Da dove sono usciti, all’Avana, gli applausi a Obama, anche dal teleprompter?
Gli artifici del recente discorso di Barack Obama a L’ Avana passarono totalmente “inosservati” sulla stampa internazionale.
Ma, immaginate che il presidente Raul Castro, in un ipotetico discorso negli USA, utilizzasse il teleprompter, proprio di un telegiornale, per portare il suo messaggio al pubblico USA? Quanti scherzi, quanti sprezzanti commenti e ridicolizzazioni leggeremmo istantaneamente?
Obama ha iniziato le sue parole condannando gli attentati dello Stato Islamico in Belgio, e ha fatto appello a “fare tutto il necessario” per “assicurare alla giustizia i responsabili”. Era il momento giusto per solidarizzare con le famiglie delle 3478 vittime cubane in attentati finanziati o coperti dalla Casa Bianca e dalla CIA. Ma non l’ha fatto. Pochi giorni dopo, l’autore dell’esplosione di un aereo cubano, nel 1976, con 73 passeggeri, ha tranquillamente partecipato ad una manifestazione politica a Miami, insieme all’assassino del Che Guevara. Entrambi, tra l’altro, lavorarono per il governo USA e la CIA per decenni.
E’ vero che Obama ha detto parole di elogio su Cuba, impensabili, storiche. “Cuba ha una risorsa straordinaria: un sistema educativo che valorizza ogni bambino e ogni bambina”. Ha anche affermato che “nessuno deve negare il servizio che migliaia di medici cubani hanno prestato ai poveri ed a coloro che soffrono” in molti paesi del mondo. Ma queste parole suonarono ipocrite quando il suo governo mantiene vigente la politica di acquisto dei cooperanti sanitari cubani, a cui dà “asilo politico” automatico.
Obama ha fatto un elogio del sistema capitalista, quasi un romanzo rosa di progresso per Cuba se decidesse aprire al mercato e all’iniziativa privata. E ha cercato di mettere sulla stessa bilancia l’economia di una potenza imperiale, come gli USA, e quella di una piccola isola del Terzo Mondo, come Cuba.
Ma perché Obama non ha fatto una revisione dei risultati del capitalismo nei paesi -capitalisti- intorno a Cuba? Paesi che Cuba supera di gran lunga negli indicatori sociali, anche se bloccata la sua economia. Dove sono, a Cuba, le reti di lavoro minorile, o di traffico di droga, la violenza strutturale, i morti per denutrizione o l’espropriazione delle terre dei contadini, problemi tanto comuni nei paesi -capitalisti- limitrofi?
Nessuna di queste evidenti contraddizioni sono state segnalate dalla stampa internazionale, che si è limitata ad applaudire, come un gregge di pecore, i “gesti di riconciliazione” di Obama verso Cuba.
Tra l’altro, parlando di applaudire … Nel suo discorso al Gran Teatro de La Habana, c’erano due persone -dentro le 40 che componevano la delegazione USA- dedicate ad iniziare gli applausi in certi momenti prestabiliti. Applausi, tra l’altro, che solo uscirono da quel gruppo quando Obama ha cominciato a dar consigli paternalistici su cosa deve fare il popolo cubano.
Ma di ciò neppure leggeranno una parola nella grande stampa internazionale.
¿De dónde salieron en La Habana los aplausos a Obama, también del teleprompter?
Los artificios del reciente discurso de Barack Obama en La Habana pasaron totalmente “desapercibidos” para la prensa internacional. Pero ¿se imaginan que el presidente Raúl Castro, en un hipotético discurso en EEUU, utilizara teleprompters, propios de un informativo de televisión, para llevar su mensaje al público norteamericano? ¿Cuántas bromas, cuántos comentarios despectivos y ridiculizadores leeríamos al instante?
Obama comenzó sus palabras condenando los atentados del Estado Islámico en Bélgica, y apeló a “hacer todo lo que sea necesario” para “llevar ante la justicia a los responsables”. Era el momento idóneo para haberse solidarizado con las familias de las 3.478 víctimas cubanas en atentados financiados o amparados por la Casa Blanca y la CIA. Pero no lo hizo. Apenas unos días después, el autor de la voladura de un avión cubano, en 1976, con 73 pasajeros, participaba tranquilamente en un acto político en Miami, junto al asesino del Che Guevara. Ambos trabajaron, por cierto, para el Gobierno de EEUU y la CIA durante décadas.
Es cierto que Obama dijo palabras de elogio sobre Cuba impensables, históricas. “Cuba tiene un recurso extraordinario: un sistema de educación que valora cada niño y cada niña”. También afirmó que “nadie debe negar el servicio que miles de médicos cubanos han prestado a los pobres y a los que sufren” en numerosos países del mundo. Pero estas palabras sonaron hipócritas cuando su gobierno mantiene en pie la política de compra de los cooperantes sanitarios cubanos, a quien otorga el “asilo político” automático.
Obama hizo un canto del sistema capitalista, casi una novela rosa de progreso para Cuba si decidiera abrirse al mercado y a la iniciativa privada. Y trató de poner en la misma balanza la economía de una potencia imperial como EEUU y la de una pequeña Isla del Tercer Mundo como es Cuba.
Pero ¿por qué Obama no hizo un repaso de los resultados del capitalismo en los países –capitalistas- del entorno de Cuba? Países a los que Cuba supera ampliamente en indicadores sociales, aún bloqueada su economía. Porque ¿dónde están en Cuba las redes de trabajo infantil, o de narcotráfico, la violencia estructural, las muertes por desnutrición, o el despojo de tierras del campesinado, problemas tan comunes en los países -capitalistas- de su entorno?
Ninguna de estas evidentes contradicciones fueron señaladas por la prensa internacional, que se limitó a aplaudir, como un rebaño de corderos, los “gestos de reconciliación” de Obama hacia Cuba.
Por cierto, hablando de aplaudir… En su discurso en el Gran Teatro de La Habana, había dos personas –dentro de las 40 que componían la delegación de EEUU- dedicadas a iniciar los aplausos en ciertos momentos preestablecidos. Aplausos, por cierto, que solo salieron de ese grupo cuando Obama comenzó a dar consejos paternalistas de lo que tiene que hacer el pueblo cubano.
Pero de esto tampoco leerán una palabra en la gran prensa internacional.