Qui si combatte una guerra semiotica (anche)

Tutte le offensive che l’impero yankee prepara contro Cuba, travestito da “uomini e donne liberi”, sono imboscate di provocazioni infette da golpismo rancido e prediche criminali.

Niente di nuovo. Vecchio veleno in nuove bottiglie. Non ci stancheremo della denuncia e tanto meno della lotta. Qui si combatte una guerra semiotica che ci richiede intelligenza veloce e onnipresente. Risposta rapida e dibattito approfondito. Attaccano dappertutto, usano i gusti, i piaceri e le congregazioni. Usano le penurie e usano i nostri errori. La sua immortalità non ha limiti e il suo sogno di vecchia data è infiltrarsi nelle teste dei giovani e dei meno giovani. Dicono che la Seconda Guerra Mondiale sia stata vinta da Hollywood.

Nel metodo del camuffamento liberale (che in realtà è libertino), vengono seminati perversi dispositivi per, con tale auto-battezzo, farci credere che siamo noi quelli sbagliati e i nemici della libertà e del libero sviluppo dell’umanità. Con tale discorso vanno scatenando, per il mondo, i branchi delle destre e dell’ultradestre. Pontificano clamori camaleontici con l’unico obiettivo di generare inganni e confusioni nelle teste dei depistati. Un altro cane con quell’osso.

Il nostro lavoro riveste la responsabilità di rendere visibili tutti i cataloghi delle manipolazioni ideologico-borghesi. Scrivere la storia delle Guerre Semiotiche. Dedicarle tempo e studio; la preparazione creativa di materiali didattici ed il dispiegamento di tutti i dibattiti necessari, in tutti gli angoli possibili, per illuminare, con la ragione della scienza e dell’etica del bene comune, i meandri ideologici dove si incubano i tradimenti storici contro la dignità democratica dei popoli. Questo non deve essere fatto a caso né può irresponsabilmente trascurarsi.

Abbiamo dovuto pagare conseguenze molto dolorose per non aver combattuto, per tempo, le manipolazioni delle coscienze e la sottomissione delle volontà per via della dominazione ideologica delle classi egemoni.

Tutte le conseguenze sono tatuate nella storia dell’umanità e si sono acutizzate acceleratamente nella misura in cui loro hanno sviluppato tecnologie e metodologie per l’oppressione del pensiero, della parola e dell’azione. Hanno eserciti per il controllo del territorio geografico, del territorio finanziario e del territorio mentale. Così, hanno infettato l’infanzia e la gioventù con “narcotici” ideologici di ogni tipo e in tutte i formati.

Alcolismo, tossicodipendenze, ludopatie di ogni genere, compresi quelli digitali. Individualismo, consumismo, egocentrismo, dogmatismo, suprematismo, negazionismo… l’irrazionalità convertita in merito ed in grande affare. Violenza di genere, razzismo e demoralizzazione indotta. Ora basta!

Occorre consolidare spazi rinnovati di azione semiotica dalle basi. Recuperare e amplificare il senso comune dei rivoluzionari nel loro luogo esatto, che è il gradino più alto della condizione umana.

Rivoluzionare l’umanesimo, rivoluzionare le conversazioni e rivoluzionarci tutti in un piano di lotta quotidiana capace di espellere, al millimetro, ogni vestigia e ogni virus dell’ideologia dominante che operi contro la nostra storia di lotta emancipatrice e contro la nostra unità di popoli diversi. Testa per testa, collettivo per collettivo. Coltivare una semiotica emancipata e per l’emancipazione permanente. Trascurare questi compiti è suicida. Ci urge una guerriglia semiotica d’azione diretta, con tutti i mezzi, per produrre gli indispensabili anticorpi culturali che sterminino, in breve tempo, le influenze tossiche dei media e i modi borghesi di manipolare le coscienze.

Potremmo scrivere l’oroscopo delle canagliate contro Cuba. Sappiamo da dove vengono, conosciamo i loro camaleonti ideologici, abbiamo identificato i loro mezzi e i loro modi. Conosciamo l’agenda dei loro vituperi e maldicenze. Siamo capaci di riconoscere la sua sintassi, il suo vocabolario e la sua poverissima logica. Riconosciamo la loro povertà intellettuale ed educativa, e sappiamo chi li paga, come e dove. Dobbiamo avanzare di dieci passi, vincere la partita con un vantaggio politico, intellettuale ed umanistico. Poniamoci all’avanguardia nella produzione di significato, all’altezza dei tempi e delle esigenze attuali. Vincere la guerra semiotica contro di loro. Solo oggi bisogna prendere le decisioni politiche. Non c’è tempo da perdere.

Aquí se libra una guerra semiótica (también)

Todas las ofensivas que prepara contra Cuba el imperio yanqui, disfrazado de «hombres y mujeres libres», son emboscadas de provocaciones infectadas con golpismo rancio y prédicas criminales

Autor: Fernando Buen Abad

Todas las ofensivas que prepara contra Cuba el imperio yanqui, disfrazado de «hombres y mujeres libres», son emboscadas de provocaciones infectadas con golpismo rancio y prédicas criminales.

Nada nuevo. Viejo veneno en frasquitos nuevos. No vamos a cansarnos en la denuncia y menos en el combate. Aquí se libra una guerra semiótica que nos exige inteligencia veloz y ubicua. Respuesta rápida y debate a fondo. Atacan por doquier, usan los gustos, los placeres y las feligresías. Usan las penurias y usan nuestros errores. Su inmortalidad no tiene límites y su sueño añejo es infiltrarse en las cabezas de los jóvenes y los no tanto. Dicen que la Segunda Guerra Mundial la ganó Hollywood.

En el método del camuflaje liberal (que en realidad es libertino) están sembrados dispositivos perversos para, con semejante autobautizo, hacernos creer que somos nosotros los equivocados y los enemigos de la libertad y el libre desarrollo de la humanidad. Con ese discurso andan desatadas por el mundo las jaurías de las derechas, y las ultraderechas. Pontifican alharacas camaleónicas con la meta única de generar engaños y confusiones en las cabezas de los despistados. A otro perro con ese hueso.

Nuestro trabajo reviste la responsabilidad de hacer visibles todos los catálogos de las manipulaciones ideológico-burguesas. Escribir la historia de las Guerras Semióticas. Dedicarle el tiempo y el estudio; la preparación creativa de materiales didácticos y el despliegue de todos los debates necesarios, en todos los rincones posibles, para iluminar, con la razón de la ciencia y la ética del bien común, las madrigueras ideológicas donde se incuban las traiciones históricas contra la dignidad democrática de los pueblos. Eso no debe librarse al azar ni puede descuidarse irresponsablemente.

Hemos debido pagar consecuencias muy dolorosas por no combatir a tiempo las manipulaciones de conciencias y el sometimiento de las voluntades por la vía de la dominación ideológica de las clases hegemónicas.

Todas las consecuencias están tatuadas en la historia de la humanidad y se han agudizado aceleradamente en la medida en que ellos han desarrollado tecnologías y metodologías para la opresión del pensamiento, de la palabra y de la acción. Tienen ejércitos para el control del territorio geográfico, del territorio financiero y del territorio mental. Así nos han infectado a la niñez y a la juventud con «narcóticos» ideológicos de todo tipo y en todos los formatos.

Alcoholismo, drogadicciones, ludopatías de todo tipo incluidas las digitales. Individualismo, consumismo, egocentrismo, dogmatismo, supremacismo, negacionismo… la irracionalidad convertida en mérito y en grandes negocios. Violencia de género, racismo y desmoralización inducida. ¡Ya basta!

Hay que consolidar espacios renovados de acción semiótica desde las bases. Recuperar y amplificar el sentido común de los revolucionarios en su lugar exacto, que es el más alto peldaño de la condición humana.

Revolucionar el humanismo, revolucionar las conversaciones y revolucionarnos todos en un plan de lucha cotidiana que sea capaz de expulsar, milimétricamente, todo vestigio y todo virus de la ideología dominante que opere contra nuestra historia de lucha emancipadora y contra nuestra unidad de pueblos diversos. Cabeza por cabeza, colectivo por colectivo. Cultivar una semiótica emancipada y para la emancipación permanente. Descuidar estas tareas es suicida. Nos urge una guerrilla semiótica de acción directa, por todos los medios, para producir los anticuerpos culturales indispensables que exterminen, en plazos cortos, las influencias tóxicas de los medios y los modos burgueses para manipular conciencias.

Podríamos escribir el horóscopo de las canalladas contra Cuba. Sabemos de dónde vienen, conocemos a sus camaleones ideológicos, tenemos identificados sus medios y sus modos. Conocemos la agenda de sus vituperios y maledicencias. Somos capaces de reconocer su sintaxis, su vocabulario y su lógica paupérrima. Reconocemos su pobreza intelectual y educativa, y sabemos quién les paga, cómo y dónde. Nos hace falta adelantarnos diez pasos, ganar la partida por ventaja política, intelectual y humanística. Ponernos a la vanguardia de la producción de sentido, a la altura de los tiempos y las necesidades vigentes. Ganarles la guerra semiótica. Solo hay que tomar las decisiones políticas. No hay tiempo que perder.