Le nuove rotte della seta

Emir Sader

Nel mondo attuale, le decisioni veramente fondamentali non vengono prese a Parigi, Londra, Berlino o Roma, come accadeva 100 anni fa, ma a Pechino e Mosca, a Teheran e Riad, a Delhi e Islamabad, a Kabul e in Afghanistan, ad Ankara, Damasco e Gerusalemme. Il passato del mondo è stato plasmato da ciò che è accaduto lungo le Vie della Seta e lo stesso accadrà in futuro.

Questa affermazione è contenuta in uno degli ultimi libri dello storico più importante del XXI secolo, il britannico Peter Frankopan, il cui titolo dà il nome a questo articolo. Le Vie della Seta occupano una posizione così centrale che è impossibile capire cosa stia succedendo o pensare a ciò che ci attende domani senza considerare la regione che si estende tra il Mediterraneo orientale ed il Pacifico.

“Viviamo già nel secolo asiatico”, osserva, un’epoca in cui il PIL mondiale si sta spostando dalle economie sviluppate dell’Occidente a quelle dell’Oriente, su una scala e a velocità sorprendenti.

Alcune previsioni indicano che nel 2050 il reddito pro capite, in termini di parità di potere d’acquisto, si moltiplicherà per sei in Asia, il che, secondo gli standard attuali, arricchirà altri tre miliardi di abitanti del continente. Questo significherebbe che l’Asia riconquisterà la posizione economica dominante che aveva circa 300 anni fa, prima della Rivoluzione Industriale. È in corso un processo di inversione del carattere che il mondo aveva prima dell’ascesa dell’Occidente.

Frankopan cita il calcolo secondo il quale si prevede che, entro il 2027, il PIL combinato delle città asiatiche supererà già la somma di quello delle città nordamericane ed europee, e si prevede che, solo otto anni dopo, le supererà del 17%.

Nel 2001, il PIL della Cina era pari al 39% di quello USA. Nel 2008 l’indicatore era salito al 62% e, nel 2016, il PIL della Cina aveva già raggiunto il 114% di quello USA, con una tendenza sempre più favorevole verso i paesi asiatici.

Nessuna delle 10 economie a crescita più rapida si trova nell’emisfero occidentale. Questo crea un mondo il cui centro di gravità economica si sta allontanando dall’Occidente.

Ci sono molti fattori che stimolano il cambio nel XXI secolo, dalla demografia sino al cambio nel potere economico. Le Vie della Seta stanno crescendo a un ritmo vertiginoso. Più di ottanta paesi partecipano attualmente ai progetti della Via della Seta, comprese le repubbliche dell’Asia Centrale, i paesi dell’Asia meridionale e sudorientale, il Vicino Oriente, la Turchia e i paesi dell’Europa orientale, così come diversi stati dell’Africa e dei Caraibi. Il Brasile è il Paese che più recentemente ha espresso la sua intenzione di unirsi alle Vie della Seta. In totale, si tratta di 4 miliardi e 400 milioni di abitanti, pari ai 2/3 della popolazione mondiale, e una produzione di oltre 20 miliardi di $, più del 30% del totale mondiale.

Con tutto questo, la Cina è diventata la maggiore sfida per la sicurezza nazionale USA, e si prevede che questo continuerà lungo il corso del presente secolo. La Cina è diventata l’unico paese al mondo con una visione geostrategica veramente globale.

Si stima che attualmente il 90% dei computer prodotti nel mondo sia fabbricato in Cina, così come i ¾ di tutti i telefoni cellulari. Questo basta a dare un’idea dei progressi tecnologici cinesi.

L’emergere dei BRICS (con Brasile, Russia, India, Cina e Sudafrica, ai quali si sono recentemente aggiunti diversi altri paesi, in particolare del mondo arabo e proprietari di grandi riserve petrolifere) consolida la nuova bipolarità globale.

L’insieme delle trasformazioni sperimentate dal mondo nelle ultime decadi fa parte di un periodo di transizione da un mondo unipolare ad un mondo multipolare. Dal secolo nordamericano – il XX secolo – al secolo asiatico – il XXI. L’epoca in cui l’Occidente ha plasmato il mondo è ormai finita. Sebbene le Vie della Seta siano in ascesa e continueranno a esserlo, il modo in cui si svilupperanno e si evolveranno darà forma al mondo futuro. Perché questo è sempre stato il loro ruolo.

(Tratto da Página 12)


Las nuevas rutas de la seda

Por: Emir Sader

En el mundo actual, las decisiones verdaderamente trascendentales no se toman en París, Londres, Berlín o Roma, como ocurría hace 100 años, sino en Pekín y Moscú, en Teherán y Riad, en Delhi e Islamabad, en Kabul y Afganistán, en Ankara, Damasco y Jerusalén. El pasado del mundo fue moldeado por lo que sucedió a lo largo de las Rutas de la Seda y esto sucederá a lo largo de las Rutas de la Seda y esto sucederá en el futuro.

La afirmación está contenida en uno de los últimos libros del historiador más importante del siglo XXI, el británico Peter Frankopan, cuyo título da nombre a este artículo. Las Rutas de la Seda ocupan un lugar tan central que es imposible entender lo que está pasando o pensar en lo que nos encontraremos mañana, sin tener en cuenta la región que se extiende entre el Mediterráneo Oriental y el Pacífico.

“Ya vivimos en el siglo asiático”, señala, una época en la que el PIB mundial se está desplazando de las economías desarrolladas de Occidente a las de Oriente a una escala y velocidad asombrosas.

Algunas proyecciones predicen que en 2050 la renta per cápita, en términos de paridad de poder adquisitivo, se multiplicará por seis en Asia, lo que, según los estándares actuales, enriquecería a otros tres mil millones de habitantes del continente. Lo que significaría que Asia recuperaría la posición económica dominante que tenía hace unos 300 años, antes de la Revolución Industrial. Hay un proceso de reversión del carácter que tenía el mundo antes del ascenso de Occidente.

Frankopan cita el cálculo según el cual se prevé que, para el año 2027, el PIB combinado de las ciudades asiáticas ya será mayor que la suma de las ciudades norteamericanas y europeas y se espera que sólo ocho años después las supere en 17%.

En 2001, el PIB de China era el 39% del PIB de Estados Unidos. En 2008 el indicador había aumentado al 62% y, en 2016, el PIB de China ya era el 114% del de Estados Unidos, con una tendencia cada vez más favorable hacia los países asiáticos.

Ninguna de las 10 economías de más rápido crecimiento se encuentra en el hemisferio occidental. Esto crea un mundo cuyo centro de gravedad económica se está alejando de Occidente.

Hay muchos factores que estimulan el cambio en el siglo XXI, desde la demografía hasta el cambio en el poder económico. Las Rutas de la Seda ascienden a un ritmo vertiginoso. Más de ochenta países participan actualmente en proyectos de la Ruta de la Seda, incluidas las repúblicas de Asia Central, los países del Sur y Sudeste Asiático, el Cercano Oriente, Turquía y los países de Europa del Este, así como varios estados de África y el Caribe. Brasil es el país que más recientemente expresó su intención de unirse a las Rutas de la Seda. En total alcanza una cifra de 4 mil millones y 400 millones de habitantes, alcanzando los 2/3 de la población mundial y una producción de más de 20 mil millones de dólares, más del 30% del total mundial.

Con todo esto, China se ha convertido en el mayor desafío para la seguridad nacional estadounidense, lo que se espera que ocurra a lo largo del presente siglo. China se ha convertido en el único país del mundo con una idea geoestratégica verdaderamente global.

Se estima que actualmente el 90% de las computadoras producidas en el mundo se fabrican en China, al igual que ¾ de todos los teléfonos celulares. Lo cual es suficiente para darte una idea de los avances tecnológicos chinos.

La aparición de los Brics (con Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, a los que recientemente se han sumado varios otros, especialmente del mundo árabe y propietarios de grandes reservas de petróleo), consolida la nueva bipolaridad global.

El conjunto de transformaciones experimentadas por el mundo en las últimas décadas forman parte de un período de transición de un mundo unipolar a un mundo multipolar. De un siglo norteamericano –el siglo XX– a un siglo XX asiático –el XXI–. La era en la que Occidente dio forma al mundo ya pasó. Si bien las Rutas de la Seda están en auge y seguirán estando en auge, la forma en que se desarrollen y evolucionen dará forma al mundo del futuro. Porque eso es lo que siempre han representado las rutas.

(Tomado de Página 12)

Share Button

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.