicio, deberían hacer esos gobiernos, sus
embajadas en La Habana. Prueba de que no tienen apoyo ni reconocimiento
en el mundo, porque debo recordar aquí, que se puede ser el más
poderoso, pero no el más respetado; se puede tener la capacidad de
destruir a un país con un ataque nuclear, pero no de levantar simpatía;
se puede ser temido, incluso, pero eso no quiere decir que se sea
querido o apoyado. Y lo que ocurre es que el Presidente de Estados
Unidos choca con el hecho de que la comunidad internacional no sigue su
política, de que hay un rechazo casi universal al bloqueo genocida que
impone contra el pueblo de Cuba, que crece la admiración y el
reconocimiento a Cuba.
Aquí tengo una noticia de hoy, solo una. Mientras
el Presidente de Estados Unidos leía la diatriba anticubana que allí le
prepararon, Cuba resultaba elegida en París miembro del Consejo
Ejecutivo de la UNESCO, por 157 votos, de los 175 posibles; el país con
más votación de todo el Tercer Mundo para integrar el Consejo Ejecutivo
de la UNESCO; el país que más votos obtuvo en el Hemisferio Occidental,
incluso, más votos que Estados Unidos; como expresión del reconocimiento
a Cuba, que se eligió miembro del Consejo de Derechos Humanos con más de
dos tercios de los votos, en la misma elección a la que el gobierno de
Estados Unidos no concurrió por temor a no ser elegido; el país que
preside el Movimiento de Países No Alineados, y cuya batalla el año
pasado fue apoyada en Naciones Unidas nada más y nada menos que por 183
de los 192 miembros de las Naciones Unidas.
Está solo el Presidente de Estados Unidos. Está
furioso, además; está desesperado. Es comprensible, prometió resolver la
situación de un plumazo a aquellas mafias cubanas en Miami, que lo
llevaron a la presidencia de modo fraudulento, que aplicaron las mismas
tácticas que aplicaban aquí antes del triunfo de la Revolución, y que
permitieron que, después de una controversial y polémica elección que
tuvo durante un mes al mundo viendo aquel espectáculo deprimente,
finalmente fuera proclamado por la diferencia de un voto en la Corte
Suprema.
¿Con qué autoridad usted se erige en juez de los
derechos humanos y la democracia en los otros países? Usted no tiene
autoridad moral, señor Presidente; usted no tiene credibilidad. Dos
tercios de los norteamericanos sienten vergüenza de usted. Usted tiene
menos de 25% de apoyo de la opinión pública de su país. Usted está —como
se dijo en estos días por el compañero Alarcón— empacando para irse. No
lo subestimamos, por supuesto, usted es peligroso, usted tiene poder;
pero usted no tiene apoyo, usted no tiene credibilidad, usted no tiene
autoridad; nuestro pueblo lo sabe; ha lidiado, además, antes de usted,
con otros nueve presidentes de Estados Unidos, y está aquí y va a seguir
aquí.
Entonces hay, además, una clara frustración en las
palabras del Presidente de Estados Unidos. El hecho de que Cuba ha
derrotado todos sus intentos, sus planes anunciados en estos años, todas
sus iniciativas, que la Revolución sigue aquí, enhiesta y firme, lo
obsesiona. Estamos ante un Presidente con una obsesión: la bandera que
flamea aquí victoriosa y que ellos no han podido arriar ni van a poder.
La economía cubana se fortalece, los esfuerzos de
nuestro pueblo van fructificando. La Revolución es ahora más fuerte, ha
resistido nuestro pueblo con ejemplar madurez política y unidad los
duros años de periodo especial que ha tenido que vivir.
El bloqueo está aislado, es más claro que nunca
para nosotros que es insostenible esa política y que es una cuestión de
tiempo; es una política, además, que no levanta simpatía dentro de
Estados Unidos, cuyos ciudadanos son víctimas también de toda esa
política de persecución y agresiones contra Cuba.
Crece la unidad de nuestro pueblo; pero, además,
acabamos de tener una prueba: unas elecciones ejemplares en su
transparencia, en su organización, en la masividad de la asistencia
popular, sin que el voto fuera obligatorio. Más del 95% de asistencia,
con más de 8 100 000 cubanos participando en esas elecciones, en una
muestra ejemplar de civismo, de cultura política, donde no se dio un
escándalo, nada parecido a lo que ocurrió en Miami cuando a usted lo
eligieron Presidente fraudulentamente. Unas elecciones que cualquier
observador honesto tiene que reconocer que han transcurrido en un
ambiente de normalidad y de participación popular; en medio de un debate
popular ejemplar, en Cuba, sobre nuestras dificultades, sobre nuestros
problemas, estimulado por la Dirección de nuestro Partido, a partir de
la discusión del discurso de Raúl el pasado 26 de julio.
Nosotros entendemos esta reacción de hoy, como
otro acto fruto de esa desesperación. El Presidente ve que se le acaba
el tiempo, que no puede cumplir su promesa, y eso no lo hace menos
peligroso, por supuesto. Pero, además, hay, en su discurso hoy, un
intento vano y ridículo de reclutar, para seguir su política contra
Cuba, a los militares cubanos, a los integrantes de nuestras Fuerzas
Armadas Revolucionarias, del Ministerio del Interior. Les promete
perdonarles la vida después que tome el control de Cuba, si ahora, a
tiempo, se arrepienten de servir a su pueblo, de defender la Revolución.
Oiga, un mensaje tengo para el Presidente de
Estados Unidos: Usted delira, está delirando. Usted le está hablando a
un ejército libertador. Usted olvida que en Cuba el ejército es el
pueblo uniformado. Usted olvida que más de 350 000 cubanos vistieron
voluntariamente ese uniforme para ir a enfrentar al régimen del
apartheid que Estados Unidos y otros países occidentales apoyaban, y que
hicieron posible con su victoria la liberación de Namibia, la
preservación de la integridad territorial de Angola, la liberación de
Mandela, la legalización del ANC, el surgimiento de una Sudáfrica sin
apartheid. Usted olvida eso.
Usted les promete a los combatientes de la
seguridad cubana, si no reprimen el alzamiento que dice usted que va a
haber en Cuba, perdón para el futuro. Usted olvida que esos hombres y
mujeres llevan medio siglo derrotando los más de 600 planes que ustedes
organizaron para tratar de asesinar a Fidel, que derrotaron la guerra
sucia y las bandas armadas que ustedes organizaron y suministraron en
las montañas de Cuba, que han derrotado los planes de terrorismo contra
Cuba. Usted olvida que los hombres y mujeres que llevan ese uniforme son
el pueblo en el poder, porque aquí hay una Revolución victoriosa que
ustedes no han podido derrotar. Usted se equivoca.
Les propone, les promete a los funcionarios del
gobierno que si traicionan a su pueblo y se pasan de bando y se
presentan allí ante usted, usted les perdonará en el futuro la vida.
Usted se equivoca, usted no conoce a este pueblo. Usted cree que este
pueblo son gente de la categoría de los mercenarios que ustedes pagan
aquí.
Por cierto, que los mercenarios, pagados aquí por
los servicios especiales y el gobierno de Estados Unidos, a quienes el
año pasado les dedicaron 9 millones, pero en este año les van a dedicar
45 millones de dólares, esos estaban allí, en la Sección de Intereses
norteamericana en La Habana, viendo en vivo, junto a los diplomáticos
norteamericanos, el discurso del presidente Bush, y aplaudiendo —puedo
imaginar— las amenazas proferidas contra su pueblo. Por eso
reivindicamos hoy aquí el derecho de la Revolución a defenderse y a
emplear todos los recursos a su disposición, dentro del respeto a
nuestras leyes, a nuestra ética, para defender a nuestra Patria.
Por otro lado, ha habido el intento en ese
discurso de justificar su política hacia Cuba en una supuesta defensa de
la democracia, de los derechos humanos, y nosotros respondemos que el
presidente Bush no tiene autoridad moral para dictarles a los cubanos lo
que deben hacer. Usted no es un libertador, señor Bush; usted es un
brutal represor. Su régimen ha invadido, ha masacrado, ha torturado en
nombre de la libertad. Usted avergüenza a sus compatriotas.
Usted autorizó la existencia de cárceles secretas,
de vuelos clandestinos. Usted legalizó el uso de la tortura, del vejamen
a los prisioneros. Usted mantiene el centro de torturas en la Base Naval
de Guantánamo, que ha sido mundialmente repudiado. Usted autorizó la
invasión y la ocupación de Iraq que ha costado más de medio millón de
vidas de civiles inocentes. ¿Con qué moral usted puede venir a dictarles
a los cubanos pautas sobre su futuro, su concepto de respeto a los
derechos humanos o su sistema democrático?
El Presidente anunció tres nuevas iniciativas
sobre Cuba, prueba ya de que casi no queda nada que ensayar contra Cuba;
ya no queda prácticamente nada que emplear. Dijo que estaba dispuesto a
considerar el otorgamiento de licencias a organizaciones no
gubernamentales y a grupos religiosos para que suministren computadoras
a los jóvenes cubanos y al pueblo cubano y acceso a Internet, si el
gobierno cubano les permite el acceso a Internet. Un anuncio ridículo,
que movería a la risa si no estuviera insertado en este recrudecimiento
de la política contra Cuba, en un país que, pese al bloqueo y las
prohibiciones y haciendo enormes esfuerzos —porque no se pueden comprar
computadoras que tengan componentes norteamericanos o de origen
norteamericano en el mercado internacional para Cuba—, tiene ya más de
500 000 computadoras instaladas, que el año que viene instalará otras
150 000 y que a partir del año que viene podrá ya ensamblar y producir
aquí en nuestro país 120 000 nuevas computadoras por año; donde
funcionan hoy 602 Joven Club con más de 7 000 computadoras que dan
acceso gratuito a Internet a más de 2 millones de cubanos por año, que
han graduado 1 300 000 jóvenes cubanos en estos años, que imparten 32
tipos distintos de cursos de computación gratuitamente, operando las 24
horas del día, que incluyen programas especiales para proveer acceso a
la computación a los ciegos, a las personas con discapacidades, a los
ancianos. Y usted le ofrece unas computadoras que serían traídas por
unas ONG, que serían organizaciones pantalla del gobierno de Estados
Unidos. Es una oferta ridícula que nuestro país rechaza, lógicamente, y
no se toma en serio.
Además, anunció invitar a jóvenes cubanos, hijos
de sus contrarrevolucionarios en Cuba y de sus mercenarios, a un
programa de becas que han implementado para América Latina, por tres
años; a un país que tiene 65 universidades, donde se imparten 99
carreras universitarias y donde estudian hoy 730 000 jóvenes cubanos, 69
de cada 100 jóvenes cubanos que están en la edad de ir a la universidad,
la más alta tasa entre los países del Tercer Mundo, y que compite
favorablemente y, cuidado si no somos, el país donde mayor proporción de
jóvenes en la edad de 18 a 24 años pueden ir a la universidad. Un país
que tiene en este momento 30 000 jóvenes de 120 países del Tercer Mundo
becados gratuitamente en sus universidades, 23 000 de ellos estudiando
la carrera de Medicina.
Hablarle de unas becas a un país donde estudian
hoy 70 000 jóvenes cubanos totalmente becados en las universidades, no
solo estos jóvenes de otros países, sino también más de 40 000 jóvenes
cubanos, que reciben la alimentación, el alojamiento, estipendio, libros,
atención médica gratuita; un país que ha universalizado el acceso a la
educación, que tiene hoy 3 millones de estudiantes, cuyos logros en esta
materia son reconocidos mundialmente.
El Presidente se aparece anunciando un programita
para formarle cuadros a la contrarrevolución y a los grupos mercenarios
que ellos pagan. Incluso, esos mismos familiares de los mercenarios que
ustedes pagan en Cuba para que apoyen su política, para que los ayuden a
aplicar el bloqueo, no tienen vedado su acceso ni a la educación ni a la
salud ni a los servicios que Cuba garantiza a todos los ciudadanos.
Nadie les niega el ingreso, incluso, aun siendo gente que no comparta
las ideas de la Revolución, los sueños de justicia y libertad de su
pueblo.
Anunció la creación de un llamado Fondo
Internacional para la libertad de Cuba, que dice que ayudaría a buscar
no sé qué créditos para Cuba, para que Cuba pague no sé qué deuda y,
sobre todo, con la intención de que otros países pongan dinero, porque
él quiere derrocar a la Revolución, pero que otro lo pague, y de paso
aprovecha para tratar de "pasar el cepillo", como se dice en Cuba, y
lograr que otros pongan dinero, como vimos en su guerra en Iraq y en
otras guerras.
Esas son las tres medidas concretas que adelantó,
pero anunciando que ha llegado, que está llegando ya el momento en que
él va a venir a liberar a los cubanos.
Quisiera, finalmente, explicar lo que nosotros
creemos, realmente, que el presidente Bush debería proponerse como
agenda para Cuba y que son estos 12 puntos que voy a decir ahora:
Primero: El
gobierno de Estados Unidos debe respetar el derecho de los cubanos a su
independencia y a su soberanía, el derecho de los cubanos a la libre
determinación. Hay que respetar el derecho de los cubanos a tener sus
instituciones, su sistema político, sus leyes. No es competencia del
gobierno de Estados Unidos, por poderoso que sea.
Segundo: El
gobierno de Estados Unidos debe cesar de inmediato su política de
agresiones y amenazas contra Cuba, por demás, inútiles. Se estrellan
contra nuestro coraje y nuestra determinación de ser un pueblo libre.
Tercero: Debe
dejar de intervenir groseramente en los asuntos internos de Cuba. Debe
renunciar a la idea fallida de fabricar una oposición interna en Cuba
con dinero de Estados Unidos. El gobierno de Estados Unidos debe dejar
de financiar a sus grupos mercenarios en Cuba.
Cuarto: El
régimen de Bush debe poner fin a las acciones subversivas contra Cuba y
a la guerra radial y televisiva contra nuestro país. Debe desmontar las
mal llamadas Radio y Televisión "Martí", que son una ofensa al pueblo
cubano, que ensucian el nombre del Héroe Nacional de Cuba en
trasmisiones de radio y televisión que alientan la violencia, el
asesinato político, el sabotaje económico.
Quinto: El
Presidente de Estados Unidos debe levantar de inmediato y sin
condiciones el bloqueo genocida contra Cuba, para lo cual tiene que
derogar varias leyes y tiene que lograr que el Congreso lo haga; porque
hay que recordar que, aunque él habló de que podría tomar medidas para
levantarle el bloqueo a Cuba el día que haya derrotado a la Revolución,
según la ley norteamericana, porque todo el bloqueo está codificado, los
Presidentes de Estados Unidos no podrán levantar el bloqueo a Cuba, y el
Congreso no los autorizará, hasta que no se devuelvan todas las
propiedades, no solo de los que eran norteamericanos, y no tanto de
aquellos, como las de los batistianos, los torturadores y los ladrones
que se fueron después y se hicieron ciudadanos norteamericanos. Debe
derogar la Ley Helms-Burton, debe derogar la Ley Torricelli y todas las
demás leyes de ese engendro que es el bloqueo de Estados Unidos contra
Cuba.
Sexto: Debe
eliminar la prohibición de los viajes a Cuba de los norteamericanos, que
es la violación de un derecho plasmado en su Constitución, y debe
eliminar la prohibición de las visitas familiares a los cubanos que
viven allí, a los cuales, usted, señor Presidente, les impide venir a
ver a sus familias a Cuba, violando sus derechos.
Séptimo: El
gobierno de Estados Unidos debe dejar de estimular la emigración ilegal
desde Cuba. Debe eliminar la criminal Ley de Ajuste Cubano y la política
de pies secos-pies mojados, que estimulan el tráfico de personas, la
comisión de actos violentos con el fin de emigrar.
Usted, señor Presidente, es el responsable de los
que todavía mueren en el mar, incluidos niños, mujeres, tratando de
emigrar ilegalmente desde Cuba; usted es el responsable del tráfico de
personas. Usted debe cumplir los acuerdos migratorios. Usted debe
cumplir el número de visas, para que puedan emigrar legalmente de Cuba
las personas, como ustedes se comprometieron y como han incumplido este
año. Y ustedes deben cumplir su compromiso de que a los que intercepten
en el mar los devuelvan a Cuba, para desestimular estas prácticas.
Octavo: El
gobierno de Estados Unidos debe cesar las agresivas campañas de
propaganda sucia, de mentiras contra Cuba, que emplean cuantiosos
recursos, como no hubo nunca antes dedicados a esta actividad.
Noveno: Ustedes
deben liberar a los cinco luchadores antiterroristas cubanos, presos
políticos en las cárceles norteamericanas.
Y me detengo aquí, para subrayar que se encuentran
hoy aquí especialmente invitados por nosotros en la Cancillería, la
compañera Elizabeth Palmeiro Casado, esposa del compañero Ramón Labañino
Salazar, Héroe de la República de Cuba, preso político en las cárceles
de Estados Unidos, condenado a cadena perpetua y 18 años por haber
luchado contra el terrorismo allí en Estados Unidos. Te damos la
bienvenida, Elizabeth. Te reiteramos todo nuestro apoyo y simpatía.
Está también la compañera Magali Llort Ruiz, madre
del compañero Fernando González Llort, Héroe de la República de Cuba,
preso político en las cárceles de Estados Unidos, condenado a 19 años de
prisión, cuyo único delito fue luchar contra el terrorismo, prevenir
planes que, de haber sucedido, habrían también asesinado a ciudadanos
norteamericanos y de otros países.
Está con nosotros también el compañero Cándido
René González Castillo, padre del compañero René González Sehwerert,
Héroe de la República de Cuba, condenado a 15 años de prisión, preso
político en las cárceles de Estados Unidos.
Recordamos aquí en este momento a Olga Salanueva,
la esposa de René, impedida de visitarle durante más de nueve años, a la
que se le ha negado la posibilidad siquiera de ver a su esposo en todos
estos largos años de cautiverio duro y cruel.
Está con nosotros también el compañero Roberto
González Sehwerert, hermano de René, y dedicado, como los otros
familiares, a hacer conciencia sobre esta batalla por la liberación y el
retorno a su patria de nuestros Cinco Héroes.
Y está con nosotros la compañera Isabel Hernández
Nordelo, hermana de Gerardo Hernández Nordelo, Héroe de la República de
Cuba, preso político en las cárceles de Estados Unidos, condenado a dos
cadenas perpetuas y 15 años.
Recordamos ahora a la compañera Adriana Pérez O’Connor,
esposa de Gerardo, a la que el régimen de Bush impide también ver a su
esposo desde 1998, a quienes impide, incluso, concebir un hijo, sueño de
su unión.
Recordamos también a Antonio Guerrero Rodríguez,
Héroe de la República de Cuba, preso político en cárceles de Estados
Unidos, condenado a cadena perpetua y 10 años.
A todos les damos nuestro mensaje de aliento y de
solidaridad y nuestra certeza de que finalmente ellos volverán y que
todo el odio descargado sobre ellos no doblegará su voluntad ni la
nuestra hasta que se haga justicia.
Décimo: El
presidente Bush debe extraditar a Venezuela o enjuiciar en Estados
Unidos al terrorista Luis Posada Carriles, libre hoy por las
maquinaciones de las más altas autoridades norteamericanas; que se pasea
libre en las calles de Miami, llevando sobre su conciencia la muerte de
decenas de civiles inocentes cubanos y de otros países; autor
intelectual de la voladura del avión cubano, junto a otro terrorista,
Orlando Bosch, perdonado y dejado libre también en Estados Unidos por el
padre del actual Presidente de Estados Unidos, ambos, antiguos agentes
de la CIA, terroristas entrenados por la Agencia Central de Inteligencia
en los años en que el padre del actual Presidente de Estados Unidos era
el Director de la CIA. El gobierno de Estados Unidos protege a estos
terroristas porque teme que revelen los secretos que conocen sobre los
planes contra Cuba y contra otros países, sobre todo, lo que se hizo en
la Operación Cóndor.
El Presidente debe eliminar la impunidad de los
grupos terroristas, que todavía hoy aparecen en los canales de
televisión de Miami entrenándose con armas pesadas para el día en que
vengan a Cuba junto a las tropas norteamericanas, o amenazando con actos
terroristas.
Undécimo: El
Presidente de Estados Unidos debe cerrar de inmediato el centro de
torturas que creó en la Base Naval de Guantánamo y cuya existencia
defiende todavía hoy pese a la repulsa mundial. El lugar donde se
aplican las prácticas ya prohibidas por convenciones internacionales de
tortura contra los prisioneros, como el sometimiento de los presos en
los interrogatorios a altas temperaturas o muy bajas temperaturas, la
simulación de la asfixia, los castigos, los tratos crueles, inhumanos y
degradantes.
¿En nombre de qué derechos humanos usted habla,
cuando todo el mundo sabe que usted lleva sobre sus hombros la muerte y
la tortura de presos muchas veces inocentes? Usted debe devolverle a
Cuba el territorio que ocupan ilegalmente, en contra de nuestra voluntad,
en la Base Naval de Guantánamo.
Duodécimo: Usted
debe cesar las presiones contra la comunidad internacional para que
apoyen la política de su régimen contra Cuba. Usted fracasará, usted no
tendrá el apoyo de la comunidad internacional. Usted puede encontrar
unos pocos aliados que, por interés o por falta de valor, lo secunden;
pero usted no tiene apoyo para esta política y usted va a fracasar, se
lo decimos hoy, y usted no va a lograr sus designios de derrotar a la
Revolución Cubana y de reconquistar a Cuba. Como dijo Fidel: ¡Ustedes a
Cuba no la tendrán!; ustedes tendrían que exterminar a un pueblo entero.
Y en Iraq se ha probado, y en Viet Nam se probó, que ningún ejército es
invencible cuando pelea contra un pueblo dispuesto a defender su
soberanía y que tiene causas y razones fundadas para luchar por su
patria.
Sus planes van a estrellarse. Cuba, señor
Presidente, no negocia su soberanía; Cuba no será puesta de rodillas.
Usted no va a rendirnos a nosotros con su bloqueo y su intento de
rendirnos por hambre y enfermedades. Usted se estrella contra nuestro
coraje.
Cuba no podrá ser amedrentada ni nuestra unidad
podrá ser vulnerada. Nuestro pueblo se une más ante la amenaza y la
prepotencia del imperio que no ha podido doblegarlo.
Para el pueblo de Estados Unidos tenemos también
un mensaje. Para el pueblo de Estados Unidos tenemos un mensaje de
respeto y de amistad. No los culpamos a ustedes, al pueblo
norteamericano, del sufrimiento que el régimen que ustedes también
padecen causa a nuestro pueblo.
Nosotros estamos seguros de que un día no habrá
bloqueo, que un día ustedes podrán tener relaciones normales con un
pequeño país vecino, cuyos médicos estuvieron dispuestos a ir allí
cuando el huracán Katrina a llevar alivio y cura a los enfermos, a los
damnificados, y este régimen que ahora amenaza otra vez a Cuba lo
impidió y los condenó, porque eran negros y eran pobres, a morir allí
sin asistencia médica. Un día eso no será así.
Nuestro mensaje también de aliento, de
condolencias a los ciudadanos de California que están padeciendo en este
momento los incendios forestales. Un día, cuando haya desastre natural,
en uno u otro país, se impondrá el ambiente de cooperación, como ha
actuado siempre el pueblo cubano, que ha ido a cualquier lugar adonde
han sido necesarios sus esfuerzos, su ayuda. Pero hoy el régimen que
gobierna a Estados Unidos impide que eso ocurra.
Un mensaje tenemos para el pueblo de Estados
Unidos, de amistad. No nos confundimos, somos un pueblo con cultura
política, somos un pueblo con principios y decoro y sabemos que ustedes
son víctimas, como nosotros también, de esta política, y sabemos que un
día ustedes también se van a librar de esta tiranía que les ha sido
impuesta, que manda a sus hijos, por ser pobres, a luchar en tierras
lejanas, a matar y a morir, para robarles a otros pueblos sus recursos
naturales, para favorecer los intereses mezquinos de una oligarquía o
una cúpula de intereses, tras el petróleo y los recursos naturales.
Nosotros reaccionamos con indignación; pero con
serenidad. No amenazamos, nos preparamos. No alardeamos, no nos jactamos,
mantenemos nuestro rumbo. No hay —y lo repito aquí hoy— fuerza humana ni
natural en el mundo capaz de hacer desistir a los cubanos de sus sueños
de justicia, de libertad y de independencia. Somos una Revolución
victoriosa, hay que respetarnos, nos hemos ganado el respeto del mundo.
En estos días, en que se cumplen 45 años de la
Crisis de Octubre, y cuando estamos a pocos días de la próxima votación
que habrá en la Asamblea General de Naciones Unidas sobre el bloqueo de
Estados Unidos contra Cuba, quiero subrayar que hay en este momento en
el pueblo cubano la misma serenidad, la misma entereza, el mismo
sentimiento de unidad nacional y de orgullo patrio que en aquellos días
luminosos y tristes, como los llamó el Che, en que el pueblo cubano
estuvo dispuesto a enfrentar, incluso, el holocausto nuclear antes que
renunciar a sus principios y a su soberanía, y esa es la determinación
que hay ahora en Cuba.
La Revolución Cubana no podrá ser derrotada, y se
lo decimos aquí al Presidente del imperio que amenaza a Cuba; tenemos el
apoyo del pueblo, el apoyo consciente, voluntario y libre de un pueblo
que sabe bien lo que se juega en esta hora crucial de su historia y que
no podrá ser ni engañado, ni comprado, ni amenazado, ni rendido.
Así que rechazamos, una por una, cada palabra de
amenaza y de chantaje contra Cuba, cada frase llena de odio, y le
decimos al Presidente de Estados Unidos que lo que está llegando es el
día en que el pueblo de Estados Unidos y el mundo se libren de él, y lo
que está llegando es el día en que nosotros logremos que se levante el
bloqueo, y que sus amenazas no nos sacarán de nuestro curso de
construcción de una sociedad más justa, más humana, más libre, de más
socialismo y de más Revolución en este país.
Ese es el mensaje que tenemos para el Presidente
imperial que amenaza con guerras en las que él no va a participar, que
amenaza con invasiones que él ordenará desde la retaguardia de su
confortable refugio; pero que nosotros, si llega el momento,
enfrentaremos en la primera trinchera junto a nuestro pueblo.
Muchas gracias
|
Karina Soto (Moderatrice).- Buona
sera a tutti. Abbiamo la presenza di tutti i mezzi stampa
nazionali e di 61 corrispondenti di 45 mezzi stampa di 17 paesi...
Felipe Pérez. - Buona sera.
Ringraziamo per la loro presenza tutti i corrispondenti della stampa
nazionale e della stampa straniera accreditata qui a L'Avana.
Vi abbiamo convocati per dare risposta, a nome del governo e del popolo di
Cuba, alle dichiarazioni realizzate dal presidente Bush, appena un paio di
ore fa.
Noi valutiamo che le parole del Presidente degli Stati Uniti annunciano una
scalata senza precedenti nella politica del governo degli Stati Uniti contro
Cuba, più blocco, più sovversione, più tentativi di isolamento di Cuba, e
nuovi e rinnovati sforzi per cercare di far arrendere per fame e malattie il
popolo cubano.
Valutiamo le parole del Presidente come una conferma che la politica in
vigore, nel regime di Bush, è il cambiamento di regime a Cuba, perfino con
la forza. Le sue parole di oggi vengono a confermarlo.
Quello che il Presidente degli Stati Uniti ha chiamato "accelerare il
periodo di transizione", in cui, secondo lui, sta Cuba, equivale — e voglio
qui ricordare le parole di Fidel
di appena due giorni fa — alla riconquista di Cuba con la forza. Questo è il
piano che oggi é meglio delineato
e a nudo davanti all'opinione pubblica.
Voglio sottolineare una frase del discorso del Presidente degli Stati Uniti,
ha detto: "La parola d'ordine nei nostri rapporti futuri con Cuba non è
stabilità, la parola d'ordine è libertà".
Cuba intende queste parole come un atto irresponsabile che dà un'idea del
livello di frustrazione, di disperazione e di odio personale del presidente
Bush contro Cuba; un'invocazione alla violenza, una chiamata, perfino,
all'uso della forza per abbattere la Rivoluzione Cubana ed imporre i suoi
disegni a Cuba.
Cuba respinge categoricamente l'istigazione
alla violenza, l'evocazione, perfino, dell'uso della forza che dà ancora
maggior ragione all'allerta di Fidel alla comunità internazionale,
all'opinione pubblica; che rafforza la nostra ragione e la veridicità delle
nostre parole, quando ci prepariamo, continuamente, rinforzando la nostra
difesa, la preparazione del nostro popolo per affrontare i piani più maligni
e pericolosi di questo regime.
Il Presidente, in linguaggio minaccioso ed arrogante, oltre a delineare
perfino l'opzione dell'uso della forza, perfino lo scenario della rottura
della stabilità a Cuba per dar passo a ciò che chiamò la "libertà", che è il
cambiamento di regime, che è il rovesciamento della Rivoluzione e la
riconquista di Cuba con la forza; facendolo, il Presidente degli Stati Uniti
lasciò aperta l'opzione che se questo fosse il risultato di un ipotetico e
fantasioso sollevamento interno a Cuba, gli Stati Uniti l'appoggerebbero,
ciò che qualunque persona mediamente ben informata e con due dita di
cervello sa che non è politicamente possibile, che la Rivoluzione Cubana ha
un appoggio schiacciante e maggioritario del popolo; ma lasciò anche aperta
l'idea che questa stabilità possa essere vulnerata da fuori, con una nuova
guerra di conquista ed annessione, come quella che lanciò contro l'Iraq, e
come quella che minacciò di lanciare contro 60 o più oscuri angoli del
pianeta, tra i quali, ovviamente, stava Cuba.
Dobbiamo avvertire che uno scenario come
questo non solo significherebbe la rottura della stabilità di Cuba ma anche
della stabilità degli Stati Uniti e metterebbe anche in pericolo il popolo
nordamericano i cui figli sarebbero inviati ad ammazzare ed a morire in una
guerra, a Cuba, che durerebbe 100 anni e che non finirebbe se non con la
vittoria del nostro popolo, ad un costo tremendo, è logico, in vite dei suoi
figli, distruzione materiale; ma il cui unico risultato possibile è la
preservazione dell'indipendenza e la sovranità di Cuba. E devo dire che qui
la reazione è di serenità e fermezza.
La parola d'ordine a Cuba non è né la stabilità, né niente di ciò, la
parola d'ordine a Cuba è: Coraggio! Ed è la nostra risposta; serenità
assoluta e fiducia nella nostra forza e nella solidarietà che il mondo
dispensa oggi a Cuba e nell'ammirazione che la resistenza di Cuba solleva
nel mondo.
Cosicché se l'obiettivo delle parole del Presidente degli Stati Uniti è
intimorire il popolo, spaventare la sua Direzione, da subito devo dire che
il risultato delle sue minacce contro Cuba è un completo fallimento; ma è, e
prendiamo nota di ciò, un'evoluzione dell'aggressività del tono del suo
linguaggio verso Cuba.
Nel gennaio 2004, il presidente Bush aveva detto che bisognava "lavorare per
una transizione rapida e pacifica a Cuba", questo nel gennaio 2004. Nel
febbraio 2004 ha ripetuto, un'altra volta, che l'obiettivo della sua politica era
"la transizione rapida e pacifica ad una democrazia". Nel maggio 2004 parlò
che bisognava "accelerare", già non era sperare o lavorare, bensì
"accelerare il giorno in cui Cuba sia un paese libero", disse. In ottobre
2004 diceva che "il popolo cubano dovrebbe essere liberato", cosa che qui
nessuno gli chiese, né gli chiede, né gli chiederà, ma l'idea si é evoluta,
non di sperare o di desiderare, bensì che questo popolo "dovrebbe
essere liberato".
Nell'agosto 2006, promettendo la futura
"liberazione" di Cuba, assicurava che quando questa sarebbe avvenuta "i
cubano-americani, diceva, potranno affrontare il tema della confisca delle
proprietà", cioè, "potranno allora, una volta che noi liberiamo a Cuba,
occuparsi di recuperare le loro antiche proprietà", i batistiani, i
torturatori, gli assassini, i proprietari terrieri legati alla dittatura di
Batista, ritornerebbero qui per recuperare le proprietà, che è quasi sempre il
leitmotiv di tutta questa politica.
Tuttavia, già nel giugno 2007, diceva: "Continueremo a far pressioni per la
libertà di Cuba." Nel giugno 2007, ad una domanda estemporanea in un
incontro con militari nordamericani, disse: "Alcuni diranno che il problema
è la stabilità a Cuba. Io considero che dobbiamo pressare duramente per la
democrazia". Era una frase dove già s'indicava l'idea che la stabilità non
fosse la cosa più importante.
Bene, ha continuato la sua cascata di minacce e frasi contro Cuba, che ha
sboccato oggi in questo nuovo passo, che non è oramai sperare, desiderare,
bensì assicurare che la parola d'ordine, in questo momento, non è stabilità,
che la parola di ordine è libertà.
Noi siamo coscienti di che cosa significa la "libertà" che il presidente
Bush promette ai cubani e prendiamo sul serio l'evocazione di nuovi e
rinnovati sforzi del governo degli Stati Uniti per compiere la sua politica
di cambiamento di regime a Cuba che è, tra l'altro, illegale; è una politica
che viola il diritto internazionale. Il Presidente degli Stati Uniti non ha
autorità morale, né potestà legale per proporsi di cambiare l'ordinamento
giuridico, politico che gli altri popoli della Terra, sovranamente, hanno
deciso di darsi. È una violazione dei nostri diritti come popolo
indipendente, come nazione sovrana. È una conculcazione del nostro diritto
ad esercitare la libera determinazione.
Noi sappiamo che cosa verrebbe dietro la "libertà" portata dai bombardieri e
dalle armi dall'esercito degli Stati Uniti: i gruppi terroristici, assetati
di sangue, che ancora oggi si addestrano in Florida con totale impunità,
permessi e tollerati dal governo degli Stati Uniti; coi quali, alcuni giorni
fa a Miami, si riunì il presidente Bush, per prometter e conversare con
loro su questa presentazione e per ricordare che promise che "egli
avrebbe risolto il tema di Cuba", egli sapeva - disse - come risolverlo;
questi gruppi, uno dei cui portavoci disse che l' unica cosa che
reclamerebbero al Presidente in quel momento sarebbero tre giorni di licenza,
a Cuba,
per ammazzare. Ma, bene, bisogna sapere che non trovano qui un popolo
ponente l'altra guancia; bisogna sapere che troveranno milioni di
combattenti, armati ed addestrati ed un popolo preparato e pronto, dopo
quasi mezzo secolo di Rivoluzione vittoriosa, a difendere le sue conquiste
ed il suo diritto alla libertà e l'indipendenza.
Allora, oltre a questo annuncio, a questo preludio di una escalation di più
blocco, a queste minacce, oltre a ciò, il Presidente fece una descrizione
bugiarda e ridicola della situazione a Cuba. Mai vidi un politico distillare
più odio e più frustrazione. Fu una cosa patologica. Fece una descrizione di
Cuba che unicamente la cecità, dovuta all'odio e all'impotenza, può far
cadere in questi eccessi.
Non vado, ovviamente, a consumare tempo nel ribattere alle bugie; ma solo,
come esempio, ne commento alcune.
Il Presidente degli Stati Uniti dice che,
l'anno scorso, loro sono il governo che più ha aiutato Cuba; precisamente
nell'anno in cui si é avuto più blocco, più persecuzione, quando hanno
multato i gruppi religiosi che venivano a Cuba, le istituzioni religiose,
quando hanno portato la loro persecuzione al punto di schizofrenia.
Queste sono state alcune delle sue parole per descrivere la realtà cubana,
come già dissi, in un discorso che provoca realmente avversione al solo
ascoltare queste frasi.
Ha fatto, d'altra parte, un appello disperato
ad altri paesi per sommarsi al blocco e alla sovversione contro Cuba, per
sommarsi a questa politica fallita che nessuno nel mondo condivide.
Cuba considera che le parole di oggi riconoscono esplicitamente che il
governo degli Stati Uniti si sente solo nella sua politica verso Cuba. C'è
stato un appello reiterato e disperato affinché altri governi si aggiungano;
perfino gli ha dettato il decalogo delle cose che, a suo giudizio,
dovrebbero fare questi governi, le loro ambasciate a L'Avana. Prova che non
ha appoggio né riconoscimento nel mondo, perché devo qui ricordare, che si
può essere il più potente, ma non il più rispettato; può aversi la capacità
di distruggere un paese con un attacco nucleare, ma non di suscitare
simpatia; si può essere temuto, perfino, ma questo non vuole dire che si sia
amato o appoggiato. E ciò che avviene è che il Presidente degli Stati Uniti
sbatte col fatto che la comunità internazionale non segue la sua politica,
che c'è un rifiuto, quasi universale, al blocco genocida che impone contro
il popolo di Cuba, che cresce l'ammirazione ed il riconoscimento per Cuba.
Qui ho una notizia di oggi, solo una. Mentre il Presidente degli Stati Uniti
leggeva la diatriba anticubana che lì gli prepararono, Cuba risultava eletta
a Parigi membro del Consiglio Esecutivo dell'UNESCO, per 157 voti, dei 175
possibili; il paese con più voti di tutto il Terzo Mondo per integrare il
Consiglio Esecutivo dell'UNESCO; il paese che ha ottenuto più voti
nell'Emisfero Occidentale, perfino, più voti che gli Stati Uniti; come
espressione del riconoscimento di Cuba la si scelse membro del Consiglio
dei Diritti umani con più di due terzi dei voti, nella stessa elezione a cui
il governo degli Stati Uniti non concorse per paura di non essere eletto; il
paese che presiede il Movimento dei Paese Non Allineati e la cui battaglia
nelle Nazioni Unite, l'anno scorso, fu appoggiata nient'altro e niente meno
che da 183 dei 192 membri delle Nazioni Unite.
È solo il Presidente degli Stati Uniti. È furioso, inoltre è disperato. È
comprensibile, promise a quelle mafie
cubane di Miami di risolvere la situazione in un attimo, le stesse che lo portarono alla presidenza in modo fraudolento, che
applicarono le stesse tattiche che applicavano qui prima del trionfo della
Rivoluzione e che permisero che, dopo una controversa e polemica elezione
che fece vedere al mondo, per un mese, quello spettacolo deprimente, fosse
finalmente proclamato, per la differenza di un voto nella Corte Suprema.
Con quale autorità si erige a giudice dei diritti umani e della democrazia
negli altri paesi? Lei non ha autorità morale, signore Presidente; lei non
ha credibilità. Due terzi dei nordamericani sentono vergogna per lei. Lei ha
meno del 25% di appoggio dell'opinione pubblica del suo paese. Lei sta —
come in questi giorni ha detto il compagno Alarcón — imballando per
andarsene. Non lo sottovalutiamo, ovviamente, lei è pericoloso, lei ha
potere; ma lei non ha appoggio, lei non ha credibilità, lei non ha autorità;
il nostro popolo, lo sa, ha inoltre combattuto, prima di lei, con altri nove
presidenti degli Stati Uniti, e sta qui e seguirà a star qui.
Allora c'è, inoltre, una chiara frustrazione nelle parole del Presidente
degli Stati Uniti. Il fatto che Cuba ha sconfitto tutti i suoi tentativi, i
suoi piani annunciati in questi anni, tutte le sue iniziative; che la
Rivoluzione continui a stare qui, dritta e ferma, l'ossessiona. Siamo
davanti ad un Presidente con un'ossessione: la bandiera che ondeggia qui
vittoriosa e che essi non hanno potuto ammainare né lo potranno.
L'economia cubana si rafforza, gli sforzi del nostro popolo continuano a
fruttificare. La Rivoluzione è ora più forte, il nostro popolo ha resistito,
con esemplare maturità politica ed unità, ai duri anni del periodo speciale
che ha dovuto vivere.
Il blocco è isolato, è più chiaro che mai, per noi, che è insostenibile
questa politica e che è una questione di tempo; è una politica, inoltre, che
ci sviluppa simpatia dentro gli Stati Uniti, i cui cittadini, anche, sono
vittime di tutta questa politica di persecuzione ed aggressioni contro Cuba.
Cresce l'unità del nostro popolo; inoltre
ne abbiamo appena avuto una prova: elezioni esemplari nella loro
trasparenza, nella loro organizzazione, nella massiccia partecipazione
popolare, senza che il voto fosse obbligatorio. Più del 95% di
partecipazione, con più di 8100000 cubani che hanno partecipato a queste
elezioni, in una dimostrazione esemplare di civismo, di cultura politica,
dove non si é avuto uno scandalo, niente di simile a quello che avvenne a
Miami quando lei fraudolentemente fu eletto Presidente. Elezioni che
qualunque osservatore onesto deve riconoscere che si sono svolte in un
ambiente di normalità e di partecipazione popolare; in mezzo ad un dibattito
popolare esemplare, a Cuba, sulle nostre difficoltà, sui nostri problemi,
stimolato dalla Direzione del nostro Partito, a partire dalla discussione
del discorso di Raúl il passato 26 di luglio.
Noi capiamo questa reazione di oggi, come un altro atto frutto di questa
disperazione. Il Presidente vede che il tempo sta terminando che non può
mantenere la sua promessa, e ciò, ovviamente, non lo rende meno pericoloso.
Ma, inoltre, c'è, nel suo discorso di oggi, un tentativo vano e ridicolo di
reclutare, per perseguire la sua politica contro Cuba, militari cubani,
membri delle nostre Forze Armate Rivoluzionarie, del Ministero dell'Interno.
Promette loro di perdonarli dopo che prendano il controllo di Cuba, se ora,
per tempo, si pentono di servire il loro popolo, di difendere la
Rivoluzione.
Senta, ho un messaggio per il Presidente degli
Stati Uniti: Lei delira, sta delirando. Lei sta parlando ad un esercito
liberatore. Lei dimentica che a Cuba l'esercito è il popolo in uniforme. Lei
dimentica che più di 350000 cubani vestirono volontariamente quell'uniforme
per andare ad affrontare il regime dell'apartheid, che Stati Uniti ed altri
paesi occidentali appoggiavano, e che resero possibile con la loro vittoria,
la liberazione della Namibia, la preservazione dell'integrità territoriale
dell'Angola, la liberazione di Mandela, la legalizzazione dell'ANC, la
nascita di un Sudafrica senza apartheid. Lei dimentica questo.
Lei promette perdono per il futuro ai combattenti della sicurezza cubana, se
non reprimono il sollevamento che, lei dice, si avrà a Cuba. Lei dimentica
che quegli uomini e donne da mezzo secolo sconfiggono i più di 600 piani che
voi organizzaste per tentare di assassinare Fidel, che sconfissero la guerra
sporca e le bande armate che voi organizzaste e riforniste nelle montagne di
Cuba, che hanno sconfitto i piani del terrorismo contro Cuba. Lei dimentica
che gli uomini e donne che portano quell'uniforme sono il popolo al potere,
perché qui c'é una Rivoluzione vittoriosa che voi non avete potuto
sconfiggere. Lei si sbaglia.
Gli propone, promette ai funzionari del governo che se tradiscono il loro
popolo e passano di bandiera si presentano lì davanti a lei, lei perdonerà
loro, in futuro, la vita. Lei si sbaglia, lei non conosce questo popolo. Lei
crede che questo popolo è gente della categoria dei mercenari che voi pagate
qui.
Di sicuro i mercenari, pagati qui dai
servizi speciali e dal governo degli Stati Uniti, a cui l'anno scorso
vennero
dedicati 9 milioni, ma che in quest'anno dedicano 45 milioni di dollari,
questi stanno lì, nella Sezione di Interessi nordamericana a L'Avana,
vedendo dal vivo, con i diplomatici nordamericani, il discorso del
presidente Bush, ed applaudendo — posso immaginare — le minacce proferite
contro il loro popolo. Per questo motivo oggi qui rivendichiamo il diritto
della Rivoluzione a difendersi ed ad usare tutte le risorse a sua
disposizione, dentro il rispetto delle nostre leggi, della nostra etica, per
difendere la nostra Patria.
D'altra parte, c'è stato il tentativo in quel discorso di giustificare la
sua politica verso Cuba in una supposta difesa della democrazia, dei diritti
umani e noi rispondiamo che il presidente Bush non ha autorità morale per
dettare ai cubani quello che devono fare. Lei non è un liberatore, signore
Bush; lei è un brutale repressore. Il suo regime ha invaso, ha massacrato,
ha torturato in nome della libertà. Lei svergogna i suoi compatrioti.
Lei autorizzò l'esistenza di prigioni segrete,
di voli clandestini. Lei legalizzò l'uso della tortura, della vessazione sui
prigionieri. Lei mantiene il centro di torture nella Base Navale di
Guantánamo che è stato mondialmente ripudiato. Lei autorizzò l'invasione e
l'occupazione dell'Iraq che è costato più di mezzo milione di vite di
civili innocenti. Con quale morale lei può venire a dettare ai cubani
modelli sul loro futuro, il loro concetto di rispetto dei diritti umani o il
loro sistema democratico?
Il Presidente annunciò tre nuove iniziative su Cuba, prova che quasi non
rimane nulla da provare contro Cuba; non rimane oramai praticamente nulla da
usare. Disse che era disposto a considerare il conferimento di licenze a
organizzazioni non governative e gruppi religiosi affinché forniscano
computer ai giovani cubani ed al popolo cubano ed accesso ad Internet, se
il governo cubano permette l'accesso ad Internet. Un annuncio ridicolo, che
muoverebbe a risa se non fosse inserito in questa recrudescenza della
politica contro Cuba, in un paese che, a dispetto del blocco e le
proibizioni e facendo enormi sforzi — perché Cuba non può comprare nel
mercato internazionale computer
che abbiano componenti nordamericani o di origine nordamericana —,ha già più di 500000 computer installati, che l'anno
prossimo ne installerà altri 150000 e che, a partire dall'anno che viene,
potrà assemblare e produrre qui, nel nostro paese, 120000 nuovi computer
all'anno; dove oggi funzionano 602 Giovane Club con più di 7000 computer che
ogni anno danno accesso gratuito ad Internet ad oltre 2 milioni di cubani,
che hanno diplomato 1300000 giovani cubani in questi anni, che impartiscono
gratuitamente 32 tipi distinti di corsi di informatica, operando 24 ore al
giorno, che includono programmi speciali per fornire accesso informatico ai
ciechi, alle persone con discapacità, agli anziani. E lei gli offre alcune
computer che sarebbero portate da alcune ONG, che sarebbero organizzazioni
di facciata del governo degli Stati Uniti. È un'offerta ridicola che il
nostro paese respinge, logicamente, e non prende sul serio.
Inoltre, annunciò d'invitare giovani cubani,
figli del suoi controrivoluzionari a Cuba e dei suoi mercenari, ad un
programma di borse di studio che ha implementato per l'America Latina, per
tre anni; ad un paese che ha 65 università, dove si impartiscono 99 facoltà
universitarie e dove oggi studiano 730000 giovani cubani, 69 di ogni 100
giovani cubani che sono in età per andare all'università, il più alto tasso
tra i paesi del Terzo Mondo, e che compete favorevolmente e, attenzione se
non siamo, il paese con maggior proporzione di giovani, tra i 18 a 24 anni,
che possono andare all'università. Un paese che ha in questo momento 30000
giovani, di 120 paesi del Terzo Mondo, che usufruiscono gratuitamente di
borse di studio nelle sue università, 23000 di essi studiano nella facoltà
di medicina.
Parlarle di alcune borse di studio ad un paese dove studiano oggi 70000
giovani cubani, completamente borsisti nelle università, non solo questi
giovani di altri paesi, ma anche più di 40000 giovani cubani che ricevono
l'alimentazione, l'alloggio, stipendio, libri, attenzione medica gratuita;
un paese che ha universalizzato l'accesso all'educazione, che ha oggi 3
milioni di studenti, i cui risultati in questa materia sono riconosciuti
mondialmente.
Il Presidente appare annunciando un programmino per formare quadri alla
controrivoluzione ed ai gruppi mercenari che loro pagano. Perfino, quegli
stessi familiari dei mercenari che voi pagate a Cuba affinché appoggino la
vostra politica, affinché vi aiutino ad applicare il blocco, non hanno
proibito il loro accesso né all'educazione né la salute né i servizi che Cuba
garantisce a tutti i cittadini. Nessuno nega loro l'entrata pur essendo
gente che non condivide le idee della Rivoluzione, i sogni di giustizia e
libertà del loro popolo.
Annunciò la creazione di una chiamato Fondo Internazionale per la libertà di
Cuba, che dice che aiuterebbe a cercare non so che crediti per Cuba,
affinché Cuba paghi non so che debito e, soprattutto, con l'intenzione che
altri paesi mettano il denaro, perché lei vuole abbattere la Rivoluzione,
ma che un altro paghi e sfrutta per tentare di "passare la spazzola", come
si dice in Cuba, e ottenere che altri mettano il denaro, come abbiamo visto
nella sua guerra in Iraq ed in altre guerre.
Queste sono le tre misure concrete che anticipò, ma annunciando che è
arrivato, che sta già arrivando il momento in cui lei viene a liberare i
cubani.
Vorrei, finalmente, spiegare ciò che noi crediamo, realmente, che il
presidente Bush dovrebbe proporsi come agenda per Cuba e che sono questi 12
punti che dico ora:
Primo: Il governo degli Stati Uniti deve
rispettare il diritto dei cubani alla loro indipendenza e alla loro
sovranità, il diritto dei cubani alla libera determinazione. Bisogna
rispettare il diritto dei cubani ad avere le loro istituzioni, il loro
sistema politico, le loro leggi. Non è competenza del governo degli Stati
Uniti, per poderoso che sia.
Secondo: Il governo degli Stati Uniti deve cessare immediatamente la sua
politica di aggressioni e minacce contro Cuba, per altro, inutili. Si
schiantano contro il nostro coraggio e la nostra determinazione di essere un
popolo libero.
Terzo: Deve smettere di intervenire grossolanamente nei temi interni di
Cuba. Deve rinunciare alla fallita idea di fabbricare un'opposizione interna
a Cuba con denaro degli Stati Uniti. Il governo degli Stati Uniti deve
smettere di finanziare i suoi gruppi mercenari in Cuba.
Quarto: Il regime di Bush deve mettere fine alle azioni sovversive contro
Cuba ed alla guerra radiale e televisiva contro il nostro paese. Deve
smontare le mal chiamate Radio e Televisione "Martí" che sono un'offesa al
popolo cubano, che sporcano il nome dell'Eroe Nazionale di Cuba in
trasmissioni radio e televisione che incoraggiano la violenza, l'assassinio
politico, il sabotaggio economico.
Quinto: Il Presidente degli Stati Uniti deve immediatamente togliere e senza
condizioni il blocco genocida contro Cuba, per cui deve abrogare varie leggi
e deve ottenere che il Congresso lo faccia; perché bisogna ricordare che,
benché egli disse che potrebbe prendere misure per togliere il blocco a Cuba
il giorno che abbia sconfitto la Rivoluzione, secondo la legge
nordamericana, poiché tutto il blocco è codificato, i Presidenti degli Stati
Uniti non potranno levare il blocco a Cuba, ed il Congresso non li
autorizzerà, fino a che non si restituiscano tutte le proprietà, non solo di
coloro che erano nordamericani, e non tanto di quelli, come quelle dei
batistiani, i torturatori ed i ladri che dopo andarono via e diventarono
cittadini nordamericani. Deve abrogare la Legge Helms-Burton, deve abrogare
la Legge Torricelli e tutte le altre leggi di questo aborto che è il blocco
degli Stati Uniti contro Cuba.
Sesto: Deve eliminare la proibizione dei
viaggi a Cuba per i nordamericani, che è la violazione di un diritto
plasmato nella sua Costituzione, e deve eliminare la proibizione delle
visite familiari ai cubani che vivono lì, ai quali, lei, signore Presidente,
impedisce loro di venire a vedere le loro famiglie a Cuba, violando i loro
diritti.
Settimo: Il governo degli Stati Uniti deve smettere di stimolare
l'emigrazione illegale da Cuba. Deve eliminare la criminale Legge di
Accomodamento Cubano e la politica dei piedi secchi - piedi bagnati che
stimolano il traffico di persone, la commissione di atti violenti col fine
di emigrare.
Lei, signore Presidente, è il responsabile di coloro che ancora muoiono in
mare, compresi bambini, donne, che tentano di emigrare illegalmente da Cuba;
lei è il responsabile del traffico di persone. Lei deve compiere gli accordi
migratori. Lei deve compiere il numero di visti, affinché possano emigrare
legalmente da Cuba le persone, come voi vi impegnaste e come non si é
adempiuto questo anno. E voi dovete adempiere all'impegno che coloro che
s'intercettino in mare si restituiscano a Cuba, per scoraggiare queste
pratiche.
Ottavo: Il governo degli Stati Uniti deve cessare le aggressive campagne di
propaganda sporca, di bugie contro Cuba, con uso di abbondanti risorse, come
mai prima si sono dedicate a questa attività.
Nono: Voi devono liberare i cinque lottatori antiterroristi
cubani, prigionieri politici nelle prigioni nordamericane.
E qui mi trattengo, per sottolineare che oggi si trova qui, speciale
invitata da noi, nella Cancelleria la compagna Elizabeth Palmeiro Casado,
sposa del compagno Ramón Labañino Salazar, Eroe della Repubblica di Cuba,
prigioniero politico nelle prigioni degli Stati Uniti, condannato all'
ergastolo e 18 anni per avere lì lottato contro il terrorismo negli Stati
Uniti. Ti diamo il benvenuto, Elizabeth. Ti reiteriamo tutto il nostro
appoggio e simpatia.
C'é anche la compagna Magali Llort Ruiz, madre del compagno Fernando
González Llort, Eroe della Repubblica di Cuba, prigioniero politico nelle
prigioni degli Stati Uniti, condannato a 19 anni di prigione, il cui unico
delitto é stato lottare contro il terrorismo, prevenire piani che, se
fossero stati realizzati, avrebbero assassinato anche cittadini
nordamericani e di altri paesi.
Sta con noi anche il compagno Candido René González Castillo, padre del
compagno René González Sehwerert, Eroe della Repubblica di Cuba, condannato
a 15 anni di prigione, prigioniero politico nelle prigioni degli Stati
Uniti.
Ricordiamo qui, in questo momento, Olga Salanueva, la moglie di René,
impedita a visitarlo per più di nove anni, alla quale le è stato negato
anche la possibilità di vedere suo marito in tutti questi lunghi anni di
cattività dura e crudele.
Sta con noi anche il compagno Roberto González Sehwerert, fratello di René,
e dedito, come gli altri parenti, a fare coscienza su questa battaglia per
la liberazione ed il ritorno alla sua patria di nostri Cinque Eroi.
E sta con noi la compagna Isabel Hernández Nordelo, sorella di Gerardo
Hernández Nordelo, Eroe della Repubblica di Cuba, prigioniero politico nelle
prigioni degli Stati Uniti, condannato a due ergastoli e 15 anni.
Ricordiamo ora la compagna Adriana Pérez O'Connor, moglie di Gerardo, alla
quale il regime di Bush impedisce perfino di vedere suo marito dal 1998, a
cui impedisce perfino concepire un figlio, sogno della loro unione.
Ricordiamo anche Antonio Guerriero Rodríguez, Eroe della Repubblica di Cuba,
carcerato politico nelle prigioni degli Stati Uniti, condannato
all'ergastolo e 10 anni.
A tutti loro diamo il nostro messaggio di sostegno e di solidarietà e la
nostra certezza che finalmente ritorneranno e che tutto l'odio scaricato su
di essi non piegherà la loro volontà né la nostra fino a che si faccia
giustizia.
Decimo:
Il presidente Bush deve estradare in Venezuela o processare negli Stati
Uniti il terrorista Luis Posada Carriles, libero oggi per le macchinazioni
delle più alte autorità nordamericane; che passeggia libero per le strade di
Miami, portando sulla sua coscienza la morte di decine d’innocenti civili
cubani e di altri paesi; autore intellettuale dell'esplosione
dell'aeroplano cubano, con un altro terrorista, Orlando Bosch, perdonato e
lasciato libero anche negli Stati Uniti dal padre dell'attuale Presidente
degli Stati Uniti, ambedue, antichi agenti della CIA, terroristi addestrati
dall’Agenzia Centrale di Intelligence negli anni in cui il padre
dell'attuale Presidente degli Stati Uniti era il Direttore della CIA. Il
governo degli Stati Uniti protegge questi terroristi perché teme che
rivelino i segreti che conoscono sui piani contro Cuba e contro altri paesi,
soprattutto, quelli che si fecero nell'Operazione Condor.
Il Presidente deve eliminare l'impunità dei
gruppi terroristici che ancora oggi appaiono nei canali televisivi di Miami
addestrandosi con armi pesanti per il giorno in cui vengano a Cuba al
seguito delle truppe nordamericane, o minacciando con atti terroristici.
Undicesimo: Il Presidente
degli Stati Uniti deve chiudere immediatamente il centro di torture che ha
creato
nella Base Navale di Guantánamo e la cui esistenza difende ancora oggi a
dispetto del rifiuto mondiale. Il posto dove si applicano le pratiche
proibite dalle convenzioni internazionali di tortura contro i prigionieri,
come la sottomissione dei carcerati ad interrogatori ad alte temperature o a
molto basse temperature, la simulazione dell'asfissia, le punizioni, i
trattamenti crudeli, inumani e degradanti.
A nome di quali diritti umani lei parla,
quando tutto il mondo sa che lei porta sulle sue spalle la morte e la
tortura di carcerati molte volte innocenti? Lei deve restituire a Cuba il
territorio che occupa illegalmente, contro la nostra volontà, nella Base
Navale di Guantánamo.
Dodicesimo: Lei deve cessare
le pressioni contro la comunità internazionale affinché appoggi la politica
del suo regime contro Cuba. Lei fallirà, lei non avrà l'appoggio della
comunità internazionale. Lei può trovare pochi alleati che, per interesse o
per mancanza di valore, l'assecondino; ma lei non ha appoggio per questa
politica e lei fallirà, glielo diciamo oggi, e lei non realizzerà i suoi
propositi di sconfiggere la Rivoluzione Cubana e di riconquistare Cuba.
Come disse Fidel: Voi Cuba non l'avrete!; voi dovreste sterminare un intero
popolo. Ed in Iraq si è provato, ed in Vietnam si provò che nessun esercito
è invincibile quando combatte contro un popolo disposto a difendere la sua
sovranità e che ha fondate cause e ragioni per lottare per la sua patria.
I suoi piani falliranno. Cuba, signor
Presidente, non negozia la sua sovranità; Cuba non sarà messa di ginocchia.
Lei non ci fa arrendere col suo blocco ed il suo tentativo di arrenderci per
fame e malattie. Lei si schianta contro il nostro coraggio.
Cuba non potrà essere spaventata né la
nostra unità potrà essere vulnerata. Il nostro popolo si unisce di più di
fronte la minaccia e la prepotenza dell'impero che non ha potuto piegarlo.
Anche per il popolo degli Stati Uniti
abbiamo un messaggio. Per il popolo degli Stati Uniti abbiamo un messaggio
di rispetto e di amicizia. Non incolpiamo, il popolo nordamericano, della
sofferenza che il regime, che anche voi soffrite, causa al nostro popolo.
Noi siamo sicuri che un giorno non ci sarà
blocco, che un giorno voi potrete avere relazioni normali con un piccolo
paese vicino, i cui medici erano disposti ad andare lì, a portare sollievo e
cura i malati, ai disastrati nei momenti dell'uragano Katrina e questo
regime, che ora minaccia un'altra volta Cuba, l'impedì e li condannò, perché
erano neri ed erano poveri, a morire lì senza assistenza medica. Un giorno
questo non sarà così.
Anche il nostro messaggio di sostegno, di
condoglianze ai cittadini della California che, in questo momento, stanno
soffrendo gli incendi forestali. Un giorno, quando ci sia disastro
naturale, in uno o altro paese, si imporrà l'ambiente di cooperazione, come
ha sempre agito il popolo cubano che è andato in qualunque luogo dove sono
stati necessari i suoi sforzi, il suo aiuto. Ma oggi il regime che governa
agli Stati Uniti impedisce che ciò avvenga.
Un messaggio abbiamo per il popolo degli
Stati Uniti, di amicizia. Non ci confondiamo, siamo un popolo con cultura
politica, siamo un popolo con principi e decoro e sappiamo che voi siete
vittime, come anche noi, di questa politica, e sappiamo che un giorno anche
voi vi libererete di questa tirannia che è stata imposta, che manda i suoi
figli, per essere poveri, a lottare in terre lontane, ad ammazzare ed a
morire, per rubare ad altri popoli le loro risorse naturali, per favorire i
meschini interessi meschini di un'oligarchia o una cupola di interessi,
dietro il petrolio e le risorse naturali.
Noi reagiamo con indignazione; ma con
serenità. Non minacciamo, ci prepariamo. Non ostentiamo, non ci vantiamo,
manteniamo la nostra rotta. Non c'è — e lo ripeto qui oggi —forza umana né
naturale nel mondo capace di fare desistere i cubani dai loro sogni di
giustizia, di libertà e di indipendenza. Siamo una Rivoluzione vittoriosa,
bisogna rispettarci, ci siamo guadagnati il rispetto del mondo.
In questi giorni, in cui si compiono 45
anni dalla Crisi di Ottobre, e quando siamo a pochi giorni dalla prossima
votazione che ci sarà all'Assemblea Generale delle Nazioni Unite sul blocco
degli Stati Uniti contro Cuba, voglio sottolineare che c'è, in questo
momento, nel popolo cubano la stessa serenità, la stessa interezza, lo
stesso sentimento di unità nazionale e di orgoglio patrio che in quei
giorni, luminosi e tristi, come li chiamò il Che in cui il popolo cubano è
stato disposto ad affrontare, perfino, l'olocausto nucleare piuttosto che
rinunciare ai suoi principi e alla sua sovranità, e questa è la
determinazione che c'è ora a Cuba.
La Rivoluzione Cubana non potrà essere
sconfitta e lo diciamo qui al Presidente dell'impero che minaccia Cuba;
abbiamo l'appoggio del popolo, l'appoggio cosciente, volontario e libero di
un popolo che sa bene quello che si gioca in questa ora cruciale della sua
storia e che non potrà essere né ingannato, né comprato, né minacciato, né
arreso.
Cosicché respingiamo, una per una, ogni
parola di minaccia e di ricatto contro Cuba, ogni frase piena di odio, e
diciamo al Presidente degli Stati Uniti che quello che sta arrivando è il
giorno in cui il popolo degli Stati Uniti ed il mondo si liberino di lui, e
quello che sta arrivando è il giorno in che noi otterremo che si levi il
blocco, e che le sue minacce non ci distrarranno dal nostro corso di
costruzione di una società più giusta, più umana, più libera, di più
socialismo e di più Rivoluzione in questo paese.
Questo è il messaggio che abbiamo per il
Presidente imperiale che minaccia guerre a cui egli non partecipa, che
minaccia invasioni che egli ordinerà dalla retroguardia del suo confortevole
rifugio; ma che noi, se arriverà il momento, affronteremo nella prima
trincea insieme al nostro popolo.
Molte grazie
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