Bolivia e Venezuela: popolo disarmato, popolo armato
Il Fronte Popolare nella Repubblica spagnola e l’Unità Popolare in Cile hanno optato per la via elettorale e vi hanno vinto. Ma entrambi i processi sono stati annientati da golpe fascisti.
Come è appena successo in Bolivia. In pieno boom economico, eletto con il 47% dei voti, il presidente è andato in esilio per cercare di evitare -senza successo- la mattanza dei suoi seguaci.
Perché è successo? Perché la polizia e l’esercito, che non avevano cambiato la loro natura, lo hanno tradito. E perché il popolo era disarmato.
Il contrasto con il Venezuela è evidente. Il governo di Nicolás Maduro soffre un blocco finanziario e commerciale assoluto, una spietata guerra economica. E sono stati individuati 47 tentativi di corrompere i suoi comandi militari. Senza successo.
Lì c’è la differenza: Hugo Chávez ha sollevato, nella Forza Armata, un muro anti-imperialista e bolivariano.
Ed ha creato una milizia popolare che raggruppa 1,5 milioni di civili. Volontari/e fortemente armati, pronti a difendere la rivoluzione ad ogni costo.
Il pacifismo ad oltranza raramente scoraggia la bestia, il cui obiettivo è, ora, recuperare il controllo delle risorse naturali della Bolivia. Tra questi, l’ambito litio.
Senza armi, il popolo sarà sempre sconfitto. Gli esempi di Cile e Bolivia lo dimostrano. Quelli del Vietnam, Cuba e Venezuela … anche.
Bolivia y Venezuela: pueblo desarmado, pueblo armado
El Frente Popular en la República española y la Unidad Popular en Chile apostaron por la vía electoral y vencieron en ella. Pero ambos procesos fueron aniquilados mediante golpes fascistas.
Como acaba de ocurrir en Bolivia. En plena bonanza económica, electo con el 47 % de votos, el presidente partió al exilio para tratar de evitar –sin éxito- la matanza de sus seguidores.
¿Por qué ocurrió? Porque la policía y el ejército, que no habían cambiado su naturaleza, lo traicionaron. Y porque el pueblo estaba desarmado.
El contraste con Venezuela es claro. El gobierno de Nicolás Maduro sufre un bloqueo financiero y comercial absoluto, una guerra económica despiadada. Y se han detectado 47 intentos de soborno de sus mandos militares. Sin éxito.
Ahí está la diferencia: Hugo Chávez levantó, en la Fuerza Armada, un muro antiimperialista y bolivariano.
Y creó una milicia popular que agrupa a millón y medio de civiles. Voluntarias y voluntarios fuertemente armados, listos para defender la revolución a cualquier precio.
El pacifismo a ultranza rara vez disuade a la bestia, cuyo objetivo es, ahora, recuperar el control de los recursos naturales de Bolivia. Entre ellos, el cotizado litio.
Sin armas, el pueblo siempre será derrotado. Los ejemplos de Chile y Bolivia lo demuestran. Los de Vietnam, Cuba y Venezuela… también.