Cubainformacion: musica e disinformazione

Roberto Moso ne El Correo: è possibile informazione più manipolata, inattuale e non documentata sul rap cubano?

José Manzaneda, coordinatore di Cubainformación

Cuba è un paese di grande ricchezza musicale. Qualcosa che non è prodotto del caso: è il risultato di una politica dello Stato nel campo dell’istruzione e della cultura, da più di 50 anni (1).

Questa ricchezza non si limita alle varianti musicali tradizionali o autoctone. Rap, metal, reggae e jazz, nelle loro varietà e miscele, hanno anche nell’Isola migliaia di fan, ed importanti festival come Ciudad Metal (2), Brutal Fest, (3) Jazz Plaza (4), Havana World Music (5) o il Simposio Internazionale di Hip Hop (6).

Su questo terreno, quello del rap e dell’hiphop, ci sono, a Cuba, centinaia di gruppi: Mano Armada, Obsesión, Anónimo Consejo, Alto Voltaje, Danay Suárez o Hermanos de Causa sono solo alcuni dei nomi più popolari (7).

L’Agenzia Cubana di Rap dà supporto, da parte dello Stato, alla promozione di alcuni di questi gruppi (8). Altra editano su etichette indipendenti come Champions o Palenque Records (9).

Ma ai media internazionali non interessa nessuna di queste formazioni, le cui canzoni contengono dure critiche ai problemi ed alle contraddizioni della società cubana. La lente d’ingrandimento della stampa si posa su bande musicale molto specifiche. Un esempio lo abbiamo nel reportage del quotidiano basco “El Correo” dal titolo “I nuovi trovatori della Cuba ribelle”, incentrato sul gruppo rap cubano “Los Aldeanos” (10).

Scritto dal musicista e giornalista Roberto Moso, contiene informazioni errate e non attuali, e soffre di evidenti errori di documentazione.

Richiama l’attenzione, in primo luogo, che il reportage non menzioni il dato giornalistico internazionale più importante sul gruppo Los Aldeanos: l’indagine dell’agenzia USA Associated Press, che ha mostrato – lo scorso dicembre – che il governo USA aveva usato questo gruppo rap nei suoi piani di destabilizzazione politica a Cuba (11). Tra il 2009 ed il 2012, pagò l’agente serbo Rajko Bozic per aldo-el-aldeano-ft-highcollide-g aiutare Los Aldeanos ad organizzare concerti a L’Avana, con un obiettivo non dichiarato: provocare incidenti con la polizia, che servissero per generare una spirale di proteste, seguendo il modello applicato a Belgrado per la caduta del governo di Slobodan Milosevic (12).

Il reportage di El Correo parla anche de Los Aldeanos come se ancora risiedessero a Cuba quando, da anni, vivono e lavorano a Miami. I loro testi correnti, tra l’altro, hanno perso tutta la loro durezza originaria: evidente effetto della censura del mercato musicale USA (13). O forse perché in quel paese non c’è il razzismo, povertà, repressione o disuguaglianza, temi ricorrenti nel movimento rap?

In un’altra informazione inattuale, il giornalista Roberto Moso assicura che Los Aldeanos “continuano a rivendicare (Che Guevara) nella sua purezza ribelle”. Curioso, perché appena due mesi fa, affermavano in un’intervista quanto segue: “Hanno detto che noi eravamo guevaristi. (…) io non sapevo chi era il Che fino a quando sono cresciuto ed ho viaggiato ed ho avuto modo di conoscere. Per me, il Che era (…) un santo, un tipo rivoluzionario, guerrigliero, e non sapevo delle storie vere, niente, perché qui a Cuba nessuno sa nulla”(14). E’ che Los Aldeanos, a Miami, hanno già appreso il catechismo: già sanno che il Che non era uno dei loro santi, ma un comunista assassino.

Il reportage, inoltre, pretende snaturare la posizione politica, al lato della Rivoluzione, del trovatore Silvio Rodriguez. Dedica tre paragrafi a dettagliare uno scritto che, lo scorso agosto, il cantante aveva pubblicato per protestare contro la paralisi – per problemi burocratici – degli studi Abdalà, che lui finanzia in modo disinteressato (15). Leggiamo ne El Correo che questi studi “sono senza elettricità per mancato pagamento”. Qualcosa di assolutamente falso. Lo stesso Silvio, poco dopo la sua primo scritto, ha festeggiato nel suo blog che il Ministro della Cultura si era fatto carico degli studi, ed ha ribadito che continua a puntare su un “socialismo sostenibile” nel suo paese (16) (17).

Il giornalista de El Correo completa, finalmente, il suo lavoro con i soliti luoghi comuni su Cuba, come quello su una presunta “prostituzione diffusa” (sull’isola), che il regime si vanta di aver completamente sradicata”. Qualcosa di tanto falso come scioccante leggerlo in un giornale – El Correo – che quello stesso giorno pubblicava nelle sue pagine oltre 150 annunci di prostituzione.

A proposito: autorizzerebbe il quotidiano El Correo, al giornalista Roberto Moso, un reportage sul recente veto istituzionale, a Burgos (18) e Siviglia (19), ai rapper di Valencia Los Chikos del Maíz (20)? O sul permanente boicottaggio politico al gruppo basco Soziedad Alkoholika (21)? Gli farebbero fare un reportage sulla condanna, a due anni di carcere, del rapper Pablo Hasel, per i testi delle sue canzoni (22)?

Roberto Moso en El Correo: ¿es posible información más manipulada, desactualizada e indocumentada sobre el rap cubano?

José Manzaneda, coordinador de Cubainformación

Cuba es un país de enorme riqueza musical. Algo que no es producto de la casualidad: es el resultado de una política de Estado, en el campo de la educación y la cultura, de más de 50 años (1).

Esta riqueza no se limita a las variantes musicales tradicionales o autóctonas. El rap, el metal, el reggae o el jazz, en sus variedades y mezclas, tienen también en la Isla miles de seguidores, e importantes festivales como el Ciudad Metal (2), el Brutal Fest, (3), el Jazz Plaza (4), el Havana World Music (5) o el Simposio Internacional de Hip Hop (6).

En este terreno, el del rap y el hiphop, existen en Cuba centenares de bandas: Mano Armada, Obsesión, Anónimo Consejo, Alto Voltaje, Danay Suárez o Hermanos de Causa son solo algunos de los nombres más populares (7).

La Agencia Cubana de Rap da soporte, desde el Estado, a la promoción de algunas de estas bandas (8). Otras editan en sellos independientes, como Champions o Palenque Records (9).

Pero a los medios internacionales no les interesa ninguna de estas formaciones, cuyas canciones contienen duras críticas a los problemas y contradicciones de la sociedad cubana. La lupa de aumento de la prensa se posa en grupos musicales muy concretos. Un ejemplo lo tenemos en el reportaje del diario vasco “El Correo”, titulado “Los nuevos trovadores de la Cuba rebelde”, centrado en el grupo de rap cubano “Los Aldeanos” (10).

Escrito por el músico y periodista Roberto Moso, contiene informaciones erróneas y desactualizadas, y adolece de evidentes fallos de documentación.

Llama la atención, en primer lugar, que el reportaje no mencione el dato periodístico internacional más relevante sobre el grupo Los Aldeanos: la investigación de la agencia norteamericana Associated Press, que demostró –el pasado diciembre- que el Gobierno de EEUU había utilizado a este grupo de rap en sus planes de desestabilización política en la Isla (11). Entre 2009 y 2012, pagó al agente serbio Rajko Bozic para ayudar a Los Aldeanos en la organización de sus conciertos en La Habana, con un objetivo no declarado: provocar incidentes con la policía, que sirvieran para generar una espiral de protestas, siguiendo el patrón aplicado en Belgrado para la caída del Gobierno de Slodoban Milosevic (12).

El reportaje de El Correo, además, habla de Los Aldeanos como si aún residieran en Cuba, cuando llevan años viviendo y actuando en Miami. Sus letras actuales, por cierto, han perdido toda su dureza original: efecto evidente de la censura del mercado discográfico de EEUU (13). ¿O será quizá porque en ese país no existe racismo, pobreza, represión o desigualdad, temas recurrentes en el movimiento rap?

En otra información fuera de tiempo, el periodista Roberto Moso asegura que Los Aldeanos “siguen reivindicando (al Che Guevara) en su pureza rebelde”. Curioso, porque hace apenas dos meses afirmaban, en una entrevista, lo siguiente: “Decían que nosotros éramos guevaristas. (…) yo no sabía quién era el Che hasta que crecí y viajé y pude conocer. Para mí el Che era (…) un santo, un tipo revolucionario, guerrillero, yo no sabía de las historias verdaderas, de nada, porque aquí en Cuba nadie sabe nada” (14). Y es que Los Aldeanos, en Miami, ya han aprendido el catecismo: ya saben que el Che no fue uno de sus santos, sino un comunista asesino.

El reportaje, además, pretende desnaturalizar la posición política, al lado de la Revolución, del trovador Silvio Rodríguez. Dedica tres párrafos a detallar un escrito que, en agosto pasado, publicaba el cantante, protestando por la paralización –por problemas burocráticos- de los estudios Abdalá, que él financia de manera desinteresada (15). Leemos en El Correo que estos estudios “se encuentran sin electricidad por falta de pago”. Algo absolutamente falso. El propio Silvio, poco después de su primer escrito, celebraba en su blog que el Ministro de Cultura se había hecho cargo de los estudios, y reafirmaba que seguía apostando por un “socialismo sustentable” en su país (16) (17).

El periodista de El Correo redondea finalmente su trabajo con los habituales tópicos sobre Cuba, como el de una supuesta “prostitución generalizada (en la Isla), que el régimen se vanagloriaba de haber erradicado por completo”. Algo tan falso como chocante leerlo en un periódico –El Correo-, que ese mismo día publicaba en sus páginas más de 150 anuncios de prostitución.

Por cierto: ¿autorizaría el diario El Correo al periodista Roberto Moso un reportaje sobre el reciente veto institucional, en Burgos (18) y Sevilla (19), a los raperos valencianos Los Chikos del Maíz (20)? ¿O sobre el permanente boicot político al grupo vasco Soziedad Alkoholika (21)? ¿Le dejarán hacer un reportaje sobre la condena de dos años de cárcel al rapero Pablo Hasel, por las letras de sus canciones (22)?