Viene fomentata di fronte al fallimento politico di cercare di far arrendere i cubani con il rafforzamento del blocco economico e le misure per privarci del combustibile e davanti alla dimostrata capacità di resistenza del nostro popolo
Da diverse settimane, il governo USA sta guidando, da Washington, una nuova campagna di diffamazione e discredito contro Cuba come parte della sua politica di crescente ostilità contro il nostro paese. Viene fomentata di fronte al fallimento politico di cercare di far arrendere i cubani con il rafforzamento del blocco economico e le misure per privarci del combustibile e davanti alla dimostrata capacità di resistenza del nostro popolo, che celebra con ottimismo il 500° anniversario della capitale.
Usa come pretesto l’arresto del controrivoluzionario José Daniel Ferrer, un agente stipendiato al servizio USA, con una lunga storia di azioni provocatorie contro l’ordine pubblico e contro la legalità.
L’Ambasciata USA a Cuba è stata il veicolo fondamentale di attenzione, orientamento e finanziamento del comportamento di José Daniel Ferrer, in chiara manifestazione di intromissione negli affari interni di Cuba e di aperta istigazione alla violenza, alla perturbazione dell’ordine ed oltraggio delle forze dell’ordine da parte di questo cittadino. Il capo della missione diplomatica conduce personalmente questa esibizione.
È noto che, lungi dal dedicarsi alla promozione di legami bilaterali, a vigilare sugli interessi del popolo USA e del suo governo, ed alla promozione delle relazioni pacifiche tra gli Stati, la Missione Diplomatica di quel paese a Cuba ed in particolare la sua Incaricata d’Affari, si sono concentrati, negli ultimi mesi, nel fallito proposito di reclutare mercenari, promuovere la divisione e la confusione nel nostro popolo, identificare le aree dell’economia contro cui dirigere le misure coercitive e cercare di calunniare e screditare la gestione del Governo cubano e la Rivoluzione.
Come suole essere la pratica, la menzogna sulla bocca dei funzionari del governo USA è un ingrediente fondamentale della campagna.
José Daniel Ferrer è stato arrestato dalla polizia il 1 ottobre in risposta alla denuncia presentata da un cittadino cubano, che accusa Ferrer ed altri tre individui di averlo rapito per un’intera notte e avergli inferto un duro pestaggio che lo ha lasciato in condizioni di ricovero ospedaliero.
Ferrer è in attesa di giudizio. Ha ricevuto la visita di sua moglie e dei suoi figli, secondo le norme della sua situazione legale. Tutti i riferimenti alla sua scomparsa fisica, al presunto maltrattamento fisico, alla tortura o al fatto che riceva insufficiente alimentazione sono pure menzogne deliberatamente concepite e dirette dal governo USA e dalla sua ambasciata all’Avana. Ha ricevuto cure mediche adeguate, esegue regolarmente esercizi fisici e, su richiesta, viene fornita assistenza religiosa.
Deve essere noto che prima della sua attività al servizio del governo USA, José Daniel Ferrer aveva una traiettoria delinquenziale e condotta violenta totalmente priva da motivazioni politiche. Ha antecedenti registrati risalenti al 1993. Questi includono aggressioni con violenza fisica contro altri cittadini, tra cui donne, e disordine pubblico, comportamento che si è incrementato negli ultimi anni.
Sopra tutto questo ci sono prove sufficienti.
Non è una novità per il governo USA utilizzi persone con queste caratteristiche per la sua attività politica sovversiva contro Cuba e per campagne di discredito con il supporto, senza scrupoli, dei media mainstream.
Nueva campaña de calumnias de EE. UU. contra Cuba
La impulsa frente al fracaso político de intentar rendir a los cubanos con el fortalecimiento del bloqueo económico y las medidas para privarnos de combustible, y ante la demostrada capacidad de resistencia de nuestro pueblo
Desde hace varias semanas, el Gobierno de Estados Unidos viene dirigiendo desde Washington una nueva campaña de calumnias y descrédito contra Cuba como parte de su política de creciente hostilidad contra nuestro país. La impulsa frente al fracaso político de intentar rendir a los cubanos con el fortalecimiento del bloqueo económico y las medidas para privarnos de combustible, y ante la demostrada capacidad de resistencia de nuestro pueblo, que celebra con optimismo el 500 aniversario de la capital.
Utiliza como pretexto la detención del contrarrevolucionario José Daniel Ferrer, agente asalariado al servicio de Estados Unidos, con una larga trayectoria de acciones de provocación contra el orden público y contra la legalidad.
La Embajada de los Estados Unidos en Cuba ha sido el vehículo fundamental de atención, orientación y financiamiento de la conducta de José Daniel Ferrer, en clara manifestación de intromisión en los asuntos internos de Cuba y de abierta instigación a la violencia, a la perturbación del orden y al desacato de las fuerzas del orden por parte de este ciudadano. La jefa de la misión diplomática conduce personalmente este desempeño.
Es conocido que, lejos de dedicarse a la promoción de los vínculos bilaterales, a velar por los intereses del pueblo estadounidense y de su Gobierno, y al impulso de las relaciones pacíficas entre los Estados, la Misión Diplomática de ese país en Cuba y particularmente su Encargada de Negocios se han concentrado en los últimos meses en el fallido propósito de reclutar mercenarios, de promover la división y la confusión en nuestro pueblo, de identificar las áreas de la economía contra las cuales dirigir las medidas coercitivas, y en tratar de calumniar y desacreditar la gestión del Gobierno cubano y a la Revolución.
Como suele ser la práctica, la mentira en la boca de los funcionarios del Gobierno estadounidense es ingrediente fundamental de la campaña.
José Daniel Ferrer fue detenido por la policía el pasado 1ro. de octubre en respuesta a la denuncia presentada por un ciudadano cubano, quien acusa a Ferrer y a otros tres individuos de haberlo secuestrado durante toda una noche y propinado una severa golpiza que lo dejó en condiciones de ingreso hospitalario.
Ferrer se encuentra pendiente de juicio. Ha recibido visita de su esposa y de sus hijos, como corresponde según las normas para su situación legal. Todas las referencias a su desaparición física, al supuesto maltrato físico, a la tortura o a que recibe insuficientes alimentos son puras mentiras deliberadamente concebidas y orientadas por el Gobierno de Estados Unidos y su Embajada en La Habana. Ha contado con la debida atención médica, realiza ejercicios físicos regulares y, ante solicitud realizada, se le facilita asistencia religiosa.
Debe conocerse que antes de su actividad al servicio del Gobierno de Estados Unidos, José Daniel Ferrer tenía una trayectoria delincuencial y de conducta violenta totalmente ausente de motivaciones políticas. Tiene antecedentes registrados que datan de 1993. Estos incluyen agresiones con violencia física a otros ciudadanos, incluyendo mujeres, y desorden público, comportamiento que se incrementó en años recientes.
Sobre todo esto existen pruebas suficientes.
No es nuevo que el Gobierno de Estados Unidos utilice a personas de estas características para su actividad política subversiva contra Cuba y para campañas de descrédito con el apoyo inescrupuloso de los grandes medios de difusión.