Dopo il suo viaggio in Cina, Pedro Sánchez lo accoglie al palazzo de La Moncloa. Nel frattempo, gli ex presidenti Felipe González, Mariano Rajoy e José María Aznar lo riconoscono come presidente eletto. Per dare solennità all’atto, la destra spagnola fa approvare alla camera dei Deputati e al Senato una proposta – non di legge – che invita il governo a riconoscere Edmundo González Urrutia come vincitore delle elezioni e presidente eletto del Venezuela. Parallelamente, i loro eurodeputati chiedono al Parlamento Europeo di indagare il presidente del Venezuela, Nicolás Maduro, per crimini contro l’umanità. In meno di un mese, Edmundo González ottiene copertura istituzionale per muoversi in tutta Europa.
Per il Partito Popolare e Vox, l’asilo politico concesso a Edmundo González dal governo di coalizione, guidato dal Partito Socialista Operaio Spagnolo (PSOE), è difficile da accettare. Alberto Núñez Feijóo ha rivendicato il titolo di candidato più votato alle elezioni parlamentari del 2023 e quindi di essere colui che dovrebbe formare il governo. Il corollario è che il PSOE ha commesso una frode per accedere alla presidenza, appoggiandosi a partiti indipendentisti, figli di ETA e comunisti bolivariani. Il risultato è un governo filo-ETA, chavista e bolivariano. Non sorprende che questo sia un argomento ricorrente della destra per screditare il governo di coalizione.
Come accettare che il PSOE conceda asilo politico a Edmundo González? Mentre la destra venezuelana in Spagna tace, Vox e il Partito Popolare attaccano Pedro Sánchez, il ministro degli Esteri e l’ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero, cercando di dimostrare la complicità del PSOE con il governo venezuelano. Affermano che l’esilio di Edmundo González rappresenta un colpo di stato a favore di Nicolás Maduro. Con atteggiamento insistente, interrogano i ministri per identificare il regime politico del Venezuela come una dittatura. In questa logica, anche all’interno del PSOE c’è chi accetta la sfida. La ministra della Difesa, Margarita Robles, non esita e l’ex presidente Felipe González coglie l’occasione per attaccare Rodríguez Zapatero, accusandolo di appoggiare un dittatore e di fare lobbying per un regime totalitario.
Alla destra spagnola non interessa molto il popolo venezuelano o gli investimenti degli imprenditori; cerca solo di logorare il PSOE, la cui maggioranza condizionata dal ricatto di alcuni dei suoi alleati lo costringe a fare acrobazie per far approvare le leggi e, peggio ancora, bloccare i bilanci generali dello Stato per il 2025.
L’attuale situazione, con l’esilio in atto, è favorevole affinché il PP chieda la fine della legislatura, sottolinei l’ingovernabilità del Paese, sciolga il Parlamento e convochi nuove elezioni. La somiglianza nelle strategie della destra spagnola e venezuelana è evidente. La Spagna sta vivendo un sequestro della democrazia, è nelle mani di un governo illegittimo, nato dalla frode elettorale. Solo che questa frode, a differenza del Venezuela, è avvenuta in Parlamento e non nel conteggio dei voti.
L’arrivo di Edmundo González a Madrid è un problema per l’opposizione venezuelana residente in Spagna. Oltre alle critiche, la sua firma a Caracas, che riconosce la vittoria elettorale di Nicolás Maduro, è sintomo del suo malessere e del cattivo rapporto con María Corina Machado. La destra venezuelana fatica ad accettare i risultati.
Nella sua disperazione, fallito il colpo di Stato pianificato nei giorni successivi alle elezioni del 28 luglio, ricorrono all’incendio di edifici pubblici, organizzano attentati contro cooperative agricole, bloccano strade, perseguitano dirigenti sindacali, capi comunitari e minacciano osservatori internazionali che esprimono fiducia nel sistema elettorale vigente in Venezuela.
Nel frattempo, a Madrid, Edmundo González, accusato di tradimento, codardia e di aver abbandonato María Corina Machado al suo destino, potrà convivere con i suoi alleati di coalizione residenti in Spagna? Non sono poche le persone che si sentono a disagio per la sua presenza.
Alcuni sono volti noti: Antonio Ledezma, Lilian Tintori, Leopoldo López, Julio Borges o l’ex generale golpista Miguel Rodríguez Torres. In questa situazione, Edmundo González dovrà aspettare fino al 10 gennaio 2025, data della formazione del nuovo governo uscito dalle urne.
Quale sarà il suo ruolo nella strategia destabilizzante orchestrata da Madrid e progettata dagli USA? Ci saranno nuove richieste di asilo? Nell’ impasse, González Urrutia potrà acquistare un appartamento nella zona nobile della città e fare del turismo politico attraverso la Spagna.
Ma non dobbiamo dimenticare che la sua lettera con cui nega le pressioni del PSOE e del suo ambasciatore in Venezuela rappresenta una garanzia per il governo di Pedro Sánchez, costituendo una sconfitta per entrambe le destre, quella spagnola e quella venezuelana.
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Marcos Roitman Rosenmann – Cileno-spagnolo, sociologo e scrittore
Edmundo González Urrutia, un invitado incómodo en la corte de Madrid
Por Marcos Roitman Rosenmann
Tras su viaje a China, Pedro Sánchez lo recibe en el palacio de La Moncloa. Mientras, los ex presidentes Felipe González, Mariano Rajoy y José María Aznar lo reconocen como presidente electo. Para dotar de solemnidad dicho acto, la derecha española saca adelante en la Cámara de Diputados y el Senado una propuesta- no de ley- instando al gobierno a reconocer a Edmundo González Urrutia como ganador de las elecciones y presidente electo de Venezuela. A la par, sus eurodiputados en la Eurocámara solicitan que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, sea investigado por crímenes de lesa humanidad. En menos de un mes, Edmundo González tiene cobertura institucional para desplazarse por toda Europa.
Para el Partido Popular y Vox, el asilo de Edmundo González, concedido por el gobierno de coalición, encabezado por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), es difícil de encajar. Alberto Núñez Feijóo ha reivindicado ser el candidato más votado en las parlamentarias de 2023, correspondiéndole formar gobierno. El corolario, el PSOE cometió fraude para acceder a la presidencia, al apoyarse en partidos independentistas, los hijos de ETA y los comunistas bolivarianos. El resultado, un gobierno filoetarra, chavista y bolivariano. No resulta extraño que sea un argumento recurrente en la derecha, para descalificar al gobierno de coalición.
¿Cómo encajar que el PSOE conceda asilo político a Edmundo González? Mientras la derecha venezolana en España guarda silencio, Vox y el Partido popular lanzan diatribas contra Pedro Sánchez, el ministro de Exteriores y el ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero, tendentes a demostrar la complicidad del PSOE con el gobierno venezolano, afirmando que el exilio de Edmundo González constituye un golpe de Estado a favor de Nicolás Maduro. Su actitud, interpelando a los ministros para identificar el régimen político en Venezuela como una dictadura, es machacona. En esta lógica, hay quienes dentro del PSOE aceptan el envite. La ministra de Defensa, Margarita Robles, no duda y el ex presidente Felipe González aprovecha para arremeter contra Rodríguez Zapatero, acusándolo de avalar a un dictador y hacer lobby para un régimen totalitario.
A la derecha en España poco le importan los venezolanos o las inversiones de empresarios; sólo busca desgastar al PSOE, cuya mayoría condicionada por el chantaje de algunos de sus socios lo obliga hacer malabares para sacar adelante leyes y, lo peor: bloquear los presupuestos generales del Estado para 2025.
La coyuntura, exilio mediante, es propicia para que el PP reclame el fin de la legislatura, recalque el carácter ingobernable del país, disuelva las cortes y llame a elecciones. La similitud en las estrategias de la derecha española y venezolana es visible. España vive un secuestro de la democracia, está en manos de un gobierno ilegítimo, nacido del fraude electoral, sólo que dicho fraude, a diferencia de Venezuela, se ha producido en el Parlamento y no en el conteo de los votos.
La llegada de Edmundo González a Madrid es un problema para la oposición venezolana afincada en España. Más allá de las descalificaciones, su firma en Caracas, reconociendo el triunfo electoral de Nicolás Maduro, es síntoma de su hastío y la mala sintonía con María Corina Machado. La derecha venezolana encaja mal los resultados.
En su desesperación y fracasado el golpe de Estado programado para los días subsiguientes a las elecciones del 28 de julio, acuden a la quema de edificios públicos, organizan atentados a cooperativas agrarias, bloquean carreteras, persiguen a dirigentes sindicales, líderes comunales, y amenazan a observadores internacionales que declaran su confianza en el sistema electoral vigente en Venezuela.
Mientras, en Madrid, ¿podrá convivir Edmundo González, acusado de traidor, cobarde y abandonar a María Corina Machado a su suerte, con sus socios de coalición residentes en España? No son pocas las personas que se sienten incómodas con su presencia.
Algunos son conocidos: Antonio Ledezma, Lilian Tintori, Leopoldo López, Julio Borges o el ex general golpista Miguel Rodríguez Torres. En esta coyuntura, Edmundo González deberá esperar hasta el 10 de enero de 2025, fecha para la conformación del nuevo gobierno salido de las urnas.
¿Cuál será su función en la estrategia desestabilizadora orquestada desde Madrid y diseñada por Estados Unidos? ¿Habrá nuevas peticiones de asilo? En el impasse, González Urrutia puede comprar un apartamento en la zona noble de la ciudad, hacer turismo político recorriendo España.
Pero no debemos olvidar que su carta negando las presiones del PSOE y su embajador en Venezuela constituye un aval al gobierno de Pedro Sánchez, constituyendo un revés para ambas derechas, la española y venezolana.
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Marcos Roitman Rosenmann Chileno-español, sociólogo y escritor