Come accaduto con Manuel Zelaya, dopo il colpo di stato contro Evo Morales, il recente annuncio della sua proscrizione è parte di un copione che non è stato scritto né in Honduras né in Bolivia, ma a Washington. Un testo che è seguito alla lettera dal TSE, dall’USAID e dall’OSA in un rozzo tentativo che le elezioni del 3 maggio si trasformino in una mascherata democratica che lavi l’immagine e dia continuità al governo golpista.
Il percorso che la destra antidemocratica ha deciso percorrere in Bolivia replica i passi recentemente compiuti in Honduras: colpo di stato, proscrizione e frode.
Come se fosse una nuova versione di un vecchio film, i protagonisti cambiano, ma non il copione. Non è un caso. Il rozzo testo non è stato scritto né in Honduras né in Bolivia, ma a Washington. Una storia che ha come sfondo la Dottrina Monroe, la politica neocoloniale dell’impero e la partecipazione stellare dell’Organizzazione degli Stati Americani (OSA), guidata dal suo segretario generale, Luis Almagro. Tutti componenti di una parodia della democrazia che non inganna neppure i settori più reazionari che cercano, disperatamente, una bugia che permetta loro di giustificare il loro odio per i processi popolari.
Giovedì scorso, 20 febbraio, il Tribunale Supreme Elettorale (TSE) della Bolivia ha annunciato l’inabilitazione della candidatura a senatori dell’ex presidente Evo Morales e dell’ex cancelliere Diego Pary. L’annuncio è stato solo un altro passo nella continuità del golpe del 10 novembre 2019.
Il presidente del TSE, Salvador Romero, ha argomentato nell’annunciare la proscrizione che era dovuta al fatto che Morales non risiede nel paese, ignorando, in modo grottesco e grossolano, che ha dovuto abbandonare la Bolivia dopo il golpe contro di lui perché la sua vita era in pericolo e , come ha sottolineato uno dei suoi avvocati, Eugenio Raúl Zaffaroni, se fosse rimasto nel suo paese lo avrebbero assassinato.
In riferimento all’annuncio fatto da Romero, Zaffaroni ha rimarcato: “La frode elettorale è iniziata per via traversa”. Quindi ha aggiunto: “C’è una questione di buon senso che non può essere trascurata da nessuno: Evo Morales non è fuori dalla Bolivia per sua volontà, ma perché si è creata una situazione di necessità, si è creata una situazione di forza maggiore, se rimaneva in Bolivia lo uccidevano».
Tutto indica che la “depurazione del Registro Elettorale” effettuata dal TSE è un altro elemento della grossolana frode.
Quando si è saputa la nomina di Salvador Romero a capo della TSE, Contexto ha denunciato che le nuove autorità, presentate dalla stampa di destra come garanzia di trasparenza, non erano altro che la garanzia della frode articolata dalla CIA.
Salvador Romero, designato dal governo dell’autoproclamata presidentessa Jeanine Áñez, appare in diversi cablo rivelati da WikiLeaks in cui si evidenzia la sua stretta relazione con il Dipartimento di Stato USA e con l’Agenzia per lo Sviluppo Internazionale USA (conosciuta come USAID).
E’ noto il ruolo dell’USAID (così come quello della National Foundation for Democracy – NED) come un organismo attraverso il quale i servizi di intelligence USA (in particolare la CIA) incanalano o eseguono operazioni per destabilizzare i processi popolari o sostenere i loro pupazzi all’estero.
I cablo trapelati da WikiLeaks mostrano come -almeno dal 2008- Salvador Romero avesse una stretta relazione con funzionari dell’ambasciata USA, come fosse promosso in conferenze contro il governo di Evo Morales sponsorizzate dall’USAID e come avesse avviato una campagna contro il Movimento al Socialismo (MAS) per cercare di influire sui successivi referendum e nelle elezioni presidenziali.
Romero fu caratterizzato come un fervente militante contro la nuova Costituzione della Bolivia promossa da Morales e fu lo stesso presidente boliviano che, a quel tempo, fece notare che l’allora Corte Nazionale Elettorale (CNE) era un organo subordinato dell’Ambasciata USA -Romero era stato nominato a capo di tale organismo nel 2003 dall’allora presidente Carlos Mesa, un’altra delle figura responsabili del colpo di stato del 10 novembre 2019–.
La Bolivia ha iniziato a percorrere il cammino dell’Honduras, che nel 2009 soffrì il colpo di stato contro Manuel Zelaya, l’imposizione del governo di fatto di Roberto Micheletti, la proscrizione di Zelaya e le successive frodi (2014 e 2018) sostenute dall’OSA che hanno messo a capo del governo un burattino della Casa Bianca: Juan Orlando Hernández.
(Tratto da Rebeliòn)
Bolivia y el modelo de Honduras: golpe, proscripción y fraude
Al igual que sucedió con Manuel Zelaya, tras el golpe contra Evo Morales el reciente anuncio de su proscripción es parte de un libreto que no fue escrito ni en Honduras ni en Bolivia, sino en Washington. Un texto que es seguido al pie de la letra por el TSE, la USAID y la OEA en un burdo intento de que las elecciones del 3 de mayo se transformen en una mascarada democrática que lave la imagen y dé continuidad al gobierno golpista.
El camino que la derecha antidemocrática ha decidido recorrer en Bolivia replica los pasos recientemente transitados en Honduras: golpe, proscripción y fraude.
Como si fuera una nueva versión de una vieja película, cambian los protagonistas, pero no el libreto. No es casualidad. El burdo texto no fue escrito ni en Honduras ni en Bolivia, sino en Washington. Una historia que tiene de trasfondo la Doctrina Monroe, la política neocolonial del imperio y la participación estelar de la Organización de Estados Americanos (OEA), encabezada por su secretario general, Luis Almagro. Todos, componentes de una parodia de democracia que no engaña ni a los sectores más reaccionarios que buscan con desespero una mentira que les permita justificar su odio a los procesos populares.
El pasado jueves 20 de febrero, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Bolivia anunció la inhabilitación de la candidatura a senadores del expresidente Evo Morales y del excanciller Diego Pary. El anuncio solo fue un nuevo paso más en la continuidad del golpe del 10 de noviembre de 2019.
El presidente del TSE, Salvador Romero, argumentó en el anuncio de la proscripción que se debía a que Morales no reside en el país, desconociendo de manera grotesca y burda que debió abandonar Bolivia tras el golpe en su contra porque estaba en riesgo su vida y, como bien señaló uno de sus abogados, Eugenio Raúl Zaffaroni, si hubiera permanecido en su país lo hubieran asesinado.
En referencia al anuncio hecho por Romero, Zaffaroni remarcó: «Ha comenzado el fraude electoral por una vía aviesa». Luego agregó: «Hay una cuestión de sentido común que no le puede pasar por alto a nadie: Evo Morales no está fuera de Bolivia por voluntad propia, sino porque se creó una situación de necesidad, se creó una situación de fuerza mayor, si se quedaba en Bolivia lo mataban».
Todo indica que la «depuración del Padrón Electoral» que realiza el TSE es otro de los elementos del burdo fraude.
Cuando se supo de la designación de Salvador Romero al frente del TSE, Contexto denunció que las nuevas autoridades, presentadas por la prensa de derecha como garantía de transparencia, no eran otra cosa que la garantía del fraude articulado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) norteamericana.
Salvador Romero, designado por el gobierno de la autoproclamada presidenta Jeanine Áñez, aparece en varios cables revelados por WikiLeaks en los que queda expuesto su estrecho vínculo con el Departamento de Estado norteamericano y con la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (conocida por sus siglas en inglés como USAID).
Es conocido el rol de la USAID (al igual que el de la Fundación Nacional para la Democracia – NED) como un organismo a través del cual los servicios de inteligencia norteamericanos (especialmente la CIA) canalizan fondos o ejecutan operaciones para desestabilizar los procesos populares o apoyar a sus títeres en el extranjero.
Los cables expuestos por WikiLeaks muestran cómo –al menos desde 2008– Salvador Romero tenía un estrecho vínculo con funcionarios de la Embajada norteamericana, cómo era promocionado en charlas contra el gobierno de Evo Morales auspiciadas por la USAID, y cómo había iniciado una campaña contra el Movimiento al Socialismo (MAS) para tratar de influir en los siguientes referendums y en las elecciones presidenciales.
Romero fue caracterizado como un ferviente militante contra la nueva Constitución de Bolivia que impulsó Morales y fue el propio presidente boliviano quien por aquella época señaló que la entonces Corte Nacional Electoral (CNE) era un órgano subordinado a la Embajada de Estados Unidos –Romero había sido nombrado al frente de ese organismo en 2003 por el entonces presidente Carlos Mesa, otra de las figuras responsables del golpe del 10 de noviembre de 2019–.
Bolivia comenzó a recorrer el camino de Honduras, que en 2009 sufrió el golpe de Estado contra Manuel Zelaya, la imposición del gobierno de facto de Roberto Micheletti, la proscripción de Zelaya y los sucesivos fraudes (2014 y 2018) respaldados por la OEA que pusieron al frente del gobierno a un títere de la Casa Blanca: Juan Orlando Hernández.
(Tomado de Rebelión)