Señora Presidenta, embajadora Katalin Bogyay:
La felicito
por su elección para presidir los trabajos
de la 36 Conferencia General de la UNESCO.
Señora Directora General Irina Bokova:
Distinguidos delegados:
El mundo vive indignado. Los pueblos se rebelan contra las injusticias y las promesas vacías. Se indignan por las frustraciones acumuladas y la ausencia de esperanzas. Se rebelan contra un sistema depredador que ya no puede seguir engañando con un falso rostro humano. Un sistema que continúa marginando a las mayorías excluidas, en beneficio de un puñado de privilegiados que lo tienen todo. Que no repara en el rescate de banqueros corruptos que multiplican sus ganancias, mientras disminuyen los recursos para la educación, la salud o la creación de empleos.
La crisis del sistema capitalista es
sistémica y multisectorial. Es crisis
financiera, económica y social, y también
ética. Los poderosos apuestan a la guerra
como recurso de su salvación. Se reparten el
mundo impunemente y le encargan la tarea a
la belicosa
OTAN
Son las guerras de nuevo tipo con armas que se llaman “inteligentes” pero que matan y destruyen indiscriminadamente. Son guerras de conquista para apropiarse de los recursos energéticos y minerales con los cuales oxigenar sus voraces economías. Con la complicidad de sus emporios mediáticos, que actúan también como armas en el combate, pretenden convencernos del “cambio de régimen” y la “responsabilidad de proteger”. Es la nueva filosofía enarbolada para el mismo objetivo de continuar explotándonos.
La única ofensiva que no pueden librar sus armas ni sus voraces empresas, la única contienda legitima que no están dispuestos a emprender, es la necesaria contra el hambre, el analfabetismo, la incultura y la pobreza para, efectivamente, democratizar la democracia, proteger a los excluidos y cambiar el actual orden mundial.
Señora Presidenta:
La UNESCO, que en su carta constitutiva declaró: “puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz”, está llamada a desempeñar un papel de vanguardia en la incansable lucha por un mundo mejor, donde los seres humanos puedan vivir libres del temor y la ignorancia.
Es en la UNESCO donde deben levantarse las armas de la educación, la ciencia y la cultura para luchar por la paz y la compresión mutuas, para que las bombas dejen de matar y mutilar a los seres humanos, para que no se destruyan las escuelas, ni los museos, para que la ciencia progrese en los laboratorios y la cultura enriquezca el mundo espiritual. Para que las generaciones presentes y futuras puedan disfrutar de la belleza única e irrepetible del planeta y sus más de 900 sitios del patrimonio mundial.
Para ello se necesita refundar la Organización, y habrá que hacerlo con mayor prisa y decisión. La reforma en curso, que ha emprendido nuestra activa y enérgica Directora General, necesita llegar hasta los cimientos mismos de la institución. Debe ser profunda y radical. Debe reposicionar y hacer más visible nuestra acción. Debe salir de las oficinas burocráticas para llegar a la gente común y atender sus necesidades elementales, aquellas que tenemos por mandato.
La educación tiene que ser la verdadera prioridad de prioridades, tanto en el compromiso político como financiero. Es inadmisible que en el mundo existan casi 800 millones de analfabetos, de los cuales dos tercios son mujeres. Es inadmisible que casi 70 millones de niños y niñas no tengan una escuela donde recibir la luz de la enseñanza.
Cuba, pobre y bloqueada, con su método de alfabetización “Yo, Sí Puedo” ha logrado en poco tiempo y con escasos recursos; pero con enorme pasión solidaria alfabetizar a 5,706 082 personas en 28 países de América Latina y el Caribe, Africa, Europa y Oceanía. Agradecemos a la Directora General su reconocimiento a la eficacia de este programa como método de cooperación Sur-Sur, así como su disposición reiterada de acoger las buenas prácticas en el ámbito de la educación.
Señora Presidenta:
La 36 Conferencia General debe dejar sentadas las pautas del cambio y del reposicionamiento de la UNESCO en el sistema multilateral.
La Conferencia debe pronunciarse además, y esperamos lo haga de manera clara e inequívoca, respecto a un asunto de trascendental importancia: la admisión de Palestina como Estado miembro de la UNESCO. No se trata de una opción. Resulta una obligación ética y moral ante la cruel y prolongada injusticia que sufre el pueblo palestino. Cuba desea reiterar su firme y decidido apoyo a la solicitud de Palestina, y espera que la decisión de su ingreso a la UNESCO contribuya a los objetivos de la paz y la universalidad que animan a nuestra organización.
No debo concluir mis palabras, sin reclamar y exigir en nombre del pueblo cubano la liberación de nuestros cinco héroes, cuatro de ellos injustamente prisioneros en cárceles del imperio y uno; Rene, cumpliendo una pena adicional de tres años falsamente denominada “libertad supervisada”.
Cuba, que sigue firmemente comprometida con la UNESCO y los valores que esta representa, confía en el liderazgo de la Directora General, para el fortalecimiento y refundación de la Organización.