Discurso pronunciado por el compañero Miguel Díaz-Canel Bermúdez, miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en la ceremonia militar de traslado e inhumación de los restos de los combatientes del III Frente Mario Muñoz, caídos en la guerra de liberación o fallecidos después del triunfo de la Revolución, efectuado en el Tercer Frente, Santiago de Cuba, el 11 de enero de 2018
Compañero General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros,
Compañeras y compañeros de la presidencia,
Familiares de los combatientes caídos durante la guerra de liberación o fallecidos posteriormente al triunfo revolucionario,
Querido pueblo de este municipio, que preserva y consolida la obra nacida del sacrificio y la sangre de sus héroes,
Compañeras y compañeros,
Los cubanos tenemos como fortuna varios sitios venerables, marcados por nuestra historia; este es uno de ellos, no solo por las batallas desde aquí libradas sino porque aquí yacen héroes de nuestras guerras de liberación, entre los que destaca otro Titán de Bronce: Juan Almeida Bosque.
Apenas iniciado el año 60 de la Revolución, en el cual conmemoraremos el aniversario 150 del inicio de nuestras guerras por la independencia, o lo que es lo mismo, la continuidad de 150 años de lucha, la Patria nos convoca nuevamente al tributo desde este enaltecedor espacio de la geografía cubana, a donde hemos venido a inhumar los restos de 33 combatientes del Ejército Rebelde que formaron parte de las columnas del III Frente Mario Muñoz Monroy.
Los restos mortales de estos inmortales patriotas, algunos caídos en la lucha insurreccional, otros fallecidos con posterioridad al triunfo revolucionario, regresan para permanecer junto a su legendario jefe, el Comandante de la Revolución Juan Almeida, en este mausoleo, ubicado en la indómita serranía de la que forman parte, entre otros, dos sitios sagrados: San Lorenzo y Dos Ríos, en ellos encontraron la muerte el Padre de la Patria y nuestro Héroe Nacional.
Ahora regresan a esta morada, no de descanso póstumo sino de permanente vigía, tres comandantes, siete capitanes, cinco primeros tenientes, un teniente y 17 soldados entre los que destacan tres heroínas. Aquí permanecerán en lo más alto de la loma, donde han alcanzando para siempre el cielo del honor, que les pertenece.
La fundación del Tercer Frente en estas montañas cubanas, respondió a la concepción estratégica del Comandante en Jefe, para quien era decisivo abrir un nuevo frente de guerra en las proximidades de la segunda ciudad en importancia del país, Santiago de Cuba, capital de la entonces provincia de Oriente, donde la tiranía tenía concentradas numerosas fuerzas militares, de las más fogueadas con que contaba.
La misión encomendada era hostigar, batir, inmovilizar las fuerzas del enemigo y hacer sentir la presencia cercana del Ejército Rebelde en las inmediaciones de Santiago de Cuba.
Las columnas de este Frente fueron decisivas en la derrota de la ofensiva de verano contra la Comandancia General y en la victoria rebelde que culminó con la entrada a la capital oriental.
Cuando la tiranía intentó destruir la Revolución con la Operación FF, se reagruparon las fuerzas más aguerridas para defender el principal bastión insurreccional. Allí se contó con los combatientes del Tercer Frente, quienes participaron en intensos combates, con una correlación de fuerzas notablemente desfavorable. Fueron entonces el espíritu revolucionario, la firmeza de convicciones, la valentía y el arrojo demostrados por los guerrilleros durante aquellas jornadas heroicas, quienes derrotaron los propósitos del enemigo de tomar la Comandancia General del Ejército Rebelde.
Como parte de ese avance incontenible, retornaron a este territorio los combatientes del Frente, iniciando desde ese momento acciones que fueron estrechando el cerco en torno a Santiago de Cuba y paralizando los movimientos del enemigo en la zona.
Combates como los del Cobre, el Cuartel de dos Palmas, El Platanal, Tres Pechos, Filé, Paraná; la batalla de Guisa, de conjunto con el Primer Frente; la toma de Baire, Jiguaní, Maffo y Palma Soriano, a lo que se suman más de 30 acciones comandos, sabotajes, emboscadas y operaciones de rescate, expresan fehacientemente la gloria combativa de esta tropa guerrillera.
El Tercer Frente, además del valor demostrado en las acciones combativas, fue ejemplo en la organización y aplicación de medidas de beneficio para la población que serían el preludio de la obra transformadora sobrevenida con el triunfo revolucionario.
El 30 de diciembre, con la rendición de las fuerzas batistianas en Maffo, cae la última posesión enemiga entre Santiago de Cuba y Bayamo y las fuerzas del Primer, Segundo y Tercer Frentes rebeldes que habían combatido unidas, se disponían al asalto final a la ciudad, lo que no llegó a ocurrir, pues el desmoralizado enemigo depuso las armas y la cruel tiranía se derrumbó el 1ro. de enero de 1959.
La misión asignada estaba cumplida: se logró la defensa del territorio por el valeroso y aguerrido desempeño de los gloriosos combatientes de este frente, guiados por su cubanísimo, enérgico y entusiasta jefe, el Comandante Almeida, y apoyados decididamente por los campesinos y el pueblo de estas montañas.
Con toda razón, Raúl valoró y cito: «Almeida cumplió, con su proverbial lealtad, eficacia y espíritu de sacrificio, la misión de crear el III Frente y posteriormente cerrar el cerco a Santiago», fin de la cita.
Hoy, con este sentido homenaje póstumo, ratificamos nuestra lealtad y fidelidad a todos los que protagonizaron el triunfo, confirmamos el orgullo revolucionario y patrio por esta hermosa historia; expresamos la decisión de darle continuidad a la obra revolucionaria, enfrentando las nuevas realidades que nos imponen un mundo globalizado, unipolar y el afán hegemónico de la superpotencia vecina, que persiste en sus propósitos de borrarnos la memoria histórica, quebrantarnos la identidad, e instaurarnos una plataforma que restaure el capitalismo salvaje en nuestra nación, para con las recetas del modelo neoliberal, anular nuestras conquistas de justicia social e igualdad, humanistas e inclusivas alcanzadas.
Los cubanos tendremos que regresar aquí, una y otra vez, a empinarnos con el ejemplo de esta tropa que siempre nos acompañará, comandada por Almeida; guerreros que fertilizan no solo este suelo, sino también nuestros sentimientos patrios.
Ante sus losas reafirmamos con devoción y respeto, que nada doblegará al pueblo cubano en su empeño de defender y construir una nación soberana, independiente, socialista, democrática, próspera y sostenible.
Es una manera de expresar que no olvidamos ni facilitaremos rupturas ni distorsiones en nuestra memoria histórica, porque es inmenso el legado de valores, sentimientos revolucionarios, sacrificio, altruismo y ejemplo que nos aporta para comprender de dónde partimos, quiénes somos y sobre todo para afianzarnos en la convicción de lo que tenemos que hacer para proteger, defender, consolidar y perfeccionar nuestras conquistas, porque lo que hoy acontece no puede ser separado de la raíz que nos nutre y nos integra.
Así cumplimos con la prédica martiana de que «honrar, honra». Honramos a nuestros héroes y mártires, a todos aquellos que aportaron con hechos y realizaciones concretas, honramos a los fundadores, a nuestro heroico y combativo pueblo, a la generación histórica que alcanzó el sueño y lo convirtió en realidad, a Fidel y a Raúl, y por ello, se honra la Patria, la Revolución y nuestro socialismo.
Pero esta válida manera de honrar en días significativos, tiene que multiplicarse y expresarse en la honra cotidiana, que debemos ofrecer con el trabajo creativo e innovador, con el incremento de la eficiencia en la producción y los servicios, con las inversiones de todo tipo y la protección de la naturaleza, con la creación de riquezas y el ahorro; contando con el aporte de todos los actores económicos, formas de propiedad y gestión, para así, unidos todos, atenuar las consecuencias del cruel bloqueo imperialista y superar las carencias materiales que impactan en la economía y afectan la calidad de vida cotidiana de nuestro pueblo.
Cuba defiende con orgullo a sus héroes como un día ellos nuestra independencia. Y ese es y será el compromiso eterno de los cubanos leales con los padres de su estirpe: salvaguardar la soberanía del país. Cuba fue por ellos un día libre y hoy y mañana lo seguirá siendo también por ellos, porque su ejemplo nos convoca y conduce, porque su victoria la hicieron nuestra y nos corresponde hacerla eterna.
Consecuentes con las obras de sus vidas, hay que anteponer el comportamiento responsable, educado, decente —antítesis de lo vulgar y lo banal—, a la indisciplina, la ilegalidad y la corrupción, para extirpar las nefastas manifestaciones que laceran y entorpecen las realizaciones enaltecedoras de la Revolución Cubana.
En esas y otras razones descansa nuestra capacidad para vencer las adversidades, crecernos, superarnos a nosotros mismos, y hacer sostenibles, perdurables, mejores e imperecederas nuestras conquistas.
A eso nos ha convocado nuestro Presidente, el General de Ejército Raúl Castro Ruz, a eso nos convoca nuestra historia de ya casi 150 años de lucha revolucionaria.
Ese será el mejor de los homenajes y la más consecuente honra al Comandante Almeida, a los integrantes de su aguerrida y combativa tropa, y a su hermano de lucha Fidel.
¡Gloria eterna a los combatientes del III Frente Mario Muñoz Monroy!
¡Viva por siempre su fundador, guía y legendario jefe, el Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque!
¡Viva la Patria libre que ellos liberaron!
¡Vivan Fidel y Raúl!
¡Viva la Revolución Cubana!
¡Socialismo o Muerte!
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!