Como expresó nuestro Ministro de Relaciones Exteriores, reiteramos el más enérgico rechazo a la declaración que sobre Cuba ha emitido el Alto Representante para la Política Exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, la cual constituye una flagrante injerencia en los asuntos internos de nuestro país.
Resulta lamentable que el Alto Representante se haga eco de una brutal campaña político-comunicacional de desinformación, con intentos claros de desestabilizar la situación en nuestro país y que es gestada en los laboratorios mediáticos de Miami; financiada con fondos del gobierno de los Estados Unidos provocando, además, actos de extrema violencia, como el ataque terrorista del cual fue objeto nuestra Embajada en París.
Llamo a la Unión Europea a abandonar de una vez por todas los dobles raseros y evaluar con objetividad el desarrollo real de los acontecimientos en Cuba; donde prevalece la tranquilidad ciudadana y el funcionamiento adecuado de las instituciones. Insto, también, al Alto Representante a condenar los hechos vandálicos y actos violentos que tuvieron lugar en Cuba como resultado de las llamadas “manifestaciones pacíficas”, incluido el ataque con piedras a la sala pediátrica del hospital de Cárdenas.
Resulta, además, patético que en el texto de la Declaración no se mencione por su nombre el bloqueo económico, comercial y financiero que ha impuesto a Cuba el gobierno de los Estados Unidos de América por más de seis décadas, que ha tenido un recrudecimiento sin precedentes en los últimos dos años, provocando graves penurias a nuestra población. Este bloqueo tiene un profundo carácter extraterritorial y afecta especialmente a los ciudadanos y empresarios europeos que quieren mantener una relación decente con nuestro país.
La declaración del Alto Representante no se corresponde, además, con la voluntad expresada por ambas partes de preservar y fortalecer el Acuerdo de Diálogo Político y de Cooperación entre Cuba y la Unión Europea, sobre la base de los principios del Derecho Internacional y de la Carta de las Naciones Unidas.
Antes de hacer juicios de valor sobre la situación interna en Cuba, la Unión Europea debería primero atender y resolver las violaciones de Derechos Humanos que se producen en sus propios Estados miembros y que, sin dudas, se han agudizado durante la pandemia de la Covid-19, entre ellas, las violentas represiones policiales que en muchas capitales europeas han tenido lugar, así como, el tratamiento inhumano, degradante, discriminatorio a las minorías y los migrantes.
La Habana, 29 de julio de 2021