Dr. Tedros Adhanom Ghebre, Director General de la Organización Mundial de la Salud.
Estimados colegas:
Cuba, pequeño país insular en desarrollo, comparte hoy con la comunidad internacional la respuesta a la COVID-19 como parte del ciclo de presentaciones que coordina la Organización Mundial de la Salud.
El 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud declaró a la COVID-19 como una pandemia. Cuba reportó su primer caso ese propio día.
Desde enero del actual año, el país había aprobado el Plan Nacional de Enfrentamiento a la COVID-19, el que involucró a organismos y organizaciones sociales y comunitarias. Creó además un Grupo Temporal Nacional, presidido por el Presidente de la República. Este plan se fue enriqueciendo paulatinamente.
El 20 de marzo, el gobierno reforzó las medidas para el enfrentamiento a esta pandemia y decide el cierre de las fronteras, las escuelas y el transporte público, así como otras que garantizaron un incremento en el distanciamiento social, cuyos efectos han sido representados con la máxima puntación en el índice Oxford.
Como parte del plan aprobado, el sistema de salud creó las capacidades necesarias para asegurar la atención médica a todo lo largo y ancho del país. En ello jugó un papel fundamental la solida organización de la atención primaria de salud y los recursos humanos que hemos preparado en todos estos años, no obstante, tuvimos que enfrentar limitaciones de recursos como consecuencia del recrudecimiento del bloqueo económico y social impuesto por más de 60 años a nuestro pueblo.
El Ministerio de Salud Pública, conformó un Grupo Técnico para el análisis e implementación de las medidas sanitarias, con evaluación diaria y la propuesta sistemática de nuevas acciones al Grupo Temporal Nacional.
Se ha diseñado un modelo de gestión integral, con tres componentes, que incluye la gestión epidemiológica, la organización de los servicios de salud y la ciencia, incluido el manejo clínico y preventivo. El modelo se sustenta en el sistema de información de estadística y la vigilancia en salud.
El mismo se caracteriza por ser un sistema integrado e integral de vigilancia en todos los estadíos epidemiológicos; intersectorialidad en las acciones; transdisciplinariedad en las intervenciones, inmediatez en la toma de decisiones, así como una atención individualizada, sin exclusión. Su concepción integra a la Industria Biotecnológica y Farmacéutica cubana.
El componente de la gestión epidemiológica incluye un algoritmo caracterizado por la búsqueda activa de casos mediante pesquisa a toda la población, autopesquisas virtuales, vigilancia especializada a sospechosos, aislamientos de contactos y pruebas diagnósticas, entre otras acciones. Al cierre del 9 de junio se han realizado 124 mil 947 pruebas diagnósticas con un 1,8 % de positividad.
El componente de gestión de la organización de los servicios ha permitido establecer, de forma escalonada y regionalizada, la atención a pacientes COVID-19, con garantía de disponibilidad de camas de hospitalización, incluidas las Unidades de Cuidados Intensivos, ventiladores suficientes, así como el resto de los requerimientos médicos y tecnológicos.
Como parte de la gestión de la ciencia, fue conformado un Comité de Innovación con varios grupos de expertos. Se aprobó el protocolo de manejo clínico, el cual está concebido con un escenario preventivo y un escenario terapéutico a partir de un escalonamiento de los niveles de complejidad de los servicios.
El escenario preventivo es el elemento clave en el modelo de gestión de la epidemia.
También se incluyen las acciones sobre el personal de salud que atiende casos de contactos, sospechosos y confirmados.
Según el modelo cubano, las acciones comienzan en la comunidad y terminan en la misma, mediante vigilancia y otras medidas preventivas, profilácticas, de recuperación y rehabilitación donde el papel protagónico lo tienen los médicos y enfermeras de la familia, estudiantes de las carreras de Ciencias Médicas, así como otros profesionales y técnicos de la salud que laboran en la Atención Primaria de Salud.
Se dispone de 22 productos de la Industria Biotecnológica y Farmacéutica cubana, tanto en la prevención como en el tratamiento y la recuperación de los pacientes. Entre ellos, el Interferón Alfa 2B ha demostrado efectividad en el tratamiento a casos sospechosos y confirmados.
De igual forma se implementó el protocolo para el seguimiento de los convalecientes, por parte del médico y enfermera de la familia y la atención especializada a pacientes con secuelas por especialistas de alto nivel.
Ambos protocolos tienen aprobados estudios observacionales para evaluar su adherencia y efectividad.
Para minimizar la evolución desfavorable de los pacientes hacia la criticidad, se ha implementado el uso de productos innovadores de la biotecnología cubana, entre ellos el anticuerpo monoclonal Anti CD6 (Itolizumab), el péptido, CIGB 258, así como el uso del plasma de pacientes convalecientes, entre otros.
De igual forma se han modificado las técnicas de ventilación para esta enfermedad, lo cual ha permitido que apenas, el 7,5 % del total de pacientes confirmados llegaran a la categoría de graves y críticos, con una letalidad hasta la fecha del 3.7 %.
No se reportan niños, niñas y adolescentes fallecidos, tampoco hemos tenido que lamentar muertes maternas, ni de ningún personal sanitario.
La vigilancia intensiva, la certificación de seis laboratorios para el diagnóstico confirmatorio de COVID-19, mediante PCR; la habilitación de los hospitales para la atención exclusiva a pacientes confirmados, sintomáticos, asintomáticos y sospechosos de alto riesgo, la activación de los centros de vigilancia para todos los contactos de casos confirmados y sospechosos, así como la adherencia a los protocolos aprobados, nos ha permitido llegar al cierre del día 9 de junio con 2 mil 211 casos confirmado a la COVID-19; de los cuales 240 permanecen activos, se acumula un total de 1 888 recuperados para el 85.4 % y 83 han resultados fallecidos. La tasa por 100 mil habitantes en los últimos 15 días es de 2.21 y se acumulan 11 días sin fallecidos. En los casos diagnosticados ha predominado el sexo masculino con el 51.3 %.
Finalmente deseo resaltar algunas contribuciones que modestamente nuestro país ha podido brindar en el marco de esta pandemia, y otras que serán compartidas de seguro en las próximas etapas. Entre ellas los resultados de un grupo de investigaciones, intervenciones, ensayos clínicos y aplicaciones, que además de extenderse en el país para la gestión de esta y otras situaciones sanitarias, pueden ser compartidas con otros científicos, expertos y organizaciones a nivel internacional, en especial las relacionadas con el desarrollo y aplicación de productos innovadores biotecnológicos, candidatos vacunales y antivirales, entre otros.
La ayuda internacional mediante una colaboración médica, con el envío de 34 brigadas del Contingente Internacional de Médicos Especializados en el Enfrentamiento de Desastres y Graves Epidemias “Henry Reeve”, conformadas por 3 mil 337 profesionales de la salud, los que se encuentran brindando servicios en 27 países, además de los más de 28 mil colaboradores presentes en 59 países.
Estimados colegas:
La pandemia causada por la COVID-19 no tiene antecedentes. En la nueva normalidad será necesario estar más unidos, ser más solidarios, modestos y altruistas.
Reitero lo expresado en el día de ayer por el Presidente de la República de Cuba Miguel Díaz-Canel, en la intervención realizada en la Conferencia virtual de alto nivel Economía Postpandemia del ALBA–TCP:
“Urge intercambiar experiencias y concertar posiciones para enfrentar juntos los efectos de la COVID -19, una pandemia que amenaza con profundizar significativamente la crisis multisectorial que sufren nuestras sociedades”
Cuba como en otras ocasiones reitera su disposición de compartir sus modestas experiencias con el resto de los países del mundo