Il senatore USA, Marco Rubio, ha recentemente aperto un account Twitter per -secondo le sue parole- “connettersi” con il popolo cubano.

Cioè, con quelli che sull’isola, e grazie alle sue iniziative, oggi soffrono maggiori difficoltà di trasporto per le sanzioni contro la fornitura di petrolio; con gli artisti che ora non possono viaggiare negli USA mediante interscambi culturali; o con coloro che ora non possono visitare le loro famiglie nel Nord per la sospensione dei visti.

Marco Rubio è un criminale senza scrupoli, non c’è dubbio. Promuove tutte le sanzioni che soffrono Cuba, Venezuela ed Iran. Difende la riduzione delle imposte all’elite miliardaria USA e la linea migratoria più dura.

Ma è anche un bugiardo. Nel 2011 è stata scoperta la falsità della sua biografia, costruita per captare il voto di una certa comunità di origine cubana a Miami. Presentato come “figlio di esiliati fuggiti dalla dittatura di Castro”, la verità è che suo padre emigrò, per motivi economici, tre anni prima del Trionfo della Rivoluzione, durante il regime di Fulgencio Batista.

Oggi, in tempi di nuove sparatorie e massacri negli USA, bisogna anche ricordare che Rubio è uno dei difensori della National Rifle Association, che finanziò la sua campagna con 3 milioni e mezzo di $.

Milioni che sono -come ha detto il comico Jim Carrey- “il prezzo dell’anima di politici” come Marco Rubio, che portano “nelle loro mani sangue di bambini innocenti”.

Ma criminale o bugiardo, nulla impedisce a Marco Rubio contare su uno spazio privilegiato, per le sue minacce contro Cuba, in tutto il sistema mediatico USA: dalla Fox sino alla CNN.

Marco Rubio: un criminal y embustero en el sistema mediático

El senador estadounidense Marco Rubio abrió recientemente una cuenta en Twitter para –según sus palabras- “conectarse” con el pueblo cubano.

Es decir, con quienes en la Isla, y gracias a sus iniciativas, hoy sufren más dificultades de transporte por las sanciones contra el suministro de petróleo; con los artistas que ya no pueden viajar a EEUU mediante intercambios culturales; o con quienes ya no pueden visitar a sus familias en el Norte por la suspensión de visas.

Marco Rubio es un criminal sin escrúpulos, no cabe duda. Impulsa todas las sanciones que sufren Cuba, Venezuela e Irán. Defiende la reducción de impuestos a la élite multimillonaria de EEUU y la línea migratoria más dura.

Pero, además, es un mentiroso. En 2011 se descubrió la falsedad de su biografía, construida para captar el voto de cierta comunidad de origen cubano en Miami. Presentado como “hijo de exiliados huidos de la dictadura de Castro”, lo cierto es que su padre emigró, por motivos económicos, tres años antes del Triunfo de la Revolución, durante el régimen de Fulgencio Batista.

Hoy, en tiempos de nuevos tiroteos y masacres en EEUU, hay que recordar también que Rubio es uno de los defensores de la Asociación Nacional del Rifle, que financió su campaña con tres millones y medio de dólares.

Millones que son –como dijo el cómico Jim Carrey- “el precio del alma de políticos” como Marco Rubio, que llevan “en sus manos sangre de niños inocentes”.

Pero criminal o embustero, nada impide a Marco Rubio contar con espacio privilegiado, para sus amenazas contra Cuba, en todo el sistema mediático de EEUU: desde la Fox hasta la CNN.