M.H.Lagarde http://cambiosencuba.blogspot.it
Non c’è bisogno di essere un esperto di comunicazione per rendersi conto che le apparizioni del presidente USA, in due sketch con gli attori del programma ‘Vivir del cuento’, formano parte di una strategia di pubbliche relazioni dirette a renderlo simpatico al popolo cubano.
E’ vero che a molti è risultato simpatico vedere l’uomo che, come lui stesso ha detto nel Gran Teatro de La Habana, occupa la più alta carica della terra dire ‘qué bolá’ e ‘esto no es fácil’.
Ad altri, invece, è sembrato uno scherzo di cattivo gusto che il signor presidente abbia scelto nientemeno che il programma ‘Vivir del cuento’ per la sua strategia di marketing. Per questi ultimi risulta offensivo che il presidente della nazione che da 50 anni blocca Cuba venga a fare il simpatico servendo come co-protagonista agli attori che vivono del raccontare burlandosi dei bisogni del cubano di oggi. La libreta (tessera annonaria ndt), gli almendrones (vecchie auto USA ndt), i mosckovich sovietici e i materassi con spuntoni minacciosi sono, in buona misura, conseguenza di tale blocco che ora Obama sembra voler togliere solo ai lavoratori autonomi.
Molti cubani, nelle strade, si chiedono perché Panfilo nella sua conversazione con Obama non gli ha chiesto sul blocco, anche se, in strada, si dice pure che i consiglieri del presidente alla Casa Bianca hanno censurato un accenno al tema che appare, in modo velato, nel video del gioco del domino.
Chiaramente, si tratta di uno spettacolo umoristico e non dell’ “Università per Tutti”, in cui Obama sicuramente si ingarbuglierebbe cercando di spiegare come si può avere buone relazioni con un paese in cui, la nazione che lui dirige, ha inchiodata una base navale e un campo di concentramento o come il Congresso della grande democrazia, che lui rappresenta, non lo lascia neppure chiudere la prigione di Guantanamo né rimuovere il blocco genocida a Cuba.
A me, in particolare, sembra che il meglio della visita di Obama a Cuba siano proprio queste apparizioni insieme agli attori di ‘Vivir del cuento’, perché Obama, in realtà, più di un presidente è un attore.
Molto probabilmente non sa, in realtà, che cosa significa “Qué bola” né abbia la minima idea di come si gioca a domino, semplicemente ripete il copione che gli pongono davanti i suoi consulenti. Forse questo accade anche con temi che riguardano il destino del genere umano, se si considera che egli occupa la più alta carica della terra.
Noi che abbiamo avuto l’opportunità di guardarlo da vicino abbiamo notato che il presidente USA non cessa di posare un minuto davanti alle telecamere e macchine fotografiche che lo circondano; ciascuno dei suoi gesti e il suo permanente sorriso sembrano recitati.
Obama in talenti istrionici supera di gran lunga Ronald Reagan, l’unico attore di Hollywood che divenne presidente. Denzel Washington e Morgan Freeman dovrebbero ringraziare che un uomo come Obama abbia scelto la politica come carriera.
Obama, el actor
Por M.H.Lagarde
No hace falta ser un experto en comunicación para darse cuenta de que las apariciones del presidente de Estados Unidos en sendos skecht con los actores del programa vivir del cuento forman parte de una estrategia de relaciones públicas dirigida a caerle simpático al pueblo cubano.
Es cierto que a muchos le ha resultado gracioso ver al hombre que, como según él mismo dijo en el Gran Teatro de La Habana, ocupa el más alto cargo de la tierra diciendo qué bolá y “esto no es fácil”.
A otros, sin embargo, les ha parecido una broma de mal gusto que el señor presidente haya escogido nada menos que el programa Vivir del Cuento para su estrategia de marketing. Para estos últimos resulta ofensivo que el presidente de la nación que desde hace 50 años bloquea a Cuba venga a hacerse el gracioso sirviéndole de coprotagonistas a los actores que viven del cuento de burlarse de las necesidades del cubano de hoy. La libreta de abastecimiento, los almendrones, los mosckovich soviéticos y los colchones con púas amenazantes son en buena medida consecuencia de ese bloqueo que ahora Obama parece quiere quitarle solo a los cuentapropistas.
Muchos cubanos en la calle se preguntan por qué Pánfilo en su conversación con Obama no le preguntó sobre el bloqueo, aunque en la calle también se dice que los asesores del presidente en la Casa Blanca censuraron un bocadillo sobre el tema que aparece de forma velada en el video del juego de dominó.
Está claro que se trata de un programa humorístico y no de “Universidad para Todos” en el que Obama seguramente se complicaría tratando de explicar cómo se puede tener buenas relaciones con un país donde la nación que él dirige tiene enclavada una Base Naval y un campo de concentración o cómo el Congreso de la gran democracia que él representa ni lo deja cerrar la cárcel de Guantánamo ni quitarle el bloqueo genocida a Cuba.
A mi particularmente me parece que lo mejor de la visita de Obama a Cuba son precisamente esas apariciones junto a los actores de Vivir del Cuento, porque Obama en realidad, más que un presidente, es un actor.
Lo más probable es que no sepa en realidad qué significa “Qué bola” ni tenga la menor idea de cómo se juega el dominó, simplemente repite el guion que le ponen delante sus asesores. Quizás esto también ocurra con temas que atañen al destino de la humanidad, si se tiene en cuenta que él ocupa el cargo más alto de la tierra.
Quienes tuvimos la oportunidad de verlo de cerca notamos que el presidente norteamericano no deja de posar un minuto antes las cámaras fotográficas y de televisión que lo rodean, cada uno de sus gestos y su permanente sonrisa parecen ensayados.
Obama en dotes histriónicas supera con mucho a Ronald Reagan el único actor de Hollywood que llegó a presidente. Denzel Washington y Morgan Freeman deben darse con un cántaro en el pecho de que un hombre como Obama haya escogido la política como carrera.