Man mano che si avvicina l’elezione presidenziale, questo 28 luglio, in Venezuela si accentua l’assedio mediatico. Strategia originata dai centri comunicazionali internazionali che cercano di soffocare il nostro paese davanti al resto del mondo. Così vediamo come i principali media a livello mondiale, come Voice of America, CNN, Washington Post, The New York Times, Fox News, CBS, El Nuevo Herald, tra altri, si sono trasformati in elementi di distorsione per far claudicare il Venezuela, presentandolo come violatore dei diritti umani, così come lo gestisce a livello della Corte Penale Internazionale, Tamara Sujú.
Uno degli eventi, che risponde a uno stratagemma progettato dagli spazi del comando della campagna (elettorale ndt) di María Corina Machado e Edmundo González Urrutia e coordinata da Humberto Prado, direttore dell’Osservatorio Venezuelano delle Prigioni (OVP), è il recente sciopero della fame iniziato il 9 giugno in 16 carceri del Venezuela, per protestare contro il ritardo processuale.
Casualmente, Prado, che era stato commissario presidenziale per i diritti umani e assistenza alla vittima dell’interino Juan Guaidó – a meno di 50 giorni dalla fine del mandato – sta denunciando un fatto che è una pianificazione politica per creare uno scandalo internazionale. Questa intenzionalità si nota nelle reti sociali e nei media digitali, come Efecto Cocuyo, La Patilla, Runrunes, Caraota Digital, Dolartoday, tra altri, che utilizzano questo fatto per demonizzare il sistema penitenziario.
Bisogna ricordare che Humberto Prado è un delinquente che a 18 anni fu arrestato per un reato contro la proprietà e incarcerato per sette anni. Nel 1985 ricevette un indulto presidenziale, venendo nominato, successivamente, direttore delle carceri Yare 1 e Yare 2. Nel settembre 2002, Prado fondò l’Osservatorio Venezuelano delle Prigioni, agendo, in questi tempi, come il Pran Mayor (capo dei detenuti ndt) di questi movimenti che si stanno sviluppando nei penitenziari.
Facendo un po’ di storia, nella IV Repubblica il ritardo processuale, il sovraffollamento, la corruzione, la morte di migliaia di detenuti per mano dei loro compagni, l’abbondanza di coltelli fatti in casa, armi da fuoco artigianali, chiamate chopos, erano i fatti più salienti, senza che ci fosse alcuna denuncia pubblica di alcun attivista per i diritti umani. Tra le situazioni più agghiaccianti c’erano i massacri, come quello avvenuto nel carcere di Catia, il 27 novembre 1992, quando furono assassinati più di 200 detenuti, per ordine di Antonio Ledezma, allora governatore di Caracas, e attuale membro del comando della campagna di María Corina Machado e Edmundo González Urrutia.
Non sarebbe strano che la Commissione Interamericana dei Diritti Umani (CIDH), organo affiliato all’Organizzazione degli Stati Americani (OSA), il cui segretario generale Luis Almagro, dichiarato nemico del governo venezuelano, chieda l’intervento dei tribunali della Repubblica Bolivariana per accentuare la strategia di Humberto Prado in cerca di consolidare la candidatura di Edmundo González Urrutia. Prado, come presidente dell’Osservatorio Venezuelano delle Prigioni, è colui che fa arrivare, attraverso le reti sociali, video, foto e dichiarazioni delle detenute/i esibendo striscioni all’interno dei centri penitenziari.
È la sfacciataggine e l’abuso di mostrare che tutto è una campagna contro il governo nazionale per farlo cadere “ad ogni costo”. Il tratto mediatico applicato dai media internazionali sta costruendo un muro che consenta, alla fine delle elezioni del 28 luglio, di pubblicare che, di fronte alla sconfitta di González Urrutia, ci sia stata una frode e di chiamare nuovamente al disconoscimento della vittoria di Nicolás Maduro, come presidente rieletto della Repubblica Bolivariana del Venezuela.
William Gómez García – Venezuelano, giornalista
La oposición y la huelga de hambre en cárceles venezolanas
William Gómez García
A medida que se acerca la elección presidencial, este 28 de julio, en Venezuela se acentúa el cerco mediático. Estrategia originada desde los centros comunicacionales internacionales que buscan asfixiar a nuestro país ante el resto del mundo. Así vemos como los principales medios a nivel mundial, como Voz de América, CNN, Washington Post, The New York Times, Fox News, CBS, El Nuevo Herald, entre otros, se han convertido en elementos de distorsión para hacer claudicar a Venezuela, presentándola como violadora de los derechos humanos, tal como lo maneja a nivel de la Corte Penal Internacional, Tamara Sujú.
Uno de los hechos, que responde a una estratagema diseñada desde los espacios del comando de campaña de María Corina Machado y Edmundo González Urrutia y coordinada por Humberto Prado, director del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP), es la reciente huelga de hambre que comenzó el 09 de junio en 16 cárceles de Venezuela, para protestar por el retardo procesal.
Casualmente, Prado, quien fuera comisionado presidencial para los derechos humanos y atención a la víctima del interino Juan Guaidó -faltando menos de 50 días- está denunciando un hecho que a la vista es una planificación política para crear un escándalo internacional. Esa intencionalidad se nota en las redes sociales y medios digitales, como Efecto Cocuyo, La Patilla, Runrunes, Caraota Digital, Dolartoday, entre otros, que utilizan este hecho para satanizar el sistema penitenciario.
Hay que recordar que Humberto Prado, es un delincuente que a los 18 años fue preso por un delito contra la propiedad y encarcelado por siete años. En 1985 recibió un indulto presidencial, siendo nombrado, posteriormente, director de las cárceles Yare 1 y Yare 2. En septiembre de 2002, Prado, fundó el Observatorio Venezolano de Prisiones, actuando, en estos tiempos, como el Pran Mayor de estos movimientos que se están desarrollando en los internados judiciales.
Haciendo un poco de historia, en la IV República el retardo procesal, el hacinamiento, la corrupción, la muerte de miles de presos a manos de sus compañeros, abundancia de chuzos, armas de fuego caseras, llamadas chopos, eran los hechos más resaltantes, sin que hubiera alguna denuncia pública de ningún activista de los derechos humanos. Entre las situaciones más escalofriante eran las masacres, como la ocurrida en el retén de Catia, el 27 noviembre de 1992, cuando fueron asesinados más de 200 reclusos, por órdenes de Antonio Ledezma, siendo gobernador de Caracas, y actual miembro del comando de campaña de María Corina Machado y Edmundo González Urrutia.
No sería extraño que la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH), órgano adscrito a la Organización de los Estados Americanos (OEA), cuyo secretario general Luis Almagro, declarado enemigo del gobierno venezolano, pida la intervención de los tribunales de la República Bolivariana para acentuar la estratagema de Humberto Prado en búsqueda de consolidar la candidatura de Edmundo González Urrutia. Prado como presidente del Observatorio Venezolano de Prisiones es quien hace llegar, a través de las redes sociales, videos, fotos y declaraciones de las presas y presos exhibiendo pancartas dentro de los centros penitenciarios.
Es el descaro y abuso de mostrar que todo es una campaña contra el gobierno nacional para sacarlo “a como dé lugar”. El sesgo mediático aplicado por los medios internacionales está construyendo un muro que permita al final de las elecciones del 28 de julio publicar que, ante la derrota de González Urrutia, hubo un fraude y llamar nuevamente al desconocimiento del triunfo de Nicolás Maduro, como presidente reelecto de la República Bolivariana de Venezuela.
William Gómez García Venezolano, periodista