Señor Presidente:
Cuba denuncia la hipocresía y los dobles raseros sobre los que se sustenta la convocatoria a esta Sesión Especial. No son los derechos humanos su motivación genuina. Son los insaciables apetitos hegemónicos de un grupo de potencias, encabezadas por los Estados Unidos, que manipulan hasta el derecho a la vida de seres humanos para justificar sus afanes intervencionistas.
Cuba comparte la preocupación por las pérdidas de vidas inocentes en cualquier parte del mundo. No comparte, sin embargo, que la supuesta protección de vidas humanas se convierta en pretexto para la intervención extranjera y las aventuras bélicas, que solo siembran destrucción y multiplican las muertes.
Lo que ocurre hoy en Libia lo demuestra fehacientemente.
Se manipula la resolución 1973 del Consejo de Seguridad que incluso, desde su aprobación, ya adolecía de legitimidad.
Se asesina desde el aire, con el armamento más moderno, a los propios civiles a los que supuestamente se defendería; se entregan armas a una de las partes en el conflicto; se declara abiertamente el “cambio de régimen” acorde a los intereses de la OTAN; se anuncia el envío de asesores militares a las denominadas fuerzas insurgentes, por sólo mencionar algunas de las más groseras violaciones de la citada resolución del Consejo.
Por si fuera poco, se hace caso omiso de las propuestas formuladas por la Unión Africana y por otros grupos de países dirigidas a buscar un cese de las hostilidades y el inicio de un proceso de diálogo que permita a los propios libios solucionar sus diferencias sin intervención extranjera.
Ahora se autoriza además el empleo de aviones sin piloto que a tantas personas, en ataques y ejecuciones extrajudiciales en Afganistán y otros países, han privado de la vida.
No podemos olvidar que el
proceso que condujo a lo que hoy
sucede en Libia se originó en
este propio Consejo, con la
convocatoria a una sesión
especial como ésta y con la
aprobación de una resolución de
similar carácter. Los hechos han
confirmado las tempranas
advertencias del Comandante en
Jefe Fidel Castro Ruz, sobre el
peligro de una intervención
militar de la OTAN en Libia,
reiteradas en la sesión del
Consejo del 1ro de marzo en esta
misma sala.
Nos preguntamos si se pretende ahora seguir el mismo curso y si veremos en los próximos días caer también bombas sobre Damasco y otras ciudades sirias.
¿Por qué se intenta ahora condenar a Siria? ¿Será acaso porque no se le perdona su papel histórico de enfrentamiento a los Estados Unidos y a su aliado israelí en la ejecución de la política de dominación de los pueblos árabes y de Palestina en particular? ¿Se trata de buscar el pretexto para justificar la intervención militar extranjera en Siria? ¿Por qué no se dice una palabra sobre los cables secretos del Departamento de Estado, que confirman la infiltración de agentes extranjeros y el financiamiento de grupos que buscan la desestabilización de ese país?
El gobierno del Presidente Bashar Al-Assad ha reconocido la legitimidad de las demandas populares y ha declarado que se apresta a llevar adelante las reformas económicas, políticas y judiciales que resulten necesarias para satisfacerlas y cumplir con el mandato de su pueblo. Al propio tiempo, ha denunciado la participación de elementos saboteadores financiados y armados desde el exterior que han instigado la violencia y el caos. Como señalara el Canciller sirio el pasado 18 de abril: “las prioridades del gobierno están dirigidas a las reformas, la paz y el orden”.
Si a los proponentes de esta reunión les preocupa tanto la vida humana ¿Por qué no promueven una Sesión Especial para considerar las bárbaras acciones de la OTAN, en particular de Estados Unidos, en Iraq y Afganistán, o de Israel en los territorios palestinos ocupados, que han provocado miles de víctimas civiles inocentes?
¿Por qué no convocan una Sesión Especial para analizar las ejecuciones extrajudiciales y los secuestros de personas, sin ninguna evidencia de su participación en actos terroristas, a quienes se tortura en el centro de detención establecido en Guantánamo; territorio cubano ilegalmente ocupado, confirmadas en documentos secretos norteamericanos que muestran de manera fehaciente; una vez más, que la mentira, y los dobles raseros constituyen la base sobre la que se asienta la política norteamericana? ¿Qué dirán ahora los aliados europeos de los Estados Unidos, que en su momento hicieron caso omiso de las denuncias sobre su participación en los vuelos secretos y en las cárceles secretas de la CIA?
La injerencia de las potencias occidentales en la presente situación que vive Siria, como la historia demuestra, sólo busca socavar la independencia, la soberanía sobre sus recursos naturales y la libre determinación de los pueblos del Sur.
Corresponde al pueblo sirio, junto a sus autoridades, determinar las vías y medios para atender y ejecutar la voluntad popular. Cuba rechaza categóricamente cualquier tentativa de aprovechar la lamentable situación creada para desestabilizar el país y hacer avanzar los planes de dominación de Estados Unidos y de Israel, su principal aliado en la región.
Como afirmara el Canciller cubano aquí en marzo pasado: " la realidad es que el origen de la situación en el Medio Oriente y el Norte de África está en la crisis de la política de saqueo impuesta por los Estados Unidos y sus aliados de la OTAN en esa región".
Cuba reitera su confianza en la
capacidad del pueblo y del
gobierno sirio para resolver sus
problemas internos, sin
injerencia extranjera alguna, y
exige el pleno respeto a la
libre determinación y a la
soberanía de ese país árabe.
Muchas gracias.