ed il programma Mas Medicos (PMM)
Sergio Alejandro Gómez – www.cubadebate.cu
Il Presidente eletto del Brasile, Jair Bolsonaro, ha assunto una postura aggressiva contro Cuba dopo essersi imposto in controverse elezioni presidenziali in cui era assente il candidato favorito per il Partito dei Lavoratori, Luiz Inácio Lula de Silva, impedito di partecipare da trucchi legali.
L’ultimo dei suoi passi è stato quello di imporre un gruppo di condizioni inaccettabili per la continuità della partecipazione cubana al PMM, posto in essere dalla presidentessa Dilma Rousseff, nel 2013, ed a cui hanno partecipato circa 20 mila medici della maggiore delle Antille.
Dato questo scenario, il Ministero della Sanità Pubblica cubano ha deciso, questo mercoledì, di porre fine alla sua partecipazione al programma, che ha fornito assistenza sanitaria gratuita a milioni di brasiliani, principalmente in aree povere e geograficamente remote.
La posizione difesa dal presidente eletto è profondamente contraddittoria:
-Bolsonaro, militare di carriera, ha usato la sua adesione alla fede cristiana per captare voti durante la campagna. Tuttavia, al ferire mortalmente il PMM, in cui i professionisti cubani rappresentano circa la metà del totale, Bolsonaro fa come quella parabola di Gesù del buon Samaritano, in cui un sacerdote ed un levita videro un uomo ferito, ma hanno continuarono senza fermarsi ad aiutarlo.
-Il presidente eletto ha vinto con il 55% dei voti nelle passate elezioni presidenziali, in gran parte grazie ad una campagna di paura e manipolazione che ha funzionato in ampi settori della classe media. Ma Bolsonaro è ora il presidente di tutti i brasiliani, tra cui il 45% che non lo ha appoggiato, tra cui ci sono i milioni di cittadini poveri che beneficiano del PMM e che hanno visto, per la prima volta, un medico nelle loro comunità con l’arrivo dei cubani. Dei 5570 comuni del paese, 3228 (79,5%) hanno solo un medico ed il 90% delle visite della popolazione indigena sono fatti da professionisti di Cuba.
-Per giustificare l’attacco contro la partecipazione cubana a PMM, Bolsonaro si è fatto scudo di presunte preoccupazioni umanitarie e del benessere dei medici cubani, mentre metteva in dubbio la qualità della loro formazione professionale. Il pagamento integrale degli stipendi direttamente ai medici e la difesa del fatto che i loro parenti li accompagnino si contano tra i suoi principali argomenti. Il primo cerca di distruggere le condizioni dell’accordo iniziale tra Brasile, Cuba e l’Organizzazione Panamericana della Sanità (OPS), un modello di cooperazione sud-sud testato in decine di paesi del mondo; mentre, il secondo, è progettato per ottenere seguaci tra i brasiliani di fronte ad una decisione in gran parte impopolare, dal momento che l’85% della popolazione afferma che l’assistenza sanitaria è migliorata con PMM.
In ogni caso, il suo vero obiettivo è terminare il programma e ricattare Cuba. La difesa dei diritti dei medici è una questione che incombe ai cubani e deve essere ed è una missione delle autorità della Maggiore delle Antille.
-Bolsonaro ha assicurato che la situazione delle condizioni dei medici assomigliava alla schiavitù, senza contare che l’incorporazione al programma è del tutto volontaria. La percentuale del salario dei medici che arriva a Cuba attraverso l’OPS non va sul conto di alcuna società o individuo, bensì è usata per pagare i bisogni di salute del popolo cubano (incluso, ovviamente, dei familiari dei collaboratori), sostenere la formazione di più professionisti sanitari e garantire i salari e la sicurezza sociale dei medici che continuano a lavorare a Cuba, tra gli altri scopi sociali che sono alla base del sistema sociale scelto sovranamente dai cubani.
-Il presidente eletto chiama “dittatura” il governo cubano, mentre difende la dittatura militare brasiliana, tra il 1964 e il 1985, che ha messo in atto sparizioni forzate, omicidi e repressioni contro ogni tipo di opposizione politica. Un esempio della sua personale definizione di cosa sia un regime dittatoriale ed un preoccupante segnale sulla rotta del suo futuro governo.
Las contradicciones de Bolsonaro con Cuba y el programa Más Médicos
El presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, asumió una postura agresiva contra Cuba tras imponerse en unas reñidas elecciones presidenciales en las que estuvo ausente el candidato favorito por el Partido de los Trabajadores, Luiz Inácio Lula de Silva, impedido de participar por artimañas legales.
El último de sus pasos fue imponer un grupo de condiciones inaceptables para la continuidad de la participación cubana en el Programa Más Médicos, que puso en marcha la presidente Dilma Rousseff en el 2013 y en el que han participado cerca de 20 mil galenos de la mayor de las Antillas.
Ante ese escenario, el Ministerio de Salud Pública Cubana decidió este miércoles poner fin a su participación en el programa, que ha brindado atención de salud gratuita a millones de brasileños, fundamentalmente en zonas pobres y apartadas geográficamente.
La postura que defiende el mandatario electo es profundamente contradictoria:
-Bolsonaro, militar de carrera, utilizó su adhesión a la fe cristiana para captar votos durante la campaña. Sin embargo, al herir de muerte el programa Más Médicos, en el que los profesionales cubanos representan cerca de la mitad del total, Bolsonaro hace como aquella parábola de Jesús sobre el buen samaritano, en la que un sacerdote y un levita vieron a un hombre herido, pero siguieron su paso sin detenerse a ayudarlo.
-El mandatario electo se impuso con el 55 por ciento de los votos en los pasados comicios presidenciales, en gran medida gracias a una campaña de miedo y manipulaciones que funcionó en amplios sectores de la clase media. Pero Bolsonaro es ahora el presidente de todos los brasileños, incluido ese 45 por ciento que no lo apoyó, entre los que se cuentan millones de ciudadanos pobres que se benefician del programa Más Médico, y que vieron por primera vez un médico en sus comunidades con la llegada de los cubanos. De los 5 570 municipios del país, 3 228 (79,5 %) solo cuentan con un médico y el 90 % de las consultas de la población indígena son hechos por profesionales de Cuba.
-Para justificar el ataque contra la participación cubana en Más Médicos, Bolsonaro se escudó en supuestas preocupaciones humanitarias y el bienestar de los médicos cubanos, al tiempo que puso en duda la calidad de su formación profesional. El pago íntegro de los salarios directamente a los médicos y defender que sus familiares los acompañen se cuentan entre sus principales argumentos. Lo primero busca destruir las condiciones del acuerdo inicial entre Brasil, Cuba y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), un modelo de cooperación sur-sur probado en decenas de países del mundo; mientras, el segundo, está diseñado para ganar seguidores entre los brasileños ante una decisión mayoritariamente impopular, ya que el 85 por ciento de la población asegura que la asistencia sanitaria mejoró con Más Médicos.
En cualquier caso, su objetivo real es acabar con el programa y chantajear a Cuba. Defender los derechos de los galenos es un asunto que incumbre a los cubanos y debe ser y es una misión de las autoridades de la Mayor de las Antillas.
-Bolsonaro aseguró que la situación de las condiciones de los médicos se asemejaba a la esclavitud, sin mencionar que la incorporación al programa es enteramente voluntaria. El por ciento del salario de los doctores que llega a Cuba a través de la OPS no va a la cuenta de ninguna empresa o persona particular, sino que se utiliza para solventar las necesidades de salud del pueblo cubano (incluida, por cierto, la de los familiares de los colaboradores), sostener la formación de más profesionales de la salud y garantizar los salarios y seguridad social de los médicos que se mantienen trabajando en Cuba, entre otros fines sociales que son la base del sistema social escogido soberanamente por los cubanos.
-El presidente electo llama “dictadura” al gobierno cubano, mientras defiende a la dictadura militar brasileña entre 1964-1985, que tiene a su cuenta desapariciones forzadas, asesinatos y represión a cualquier tipo de oposición política. Una muestra de su definición personal de lo que es un régimen dictatorial y una señal preocupante sobre el rumbo de su futuro gobierno.