Sulla natura vile e sadica del blocco

Andrés Gómez  www.cubadebate.cu

Miami – Voglio affrontare in questo articolo l’angustioso costo umano giornaliero che impone, a milioni di cubane/i, la politica genocida del blocco.

Da dove cominciare oggi? Forse dai più anziani tra noi; penso che siano quelli che più soffrono le conseguenze di questa inumana politica. Come tutti sappiamo, i governi USA vietano, come parte del blocco, la vendita di medicine e di tutti gli altri prodotti farmaceutici, ecc., elaborati dai giganteschi consorzi USA di questa industria.

Come anche proibiscono la vendita a Cuba di questi beni ad altri consorzi farmaceutici di altri paesi associati in qualche modo ai primi; anche se qualcuno di questi prodotti avesse qualche elemento creato dall’industria farmaceutica USA; anche le materie prime di questa industria non possono essere vendute a Cuba.

A Miami, una mia cugina ha il difficile compito di prendersi cura a casa sua di sua madre di 93 anni, che è malata di cuore. Mia zia, per vivere, deve prendere almeno 15 medicine diverse al giorno. Oltre agli innumerevoli pannolini che le si deve cambiare, anche quotidianamente, affinché si senta bene, a suo agio; perché tra questi farmaci le viene prescritto un diuretico.

A Cuba, di questi tempi, questo è praticamente impossibile.

Tuttavia, a Cuba, l’età media di vita della donna è di poco superiore a 81,3 anni, mentre negli USA l’età media di vita delle donne è di 81,1 anni, molto simile a quella delle donne cubane. E questa Cuba la raggiunge nonostante tutte le difficoltà imposte dal blocco. Straordinario ed incredibile, giusto? ma vero…molto vero.

Tuttavia, potremmo immaginare quanto sia difficile per una famiglia cubana occuparsi adeguatamente un’anziana o qualunque persona malata -una madre, un padre, un figlio, una nonna, una zia, un fratello? Quanto difficile diventa per il malato donna, uomo, ragazza/o, essere curato/a adeguatamente, come richiesto dal suo stato di salute e dai suoi diritti come persona? Se, a seguito di queste brutali misure del blocco, ciò risultasse del tutto possibile.

A L’Avana, per meglio dire a La Lisa, il mia migliore amico e sua sorella hanno la responsabilità di attendere alla loro nonna, donna eccellente, di 78 anni che ha sofferto di cancro alla vescica, negli ultimi sette anni. Grazie ai risultati dell’industria farmaceutica cubana, nonostante il blocco, hanno avuto l’opportunità di arrestare, ritardare, la crescita del tumore per lungo tempo. Anche se questo non è più il caso, il tumore maligno si è diffuso al colon.

Immaginate i dolori che soffre la nonna del mio amico a causa di questa malattia?

Tra marzo 2017 ed aprile 2018 il blocco ha colpito negativamente l’economia cubana per oltre 4 miliardi di $. Si stima che durante gli ultimi sei decenni il blocco sia costato a Cuba circa 933678 milioni di $.

Può concepirsi il danno, la sofferenza, ancor più, ad una popolazione attuale di undici milioni di persone che produce la perdita, solo l’anno scorso, di 4 miliardi di $?

Per tutte queste gravi carenze che il blocco impone al popolo cubano, ed in particolare nel campo della salute, medicine, in questo caso gli antidolorifici, che la nonna del mio amico richiede per alleviare i dolori causati dalla sua malattia, sono altamente limitati e disponibili solo per pazienti ospedalizzati. Questo è causato dal fatto che non si ottengono; perché il blocco impedisce che si ottengano gli antidolorifici da distribuire, praticamente gratuitamente, alle persone affette da cancro e altre malattie che richiedono questo tipo di antidolorifici.

Devo segnalare che negli ultimi tempi mancano le medicine che si ottengono con le prescrizioni nelle farmacie del paese. Molte volte, per esempio, non ci sono nemmeno gli indispensabili, con la regolarità necessaria, per i malati di diabete.

Nel caso della nonna del mio amico, né lui né sua sorella possono restare con le mani in mano di fronte ad una simile tragedia; perché una tragedia è. Come neppure potremmo incrociare le braccia, chiunque di noi, si trovi di fronte ad una situazione del genere.

Ed in qualche modo il mio amico e sua sorella ricevono gli antidolorifici necessari per alleviare il brutale dolore che il cancro provoca a loro nonna.

Questa è anche una conseguenza proditoriamente premeditata della politica di blocco: attraverso una politica di genocidio cercare di ottenere lo strappo morale delle sue vittime e dell’ordine legale della società in cui vivono.

Nella Cuba socialista, una società giusta senza pari, gli anziani e gli ammalati, in generale, sono quelli che soffrono maggiormente gli effetti della criminale politica del blocco, ma per l’esasperazione e la frustrazione dell’imperialismo, cubani/e, che per sei decenni hanno sofferto tutte le conseguenze del blocco, nell’immensa maggioranza, non si arrende, né si arrenderà; benché imparino dal cuore a conoscere a fondo la natura vile e sadica dei suoi nemici.


Sobre la naturaleza vil y sadista del Bloqueo

Por: Andrés Gómez

Miami.- Quiero tratar en este trabajo sobre el angustioso costo humano diario que les impone a millones de cubanas y cubanos la política genocida de Bloqueo.

¿Por dónde empezar hoy? Quizás por los de más edad entre nosotros; pienso que son los que más sufren las consecuencias de esta inhumana política. Como todos sabemos los gobiernos de Estados Unidos prohiben, como parte del Bloqueo, la venta de medicinas y todos los otros productos farmacéuticos, etc., producidos por los gigantescos consorcios estadounidenses de esta industria. Como también prohíben la venta a Cuba de estos productos a otros consorcios farmacéuticos de otros países asociados de alguna manera a los primeros; inclusive si alguno de estos productos tuviera algún elemento producido por la industria farmacéutica estadounidense; aún materias primas de esta industria no se le pueden vender a Cuba.

En Miami una prima mía tiene la difícil tarea de cuidar en su casa a su mamá de 93 años, quien es cardíaca. Mi tía necesita para vivir tomar al menos 15 diferentes medicinas al día. Además de los innumerables pampers que hay que cambiarle, también diariamente, para que se sienta bien, cómoda; porque entre estas medicinas le recetan un diurético.

En Cuba en estos tiempos esto es prácticamente imposible.

No obstante, en Cuba, la edad promedio de vida de la mujer es un poquito más de 81.3 años, mientras en Estados Unidos la edad promedio de vida de la mujer es 81.1 años, muy similar a la de las cubanas. Y esto Cuba lo logra a pesar de todas las penurias impuestas por el Bloqueo. Extraordinario e increíble, ¿verdad?; pero cierto… muy cierto.

Aunque, ¿pudiéramos imaginarnos cuán difícil se le hace a una familia cubana para atender debidamente a una anciana o a cualquier enfermo –una madre, un padre, un hijo, una abuela, una tía, un hermano? ¿Cuán difícil se hace para que ese enfermo mujer, hombre, niña o niño, pueda ser atendido o atendida debidamente, como requiere su estado de salud y sus derechos como persona? Si es que, a consecuencia de estas brutales medidas del Bloqueo, esto resultara del todo posible.

En La Habana, más bien en La Lisa, mi mejor amigo y su hermana tienen la responsabilidad de atender a su abuela, excelente mujer, de 78 años de edad quien ha estado sufriendo de un cáncer de la vejiga, por los últimos siete años. Gracias a los logros de la industria farmacéutica cubana, a pesar del Bloqueo, tuvieron la oportunidad de arrestar, retrasar, el crecimiento del tumor por un largo tiempo. Aunque ya no es así, el tumor maligno se le ha extendido al colon.

¿Imaginan ustedes los dolores que sufre la abuela de mi amigo a consecuencia de esta enfermedad?

Entre marzo de 2017 y abril de 2018 el Bloqueo afectó negativamente a la economía cubana en más de 4 mil millones de dólares. Se estima que durante las últimas seis décadas el Bloqueo le ha costado a Cuba alrededor de 933 mil 678 millones de dólares.

¿Puede concebirse la afectación, el sufrimiento mas bien, a una población actualmente de once millones de personas que produce la pérdida, solamente el año pasado, de 4 mil millones de dólares?

Por todas estas graves carencias que el Bloqueo le impone al pueblo cubano, y específicamente en el terreno de la salud, las medicinas, en este caso los calmantes, que la abuela de mi amigo requiere para aliviar los dolores que le causa su enfermedad, son sumamente restringidos, y sólo disponibles a pacientes hospitalizados. Eso es debido porque éstos no alcanzan; porque el Bloqueo impide que alcancen los calmantes para distribuir prácticamente de manera gratuita a las personas que sufren de cáncer y otras enfermedades que requieren de ese tipo de calmantes.

Debo señalar que en los últimos tiempos las medicinas que se obtienen con recetas en las farmacias del país están en falta. Muchas veces, por ejemplo, no hay ni las indispensables, con la regularidad requerida, para enfermos de diabetes.

En el caso de la abuela de mi amigo, ni él ni su hermana pueden cruzarse de brazos ante semejante tragedia; porque una tragedia es. Como tampoco pudiéramos cruzarnos de brazos cualquiera de nosotros confrontado ante semejante situación.

Y de alguna manera mi amigo y su hermana consiguen los calmantes que son requeridos para aliviar el brutal dolor que el cáncer le produce a su abuela.

Esa también es una consecuencia alevosamente premeditada de la política de Bloqueo: a través de una política de genocidio intentar lograr el desgarramiento moral de sus víctimas y del orden legal de la sociedad en que viven.

En Cuba socialista, sociedad justa sin par, los de más edad y los enfermos en general, son los que más sufren los efectos de la criminal política del Bloqueo, pero para la exasperación y frustración del imperialismo, los cubanos y las cubanas, quienes por seis décadas han sufrido todas las consecuencias del Bloqueo, la inmensa mayoría no se rinde, ni se rendirá; aunque sí aprenden de corazón a conocer a fondo la naturaleza vil y sadista de sus enemigos.

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