Discurso pronunciado por Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, en el X Congreso de la Federación Estudiantil Universitaria, el 20 de diciembre de 2022, en el Palacio de Convenciones, “Año 64 de la Revolución”
Compañeras y compañeros que presiden esta sesión de clausura del X Congreso de la Federación Estudiantil Universitaria;
Estimadas Ministras y estimados Ministros;
Estimadas rectoras y estimados rectores, a quienes les corresponde implementar los acuerdos del X Congreso de la FEU (Aplausos);
Queridos estudiantes universitarios cubanos y los que nos acompañan también de otros países y que son miembros de la FEU, como Xiomy, Isabel y otros tantos que están en nuestras aulas:
Hoy es un día feliz, es un día glorioso. Es un día de centenario y es un día histórico como es ya histórico este Congreso, y no solo porque sea un Congreso centenario, es histórico por su aporte, y ese aporte lo da la calidad, la madurez, la objetividad del debate que ustedes han realizado (Aplausos).
Ante todo, las felicitaciones con cariño, con afecto, con admiración al nuevo Secretariado de la FEU elegido en este Congreso.
La semana pasada me compartieron el post que escribió un muchacho enamorado porque su novia acababa de hacerse licenciada, con el máximo de puntos, después de escribir la tesis en la carretera y de hacer un examen final online desde el piso de una terminal.
Karla Santana, la Presidenta de la FEU de Cuba, se ha licenciado en Derecho (Aplausos) estudiando en las madrugadas, entre dos Congresos y, lo más importante, investigando un tema conectado con los barrios, con las problemáticas actuales del país. Nos enteramos de esto en las redes digitales que son especialmente buenas cuando se trata de conectar con ustedes.
Muchas felicidades, Karla y demás muchachas y muchachos de la FEU que han hecho sus carreras y, a la par, han dirigido la organización. Ustedes escogieron o aceptaron el camino más difícil en el tránsito por la universidad. Ustedes han convidado a la participación desde la ejemplaridad y así transforman y construyen. Ustedes han sumado su entusiasmo y energía a uno de los hitos más apasionantes de la Historia de Cuba: ¡la vida de la Federación Estudiantil Universitaria!
¡Muchas felicidades, queridos miembros de la Federación Estudiantil Universitaria! ¡La organización joven más antigua de Cuba está cumpliendo hoy cien años, y los cumple sin envejecer, conectada con su país y con su tiempo!
Al repasar las discusiones de este Congreso y muchas de las publicaciones que ustedes han compartido en las redes digitales, pensaba en Julio Antonio Mella, en Villena, en Pablo de la Torriente, en Fidel, en Raúl, en José Antonio y en las sucesivas generaciones de estudiantes que convirtieron a la universidad cubana en fuente de Revolución.
Y también me pienso, con nostalgia, en la FEU; salvando las distancias, cuando las circunstancias se complejizan mucho, viajo a aquella etapa juvenil, en mi Universidad querida de Villa Clara, cuando criticábamos todo y a la vez igualmente se nos ocurrían las soluciones más increíbles para todo, algunas, al pasar los años, nos resultan –son las menos– un poco inmaduras e idealistas.
La FEU de hoy es diferente a la que fundó Julio Antonio Mella, a la de los años universitarios de Fidel y a la del liderazgo estudiantil de José Antonio. Son muy diferentes, por ejemplo, en los modos y los medios para comunicar con sus bases.
Ellos apenas contaban con sus propias voces sobre una tribuna, la mayor parte de las veces improvisada, con textos escritos para publicaciones de circulación limitada y, por supuesto, y hasta nuestros días, con el activismo de sus colegas para multiplicar las ideas.
Imaginemos a aquellos gigantes políticos, a aquellos fundadores, a aquellos líderes forjados en la pelea por la justicia, en la era de la comunicación. Entonces, la actual generación de dirigentes estudiantiles está permanentemente convocada a beber de la obra de aquellos adelantados.
La comunicación, como ustedes se lo han propuesto, no puede ser solo un proceso de informar o contar lo que hace la organización, debe ser también un proceso de participación interna activa, de construcción colectiva de la vida universitaria. ¡Alma Mater, que nació también con la FEU, tiene que seguir siendo la voz de ustedes!
La comunicación que ustedes hagan tiene que impactar en el resto de la sociedad, desde la televisión hasta el barrio. Ante la agresividad enemiga en las redes sociales solo tenemos una solución: poner la firmeza, la belleza revolucionaria y el amor, y son ustedes la vanguardia y los encargados de eso. ¿Quiénes mejor que ustedes que cuentan con el talento, las herramientas y la juventud para hacerlo?
Son ustedes, los jóvenes universitarios, quienes deben iluminar el camino de esta nueva realidad donde conviven dos mundos: el físico y el digital o, dicho de otra manera, el real y el virtual. Ustedes, los jóvenes revolucionarios de la FEU, son los encargados de modernizar la Revolución en la calle y en las redes.
La FEU prerrevolucionaria luchaba por la Revolución. La FEU de nuestros días es una parte esencial del cuerpo de la Revolución. Lo que en apariencia es una diferencia, en esencia es continuidad. Una continuidad, como ya he dicho antes, dialéctica, que toma lo mejor del pasado y que cambia lo que debe ser cambiado; una continuidad que garantice con modernidad, frescura y valentía que las nuevas generaciones sostengan desde sus códigos y aspiraciones lo que conquistaron sus padres y sus abuelos. La Revolución es una obra inacabada, que no puede ser tratada como un texto muerto, ¡la Revolución es vida y es acción!
Aquella FEU era antimperialista, como lo es la FEU de estos días. El antimperialismo es una característica inseparable de una organización nacida y crecida al calor de las luchas del pueblo cubano y del estudiantado latinoamericano contra el intervencionismo, la dependencia, la subordinación al vecino poderoso.
Tiene también la FEU una hermosa tradición de alianzas con la clase obrera y con la intelectualidad cubana, como parte de su origen vinculado al ideal socialista de su partido de vanguardia. Su primer Presidente no es por casualidad fundador también del Partido Comunista e impulsor principal de la Universidad Popular José Martí, donde se forja esa alianza fundamental para la Revolución.
El nacimiento de la Federación Estudiantil Universitaria está así indisolublemente ligado a las tradiciones patrióticas de los estudiantes en Cuba y al ejemplo luminoso de la Revolución de Octubre, que penetró en las aulas y se convirtió en estímulo para la acción revolucionaria.
La esencia revolucionaria y revolucionadora de la FEU le otorga atributos únicos como organización transformadora, que se proyecta siempre en acciones de utilidad en favor del horizonte político común, en el gran proyecto de la Revolución Cubana.
Por eso es tan importante que en la evaluación del cumplimiento de los acuerdos del anterior Congreso se trazaran estrategias y objetivos de trabajo para la siguiente etapa, orientados a profundizar en la formación política e ideológica de todos y de los líderes estudiantiles en la vida académica, investigativa y su aporte a la sociedad, en los movimientos extensionistas y en consolidar la responsabilidad social de la FEU con las comunidades, lo que los llena a ustedes de sensibilidad revolucionaria, preocupación por los demás y les da crecimiento humanista.
Desde su fundación, la FEU ha estado presente en cada momento significativo de la historia de la nación cubana. Sus miembros han sido fieles exponentes del pensamiento patriótico y antimperialista que le dio origen.
La FEU sigue siendo defensora de las esencias de la patria, de lo que hemos logrado y de cuanto nos falta por perfeccionar. Comprometida con el futuro y la implicación consciente de los jóvenes en él, para seguir haciendo la universidad martiana que soñaron todos los que lucharon para que el tiempo futuro fuera siempre mejor. Aquella que Fidel entendió y defendió como fragua de revolucionarios y a donde siempre fue en busca del aliento renovado para emprender nuevas batallas.
Por eso, hoy, los convoco a seguir laborando con energía y entusiasmo por todo lo que resulte beneficioso a la masa estudiantil cubana, descendiendo colinas para ascender al pueblo, como se dijo alguna vez. Los jóvenes universitarios tienen que aportar a la sociedad; de hecho, reconocemos todo lo que han logrado, pero también debe ser desde la investigación y el cuestionamiento académico constante: la dialéctica. ¡La Revolución y la sociedad cubana necesitan de los universitarios, necesitan de la Federación Estudiantil Universitaria!
No olviden nunca que las universidades han sido y seguirán siendo el blanco principal de acciones enemigas, de los que apuestan a fomentar en nuestros jóvenes apatía social, consumismo y otras conductas que nada tienen que ver con los valores humanos que los distinguen a ustedes: el compromiso social, la participación consciente, la creación, la innovación, el espíritu rebelde contra la injusticia dondequiera que exista, síntesis del hombre y la mujer nuevos a que aspiraba el Che como conquista superior del ideal socialista.
Contar con una membresía que incluye a estudiantes de diversas partes del mundo, como Xiomy e Isabel, es una de las fortalezas de la FEU, así como ser siempre parte y estar al frente del Secretariado General de la Organización Continental Latinoamericana de Estudiantes (OCLAE). La FEU es también, por origen, una organización solidaria, y constituye un gran reconocimiento del liderazgo de nuestras organizaciones estudiantiles y de la política exterior de la Revolución Cubana su papel protagónico también en la OCLAE.
Queridos estudiantes:
Por los informes del Secretariado sabemos que se realizaron en todo el país 190 debates, todos en comunidades de los 166 municipios del país, que devinieron verdaderos congresos o, lo que es lo mismo, un congreso multiplicado por 190.
Esa es una muy valiosa idea que sin dudas contribuirá a incentivar en el estudiantado mayor preocupación por los problemas locales y mayor implicación en las posibles soluciones.
Nos han informado que se ha logrado una vinculación permanente de los estudiantes con los polos productivos de la comunidad y se potenció el papel de la FEU como aglutinadora de los jóvenes en los municipios.
Quisiera hacer otros comentarios sobre los principales temas de debate del Congreso al llegar a sus sesiones finales:
Sobre el funcionamiento de la FEU desde la brigada: hay que trabajar con mayor fuerza en la política de cuadros de las estructuras a los diferentes niveles y utilizar más sistemáticamente los documentos rectores, ellos resultan armas imprescindibles para que la esencia y razón de ser de la organización no se extravíen en el tiempo con los cambios frecuentes de dirección que sufre una organización juvenil.
Como méritos relevantes a nivel de toda la sociedad, quiero reconocer y destacar el papel de los universitarios en las misiones menos visibles y por momentos más riesgosas del enfrentamiento a la COVID-19, junto a otras tareas económicas y sociales en las que ustedes decididamente participaron.
Cuando decimos que la Ciencia cubana y el Sistema de Salud salvaron al país, la FEU de Cuba está incluida en ese reconocimiento. ¡Gracias por el aporte noble, desinteresado, altruista! Esa es, sin dudas, una misión que se dieron a ustedes mismos a la altura de la historia de la FEU y, como aseveró Fidel, nos sentimos muy orgullosos de ustedes (Aplausos).
Sabemos que discutieron también sobre la necesidad de dar mayor autonomía al estudiante en la gestión del conocimiento, de perfeccionar el periodo de adiestramiento y la ubicación laboral una vez graduados.
Cuentan con todo nuestro apoyo y respaldo en esas solicitudes. Ustedes son parte fundamental de la gestión de Gobierno basada en ciencia e innovación, y esa política demanda graduados cada vez mejor preparados.
Me comprometo igualmente a seguir de cerca la atención a sus análisis sobre las tareas de impacto social, en particular, los resultados en los encuentros efectuados en las comunidades, la docencia, el Plan E y la necesidad de profundizar en la formación integral de los estudiantes.
Otras preocupaciones dependen fundamentalmente del trabajo propio de la FEU, como la demanda de aumentar en las brigadas la cultura de la participación y el debate, partiendo del conocimiento del funcionamiento de la organización y la necesidad de lograr mayor acercamiento de las estructuras de la FEU a la masa estudiantil.
Es en ese sentido que comparto la urgencia de fortalecer la preparación integral, el liderazgo y la ejemplaridad en el tránsito de los líderes estudiantiles por la organización. Creo que ese objetivo contribuirá a hacer más trascendente y útil el trabajo colectivo, a orientar la investigación estudiantil en función de las principales problemáticas tanto universitarias como de los barrios y a favorecer el extensionismo desde el movimiento de artistas aficionados, generando un movimiento cultural que contribuya a la salvaguarda de nuestros valores culturales identitarios.
Igualmente, se debe aportar a la revitalización del movimiento deportivo, según las posibilidades de cada territorio, y a seguir potenciando la tarea “Educando por amor” como alternativa para el completamiento de las plantillas docentes.
En cuanto a la necesidad de realizar modificaciones en el ABC de la FEU para que se parezca más a los intereses estudiantiles, particularmente en lo relacionado con el proceso eleccionario y las funciones del presidente de brigada, es un criterio que confirma la importancia de ese documento para la dirigencia estudiantil.
La formación integral de los estudiantes en sintonía con los valores humanistas y socialistas para empatizar con la realidad del pueblo y contribuir con la transformación social, conecta directamente con la idea de incluir en los planes de estudio de las carreras del Ministerio de Educación Superior el trabajo social comunitario como parte de la formación práctica de los estudiantes. Lo apoyo con todas mis fuerzas. Como apoyo la idea de incluir en los programas de estudio de Historia de Cuba la vida y obra del Comandante en Jefe Fidel Castro y la evolución del movimiento estudiantil cubano.
La necesidad de afianzar las plataformas de comunicación visual en las revistas estudiantiles, en las redes sociales; de fortalecer el movimiento deportivo universitario desde la base y aumentar la atención a los estudiantes atletas de alto rendimiento y el respaldo al incremento de los miembros del movimiento de artistas aficionados a los programas de las Casas de Cultura son otras prioridades, en lo inmediato, que demandan respuestas acordes con las posibilidades y con las necesidades técnico-artísticas y logísticas de ese movimiento.
Y, por supuesto, entre las propuestas que más respaldo, destaco la que pide vincular cada vez más y mejor la investigación con la práctica y definir la utilidad de cada proyecto, para potenciar la ciencia universitaria en función de las necesidades e intereses del pueblo, que están contenidos esencialmente en nuestros programas de desarrollo hasta el 2030.
Vincular la producción científica universitaria en función de las soluciones a las principales problemáticas sociales debe ser, en mi opinión, una urgente y permanente tarea de la FEU.
Queridos estudiantes:
Todavía se respira en las universidades cubanas el aliento de quien fuera hasta ellas cada vez que sintió que la patria necesitaba de sus mejores hijos. Es imposible estar entre universitarios y no pensar en quien fue universitario hasta los últimos días de su vida.
Fidel repetía sin cansarse que en la Universidad se hizo revolucionario. Heredero y continuador de una tradición de compromiso con el destino de la nación que viene desde el Padre Varela hasta nuestros días: en las aulas universitarias supo ver y sentir las venas del futuro latiendo, y hasta ellas llegó en 2005 para recordarnos a todos los revolucionarios cubanos que teníamos una elevada responsabilidad con la existencia de la Revolución, que equivale a la existencia misma de la nación.
Entendía como nadie el poder movilizador y el alcance revolucionario de la juventud. Y distinguió a la FEU como destinataria de sus mensajes para garantizar lo que se propusieron sus líderes de todas las épocas: que todo tiempo futuro fuera siempre mejor.
En su infinito legado, legado de valoraciones sobre la juventud universitaria, Fidel dejó dicho: “Siempre existió una vanguardia de jóvenes que tomaron conciencia de los problemas de aquella universidad, y tomaron conciencia de los problemas del país, y conciencia de los problemas del mundo.
“Hoy puede decirse que esa conciencia no es solo la conciencia de una vanguardia, sino es conciencia de la inmensa mayoría de la masa de nuestros estudiantes”.
¡Conciencia! He ahí el fruto más preciado de nuestro paso por la universidad. Nuestra época, difícil, compleja, desafiante, demanda más que todo de conciencia. Más elevada mientras más en la vanguardia. Pero también alegría y entusiasmo en el compromiso. Ser y hacer por la felicidad propia y el bienestar colectivo. Crear y celebrar cien años de historia.
Cuando decimos que la FEU y otras organizaciones juveniles se parezcan a los jóvenes de hoy no es una frase vacía. Es una organización de ustedes, de los jóvenes. Sean como quieren ser ustedes, sin imposiciones; sean rebeldes, atrevidos, rompan esquemas. Solo les pido una cosa: ¡Defiendan la Revolución, que es, en primer lugar, una gran obra de amor hecha por jóvenes! (Aplausos.)
Ustedes con firme convicción lo han expresado al jurar y asumir el compromiso de lealtad de la Generación del Centenario de la FEU con la Revolución Cubana.
¡Esa es nuestra FEU: conciencia y alegría en la vanguardia!
¡Viva nuestra querida, centenaria y siempre joven Federación Estudiantil Universitaria!
(Exclamaciones de: “¡Viva!”)
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Patria o Muerte!