Dal 1998, Cuba consegna con relativa assiduità agli USA i nomi degli organizzatori, finanziatori ed esecutori di piani violenti contro l’Isola.
Il dato certo e reale può distruggere qualsiasi menzogna. Dal giugno del 1998, Cuba mantiene scambi con le autorità USA riguardo ai terroristi, radicati in quella nazione, di origine cubana, organizzatori, finanziatori ed esecutori di piani violenti contro l’Isola o nello stesso territorio USA, protetti dall’impunità giudiziaria.
Così hanno confermato autorità del Ministero dell’Interno (MININT) e investigatori legati al tema, che hanno esposto in numerose occasioni, come accaduto in una recente trasmissione del programma televisivo “Mesa Redonda”, gli sforzi della Maggiore delle Antille per condividere informazioni, su questo flagello, con il vicino del nord.
Nei primi incontri, fino al 2010, hanno spiegato, sono state mostrate evidenze degli attacchi alle installazioni turistiche cubane durante l’ultima decade del XX secolo.
Tuttavia, solo nel novembre 2015 questo legame tra i due paesi è stato ampliato, con l’istituzione di un meccanismo di dialogo bilaterale sull’applicazione e il rispetto della legge, che ha portato a sei nuovi cicli di colloqui.
Poco più di sei mesi dopo, nel luglio 2016, le autorità dell’Isola hanno fornito dati identificativi su 51 terroristi cubani stabilitisi negli USA; e un mese dopo hanno consegnato evidenze fisiche e testimonianze su altri quattro cittadini, con le stesse condizioni di residenza e provenienza, arrestati nell’aprile del 2014 con la missione di assaltare un’unità militare, una prigione e prendere l’aeroporto di Villa Clara.
Il secondo capo dell’Organo Specializzato della Direzione di Investigazione Criminale del MININT, il colonnello Víctor Álvarez Valle, ha ricordato il lancio di ordigni esplosivi all’Avana, tra aprile e luglio 2017, organizzati su suolo USA dai cubani Jorge Luis Fernández Figueras e Iván Leiva Basulto.
Azioni orientate dall’estero, come il lancio di pietre e incendi di autobus pubblici, la contaminazione di fonti di acqua potabile, l’aggressione ad autorità e contro sedi diplomatiche, ha osservato, dimostrano “che questi terroristi agiscono in totale impunità”.
Le autorità insulari hanno informato e richiesto cooperazione riguardo al dirottamento di aeromobili, nell’ottobre 2022 e nel marzo 2023; atti di pirateria aerea tipificati come reati in convenzioni internazionali ratificate da entrambi i paesi, ha sentenziato il colonnello.
L’Avana ha ospitato, nell’aprile 2023, un incontro tecnico con rappresentanti del Federal Bureau of Investigation (FBI), nel quale la parte locale ha ritenuto gli ospiti responsabili della loro inazione nei confronti dei terroristi operativi sul loro territorio, ha aggiunto.
Ha anche evidenziato il rifiuto di partecipare a una videoconferenza sugli attentati contro la sede diplomatica della Maggiore delle Antille negli USA, del 30 aprile 2020 e del 24 settembre 2023, nonché l’assoluzione dalle accuse presentate contro l’autore dell’attacco, Alexander Alazo Baró.
L’investigatore dottore in Scienze, José Luis Méndez Méndez, ha evidenziato il doppio standard presente nell’inclusione di Cuba nella lista dei presunti sponsor del terrorismo, mentre tollerano tutte le attività denunciate e insistono nell’introdurle sull’Isola.
Inoltre, ha menzionato la liberazione, da parte del presidente USA, Joe Biden, di Eduardo Arocena, che ha diretto l’assassinio del diplomatico cubano Félix García. “Non vedo differenze, c’è continuità storica, i fatti sono stati praticamente gli stessi”, ha sottolineato.
Questi atti mirano a colpire l’economia nazionale, intimidire i viaggiatori, gli investitori stranieri, sfinirci e offrire l’immagine di una nazione instabile, ha considerato.
Un’altra sfaccettatura del tema è l’uso delle reti sociali a fini terroristici, sottolineando la loro capacità di articolazione, il potenziale di diffusione del discorso di queste organizzazioni e l’impunità nel pubblicare.
¿Cuánto terrorismo ha denunciado Cuba ante EE. UU.?
Desde 1998, Cuba entrega con relativa asiduidad a EE. UU. los nombres de organizadores, financistas y ejecutores de planes violentos contra la Isla
Jorge Ernesto Angulo Leiva
El dato certero y real puede destruir cualquier mentira. Desde junio de 1998, Cuba mantiene intercambios con las autoridades estadounidenses sobre los terroristas radicados en esa nación, de origen cubano, organizadores, financistas y ejecutores de planes violentos en la Isla o en el propio territorio norteamericano, protegidos por la impunidad judicial.
Así lo han confirmado autoridades del Ministerio del Interior e investigadores relacionados con el tema, quienes han expuesto en numerosas ocasiones, como sucedió en una reciente emisión del programa televisivo Mesa Redonda, los esfuerzos de la Mayor de las Antillas para compartir información, sobre ese flagelo, con el vecino del norte.
En los primeros encuentros hasta 2010, explicaron, se mostraron evidencias de los ataques a instalaciones turísticas cubanas durante la última década del siglo XX.
Sin embargo, no fue hasta noviembre de 2015 que se amplió este vínculo entre ambos países, con el establecimiento de un mecanismo de diálogo bilateral sobre la aplicación y el cumplimiento de la ley, que propició seis nuevas rondas de conversaciones, se amplió.
Poco más de medio año después, en julio de 2016, las autoridades de la Isla aportaron datos identificativos sobre 51 terroristas cubanos asentados en EE. UU.; y un mes después entregaron evidencias físicas y testimoniales sobre cuatro ciudadanos más, con iguales condiciones de residencia y procedencia, detenidos en abril de 2014 con la misión de asaltar una unidad militar, una prisión, y tomar el aeropuerto de Villa Clara.
El segundo jefe del Órgano Especializado de la Dirección de Investigación Criminal del Ministerio del Interior, coronel Víctor Álvarez Valle, recordó el lanzamiento de artefactos explosivos en La Habana, entre abril y julio de 2017, organizados en tierra estadounidense por los cubanos Jorge Luis Fernández Figueras e Iván Leiva Basulto.
Acciones orientadas desde el exterior, como el apedreamiento e incendio de ómnibus públicos, la contaminación de fuentes de agua potable, la agresión a autoridades y contra sedes diplomáticas, opinó, demuestran «que estos terroristas actúan con total impunidad».
Las autoridades insulares informaron y solicitaron cooperación sobre el secuestro de aeronaves en octubre de 2022 y marzo de 2023, actos de piratería aérea tipificados como delitos en convenios internacionales ratificados por ambos países, sentenció el coronel.
La Habana acogió, en abril de 2023, un encuentro técnico con representantes del Buró de Investigaciones Federales (FBI), en el cual la parte local responsabilizó a los invitados por su inacción ante los terroristas operativos en su territorio, añadió.
También resaltó la negativa a participar en una videoconferencia sobre los atentados contra la sede diplomática de la Mayor de las Antillas en Estados Unidos, del 30 de abril de 2020 y el 24 de septiembre de 2023, así como la absolución de los cargos presentados contra el autor del ataque, Alexander Alazo Baró.
El investigador doctor en Ciencias José Luis Méndez Méndez destacó el doble rasero presente en la inclusión de Cuba en la lista de supuestos patrocinadores del terrorismo, mientras toleran toda la actividad denunciada e insisten en introducirla en la Isla.
Asimismo, aludió a la liberación, por el presidente estadounidense Joe Biden, de Eduardo Arocena, quien dirigió el asesinato del diplomático cubano Félix García. «No veo diferencias, hay continuidad histórica, los hechos han sido prácticamente los mismos», subrayó.
Esos actos pretenden afectar la economía nacional, amedrentar a los viajeros, a los inversores extranjeros, desgastarnos y proporcionar la imagen de una nación inestable, consideró.
Otra arista del tema es el empleo de las redes sociales con fines terroristas, a partir de lo cual destaca su capacidad de articulación, el potencial de difusión del discurso de esas organizaciones y la impunidad para publicar.
