Patricio Montesinos http://www.cubadebate.cu
Se mai la destra, in Nostra America, ha avuto un briciolo di vergogna, evidentemente lo ha perso completamente negli ultimi anni con la sua esasperata ambizione di rifarsi del potere nelle nazioni a sud del Rio Bravo e sino alla Patagonia.
Gli argomenti al riguardo sono numerosi, ma la la misura superò il limite, nelle ultime ore, quando al grido di “Viva Pinochet” in una cerimonia pubblica, l’ex presidente del Cile, Sebastián Piñera, ha presentato la sua candidatura per competere, per un possibile nuovo mandato, alle elezioni del prossimo novembre in quel paese sudamericano.
Augusto Pinochet golpista ed uno dei dittatori più spietati che abbia conosciuto la Patria Grande, fu incredibilmente acclamato dai sostenitori, di destra, di Piñera, che tra l’altro è coinvolto in vari fatti di corruzione.
Ma essere stato criminale, essere golpista o corrotto sono oggi “meriti” per l’oligarchia regionale, determinata a tutti i costi, con il finanziamento ed il sostegno USA, a rovesciare i governi progressisti smembrare le forze di sinistra, e ritornare quindi ai tempi, passati e macabri, che visse Nostra America negli ultimi decenni del secolo scorso.
Basta dare un’occhiata di traverso all’Argentina di oggi, dell’ultra-conservatore Mauricio Macri, o al Brasile attuale dove governa il presidente de facto, Michel Temer, che ha preso le redini del gigante sudamericano attraverso un insolente colpo di stato parlamentare .
Macri e Temer sono corrotti, repressori e neoliberisti, come lo è il candidato, oligarca, alla presidenza dell’Ecuador, Guillermo Lasso, un banchiere che senza alcun scrupolo vende e compra le sue banche, ed ha già annunciato una maggior dollarizzazione di quella nazione, un male imposto ai suoi connazionali prima della Rivoluzione Cittadina di Rafael Correa.
A questo trio vogliono aggiungere, ora, Piñera in Cile, come parte del piano orchestrato a Washington per restaurare il conservatorismo nella Patria Grande ed estenderlo a Venezuela, Bolivia e El Salvador, dopo averlo imposto o conservarlo anche in diversi paesi come Paraguay, Perù, Honduras e Guatemala, tra altri.
La valanga della destra, come quella del fango che si è verificata in Perù con le forti piogge dei giorni scorsi, devasta i popoli, li spoglia dei suoi posti di lavoro, dei diritti sociali e umani fondamentali, privatizza tutto e vende i paesi al miglior offerente .
E’ qualcosa di simile al cosiddetto fenomeno del Niño causato dal cambio climatico, ma naturalmente in maiuscolo perché impoverisce e uccide con intenzionalità i più diseredati, mentre arricchisce sempre più i potenti ed i grandi imperi transnazionali degli stati ricchi del nord.
Tutte le forze progressiste, i movimenti sociali, popolari e la intellettualità della sinistra latinoamericana e caraibica, sono allora chiamati, con urgenza, unità e solidarietà, a fermare questo male che assale ed aggredisce, senza sosta, la Patria Grande-
La desvergüenza de la derecha en Nuestra América
Por: Patricio Montesinos
Si alguna vez la derecha en Nuestra América tuvo un ápice de vergüenza, evidentemente la perdió totalmente en los últimos años con su exasperada ambición de rehacerse del poder en las naciones de al sur del Río Bravo y hasta la Patagonia.
Argumentos al respecto son numerosos, pero la copa se desbordó en las últimas horas cuando al grito de “Viva Pinochet” en un acto público, el expresidente de Chile Sebastián Piñera presentó su candidatura para disputarse un eventual nuevo mandato en las elecciones de noviembre venidero en ese país sudamericano.
Augusto Pinochet, golpista y uno de los más despiadados dictadores que ha conocido la Patria Grande, fue increíblemente vitoreado por los seguidores derechistas de Piñera, quien por cierto también está implicado en diversos hechos de corrupción.
Pero haber sido criminal, ser golpista o corrupto, son hoy “méritos” para la oligarquía regional, empeñada a toda costa, con el financiamiento y respaldo de Estados Unidos, en destronar a gobiernos progresistas, desmembrar las fuerzas de izquierda, y retornar así a los tiempos pasados y macabros que vivió Nuestra América en las últimas décadas de la pasada centuria.
Solo hay que mirar de soslayo a la Argentina de hoy, la del ultraconservador Mauricio Macri, o el Brasil actual donde gobierna el mandatario de facto, Michel Temer, quien se hizo de las riendas del gigante sudamericano a través de un insolente golpe de Estado parlamentario.
Macri y Temer son corruptos, represores y neoliberales, como igual lo es el aspirante oligarca a la presidencia de Ecuador, Guillermo Lasso, un banquero que sin el menor escrúpulo vende y se compra sus propios bancos, y desde ya anunció una mayor dolarización de esa nación, un mal impuesto a sus compatriotas antes de la Revolución Ciudadana de Rafael Correa.
A ese trío quieren sumar ahora a Piñera, en Chile, como parte del plan orquestado en Washington de restaurar el conservadurismo en la Patria Grande y extenderlo por Venezuela, Bolivia y El Salvador, después de imponerlo o preservarlo además en varios países como Paraguay, Perú, Honduras y Guatemala, entre otros.
La avalancha derechista, como la de lodo que ha ocurrido en Perú con las intensas lluvias de los últimos días, arrasa con los pueblos, los despoja de sus empleos, de los derechos sociales y humanos fundamentales, privatiza todo y vende los países al mejor postor.
Es algo similar al llamado fenómeno del Niño provocado por el Cambio Climático, pero claro en mayúscula, porque empobrece y mata con intencionalidad a los más desposeídos, mientras se enriquecen cada vez más los poderosos y los grandes emporios trasnacionales de los estados ricos del Norte.
Todas las fuerzas progresistas, los movimientos sociales, populares y la intelectualidad de izquierda latinoamericana y caribeña, están entonces llamadas con urgencia, unidad y solidaridad, a detener a ese mal que embiste y agrede sin tregua a la Patria Grande.