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Intervención del delegado de Cuba, Juan Antonio Quintanilla Román, en el debate anual sobre los derechos de los niños. 16to Período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos |
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Ginebra, 9 de marzo de 2011
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Señor Presidente: Cuba saluda la realización de este debate anual y agradece a los panelistas por las presentaciones realizadas. El tema que debatimos hoy es de vital importancia para el futuro de la humanidad. Defender y proteger a la niñez es la garantía de un mundo más justo y equitativo en el futuro. Cifras correspondientes al año 2010 indicaban que 218 millones de niños en todo el mundo vivían o trabajaban en las calles. Se estima que para el año 2020 la cifra ascenderá a 800 millones. Cada día mueren de hambre y enfermedades prevenibles 29 mil niños. En su primer mes de vida perecen 4 millones. En total, mueren anualmente 11 millones de niños. En los conflictos bélicos de la última década, los niños han sido las mayores víctimas, superando los 2 millones de muertos, más de 6 millones de heridos y más de 15 millones de separados de sus hogares, en franca violación de los derechos del niño. Estos fenómenos son consecuencia del injusto orden económico internacional imperante, que afecta fundamentalmente a los países en desarrollo. La situación se ve agravada por las diferentes crisis mundiales y los desafíos que hoy debe enfrentar la humanidad. Señor Presidente: En la concepción humanista de la Revolución Cubana no hay nada más importante que un niño. Coherentemente con esta premisa, y a pesar de las negativas consecuencias del Bloqueo impuesto por Estados Unidos, Cuba ha alcanzado importantes logros en la promoción y protección de los derechos de la niñez. Ninguno de los 200 millones de niños que viven o trabajan en la calle es cubano. En el 2010 Cuba registró la tasa de mortalidad infantil más baja de su historia, 4,5 por cada mil nacidos vivos. Los niños cubanos están inmunizados contra 13 enfermedades. Para ellos la educación, la salud, la libertad de expresión y hasta la recreación no constituyen una quimera, por el contrario, son realidades que sólo ellos pueden relatar. Señor Presidente: La realidad cubana, y la voluntad de su gobierno para proteger a la niñez, contrastan con hechos como el recientemente denunciado por el Washington Post, publicación esta que criticó a la congresista republicana Ileana Ros-Lehtinen, quien alegando consideraciones presupuestarias maniobró para boicotear el proyecto de ley de protección internacional de las niñas, dirigido a prevenir el matrimonio infantil. Señor Presidente: Se requiere de la aplicación inmediata de políticas donde prevalezca la cooperación y la solidaridad internacional. Mientras unos pocos se enriquezcan y otros tantos millones sufran la pobreza, nuestra infancia y el futuro de la humanidad continuarán en peligro. Muchas gracias.
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