Come segnala oggi nella sua versione digitale il quotidiano ufficiale della mafia anticubana di Miami, El Nuevo Herald, un gruppo di senatori e legislatori della Florida si è dichiarato deluso dalla mano morbida mostrata dai burocrati di Washington nell’attuare le nuove misure dell’amministrazione Trump contro Cuba.
Secondo quanto fa sapere El Nuevo Herald, le risposte critiche del senatore Marco Rubio e del legislatore Mario Diaz-Balart all’attuazione delle misure, che saranno rese esecutive a partire da oggi, sono state particolarmente scioccanti perché entrambi i legislatori «hanno aiutato a scrivere, nel mese di giugno, la direttiva di Trump nell’Ufficio Ovale».
Secondo quanto fatto sapere da Marco Rubio, che tutti indicano come il principale disegnatore della politica di Trump verso Cuba, in un comunicato: “Purtroppo, i burocrati del Dipartimento di Stato che si oppongono alla politica del presidente nei confronti di Cuba si sono rifiutati di attuarla integralmente quando hanno omesso dalla lista di enti e sotto-entità cubane sottoposte a restrizioni che sono controllate o agiscono per conto delle Forze Armate, i servizi di intelligence o di sicurezza dello Stato di Cuba”.
Da parte sua, Diaz Balart ha dichiarato a questo proposito di essere “deluso che i regolamenti non attuano pienamente ciò che ha ordinato il presidente. È chiaro che burocrati che sostengono la politica verso Cuba, del precedente governo, continuano a minare il presidente Trump”.
Secondo i giudizi di questi annessionisti di origine cubana, che dai loro seggi nel Congresso USA e sotto l’egida della bandiera di quel paese, si auto denominano difensori delle libertà e dei diritti umani del popolo cubano, le misure attuate sono troppo morbide rispetto allo spirito della lettera di quelle da loro redatte nell’ufficio presidenziale.
I rappresentanti della mafia anticubana sono infelici perché le misure non impediscono il commercio con più imprese turistiche cubane, e, come notato da Ileana Ros-Lehtinen, per fare eccezioni del settore privato cubano che, secondo lei, è anch’esso controllato dallo Stato.
La mafia anticubana de Miami redactó las medidas de Trump contra Cuba
Según señala hoy en su versión digital el diario oficialista de la mafia anticubana de Miami, El Nuevo Herald, un grupo de senadores y legisladores de la Florida se declaró decepcionado por la mano blanda mostrada por los burócratas de Washington al implementar las nuevas medidas de la administración Trump contra Cuba.
Según deja saber El Nuevo Herald, las respuestas críticas del senador Marco Rubio y el legislador Mario Díaz Balart a la implementación de las medidas, que serán ejecutadas a partir de hoy, fueron particulamente impactantes porque ambos legisladores «ayudaron a redactar en junio la directiva de Trump en la Oficina Oval».
Según hizo saber Marco Rubio, a quien todos señalan como el principal diseñador de la política de Trump hacia Cuba, en un comunicado: «Desafortunadamente, los burócratas del Departamento de Estado que se oponen a la política del Presidente hacia Cuba se negaron a implementarlo íntegramente cuando omitieron de la lista de entidades y subentidades cubanas restringidas que están controladas o actúan en nombre de las Fuerzas Armadas, los servicios de Inteligencia o la Seguridad del Estado de Cuba».
Por su parte, Díaz Balart apuntó al respecto estar «decepcionado de que las regulaciones no implementen completamente lo que ordenó el Presidente. Está claro que burócratas que apoyan la política hacia Cuba del gobierno anterior siguen socavando al presidente Trump».
De acuerdo con el criterio de estos anexionistas de origen cubano, que desde escaños en el Congreso de Estados Unidos y bajó la égida de la bandera de ese país, se autodenominan defensores de las libertades y de los derechos humanos del pueblo cubano, las medidas implementadas resultan demasiado blandas en relación con el espíritu de la letra de las redactadas por ellos en la oficina presidencial.
Los representantes de la mafia anticubana están inconformes porque las medidas no impiden el comercio con más compañías turísticas cubanas, y, como destacó Ileana Ros Lehtinen, por hacer excepciones con el sector privado cubano que, según ella, está también controlado por el Estado.